Los obispos españoles publican la Instrucción pastoral «Un Dios de vivos», las verdades fundamentales sobre la resurrección y la vida eterna

La fe en la resurrección, la esperanza ante la muerte y las celebración de las exequias

Los obispos españoles publican la Instrucción pastoral «Un Dios de vivos», las verdades fundamentales sobre la resurrección y la vida eterna

La Instrucción pastoral «Un Dios de vivos», sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias, se ha presentado hoy, 22 de diciembre, en la sede de la Conferencia Episcopal Española. Este documento se aprobó en la pasada Asamblea Plenaria de la CEE celebrada del 16 al 20 de noviembre.

(CEE) En el acto de presentación han intervenido los presidentes de las dos Comisiones Episcopales que han redactado de manera conjunta el documento: Mons. Enrique Benavent, de Doctrina de la Fe, y Mons. José Leonardo Lemos, de Liturgia; además del secretario general de la CEE, Mons. Luis Argüello.

En esta instrucción pastoral los obispos españoles recuerdan las verdades fundamentales del mensaje cristiano sobre la resurrección y la vida eterna, así como sugerencias para el acompañamiento de las personas que sufren por la muerte de un ser querido. «La atención y cercanía en los momentos difíciles del duelo -afirman- es una acción pastoral de la Iglesia que requiere una preparación, una formación y una espiritualidad adecuada. Deseamos que las celebraciones exequiales sean signo de la auténtica esperanza cristiana y ayuden a los fieles a crecer en ella».

Por ello, manifiestan que «el anuncio de la muerte y resurrección de Jesucristo constituye el núcleo de la fe cristiana y el fundamento de la esperanza».

Acompañar en el momento de la muerte

El documento se divide en cuatro partes y un apéndice. La primera parte analiza «La situación actual y retos pastorales»; la segunda explica «La fe de la Iglesia; la tercera cómo «Acompañar en el momento de la muerte», la cuarta la importancia de «Celebrar las exequias cristianas» y el apéndice ofrece «Orientaciones sobre los columbarios».

En el primer apartado, los obispos afirman que en las últimas décadas se ha vivido en nuestra sociedad una profunda transformación en la vivencia de la muerte y en la forma de afrontarla. Subrayan que, ante circunstancias dramáticas como la que estamos viviendo actualmente a causa del COVID-19, «vemos actitudes de generosidad, servicio y solidaridad que muestran lo mejor que hay en el corazón del ser humano, que dignifican a las personas y a la sociedad y que fortalecen la fraternidad. En estos casos, se ofrece ayuda psicológica a las personas para que gestionen sus emociones, pero social y culturalmente se evita la cuestión de Dios·. Sin embargo, aún cuando muchos ponen en paréntesis la fe, en esos momentos dolorosos «solicitan la presencia de la Iglesia y su acompañamiento».

En una segunda parte, explican que la fe en la resurrección de Cristo, «constituye el fundamento de nuestra esperanza». Esta fe se expresa en el Credo con dos afirmaciones inseparables, que no se pueden entender la una sin la otra: «Creemos en la resurrección de la carne y en la vida eterna». Además, añaden que «al confesar nuestra fe en la resurrección de la carne afirmamos que la salvación afecta al ser humano en su totalidad, a «todo el hombre».

En este sentido, frente al drama de la muerte, «la presencia y la cercanía de la Iglesia junto a las personas que sufren la muerte de un ser querido es un testimonio elocuente de misericordia y de esperanza».

Por tanto, la misericordia lleva a estar cerca de los que sufren, a compartir su dolor y a no banalizar el acontecimiento de la muerte y el sufrimiento que conlleva. «La fe cristiana consuela y acompaña la pérdida de los seres queridos desde la esperanza que viene del Resucitado».

Celebraciones de exequias cristianas

Este acompañamiento en la muerte es un reto para la Iglesia: «no puede haber auténtico consuelo cristiano si no se anuncia fielmente el contenido de la fe». Asimismo, indican en la instrucción pastoral, que «la celebración de las exequias y la oración por los difuntos han de manifestar con claridad la fe en la resurrección y la esperanza cristiana en la vida eterna».

En este sentido, subrayan que los signos y la celebración de las exequias deben manifestar el respeto y la veneración debidos al cuerpo del difunto. Con todo, no hay razones doctrinales para prohibir la cremación. Sin embargo, la Iglesia, aunque permite la cremación, «recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados».

También en este documento ofrecen orientaciones para la cremación de los cuerpos cristianos que han fallecido. Sostienen que el centro de las exequias cristianas es «Cristo Resucitado y no la persona del difunto». «Los pastores –añaden- han de procurar con delicadeza que la celebración no se convierta en un homenaje al difunto. Eso corresponde a otros ámbitos ajenos a la liturgia». También recuerdan que las exequias son incompletas sin la celebración de la Eucaristía.

En el apéndice del mismo dan a conocer también las normativas sobre los columbarios, que son «lugares idóneos para depositar las cenizas después de la muerte y de la cremación de los difuntos». Estas normas provienen tanto de la Instrucción Ad resurgendum cum Christo de la Congregación para la Doctrina de la Fe como de la Junta de Asuntos Jurídicos de la CEE.

Vídeo de la presentación. Empieza en el minuo 4 

 

11 comentarios

Pantaleón
Ya podrían aprovechar y hablar del purgatorio y del infierno.

Viene al caso del documento especialmente el tema del purgatorio porque los funerales actuales en su mayoría son canonizaciones y homenajes. El cura de turno consuela a la familia con que el finado está en el Cielo, pero falta a la verdad. Eso no se sabe y lo probable es que los salvados pasen antes por el purgatorio.

La gente celebra misa en el aniversario de muerte de sus difuntos como si de una conmemoración o celebración del recuerdo se tratara. El resto del año ni rezar un avemaria por el difunto, que lo mismo está en el purgatorio sin que nadie rece por él.

Recuerdo en un viaje la guía turística hablando sobre las indulgencias en el siglo XVI y diciendo a posteriori de manera informal que eso del purgatorio ya no existe. La confusión e ignorancia es tremenda y los pastores tienen una grave responsabilidad
22/12/20 6:05 PM
alejandro
Recuerdo un funeral de una joven en una localidad vallisoletana.
El viudo metido en política.
Fue hasta el Presidente de la Junta.
En mi vida he visto algo tan grotesco y de mayor bochorno.
Tras la Comunión se enciende una pantalla,venga fotos y bobadas parladas por el viudo durante media hora.
Que si aquí estábamos en Sierra Nevada, en esta otra foto en la playa.
Que vamos a ver, te has quedado viudo con 38 años y lo más lógico es que en un año tengas un apaño.
Que indignidad la de los sacerdotes que permitieron esto
22/12/20 9:00 PM
Carlos
El purgatorio no es un concepto bíblico. Es una hipótesis sobre la que se trabaja pero no es materia dogmática. Está enraizado en alguna señoras mayores que ponen aceite a los cuadros de las ánimas benditas, pero está en desuso.

Desde la teología existe la hipótesis de que al no existir en el "otro mundo" el tiempo el figunyose presente directamente sobre el juicio y sea purificado.

Jesús en la cruz dijo al Burn ladrón que estataría con el en el paraíso. Creo que el purgatorio no es una hipótesis rechazable, pero no es la única.
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LF:
El purgatorio es un dogma de fe católico con clara base bíblica. No se puede ser católico sin creer en ese dogma. Espero que le quede claro.
22/12/20 9:00 PM
M.Angels
Sí. Y hablando de acompañar al moribundo, la cercanía, etc... Hay 3 sacramentos que se deben ofrecer al moribundo: La penitencia, la Comunión (viático) y la unción de los enfermos, que es un sacramento específico para esta situación. Sirven para librar al enfermo del infierno, y facilitarle el tránsito al cielo o al purgatorio. El principal acompañamiento que la Iglesia puede y debe ofrecer a los enfermos graves es Nuestro Señor Jesucristo. Él ha instituido estos sacramentos para acompañar a sus fieles en este momento decisivo. Porque como sea la muerte, será la eternidad.
¿Habla de esto el documento? ¿Insiste en la necesidad de usar estos medios para salvar el alma? ¿La importancia/ obligación de solicitarlos? ¿ El deber de los sacerdotes de administrarlos?
22/12/20 11:04 PM
Roberto
El purgatorio existe, es una realidad bíblica e inalterable y probablemente todos tenemos que pasar por ahí más o menos tiempo.
Yo vengo a contaros tres cosas, una de ellas, que si veis algún día a alguna persona moribunda, acercaros y decidle tres veces "Dios mío perdóname", y se salva, lo dijo el Padre Jorge Loring.
La segunda cosa, aquel que rece la Coronilla de la Divina Misericordia al lado de un moribundo, el mismo Jesucristo se pondrá entre el alma y el Padre no como Juez, si no como el Salvador Misericordioso, y se salva.
Y tercero, Dios está fuera del tiempo y el espacio, por obvias razones, así que es posible que nuestras oraciones de hoy afecten a acciones del pasado. Si tenéis temas del pasado sin solucionar, pues llevadlo a la oración.
23/12/20 1:46 PM
Norberto E.
Carlos, eche un vistazo a: es.wikipedia.org/wiki/Purgatorio. Creo que se ha confundido con el limbo. Es una verdad de fe, con fundamento bíblico y en la Tradición.
M. Angels, un documento episcopal no es un Tratado de Escatología, pero con que se aplicase lo contenido en los epígrafes 12 y 13 yo me daría por satisfecho.
23/12/20 4:16 PM
bosco7591
San Pablo habla del Purgatorio en 1Cor 3:
(14)- Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa.
(15)- Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.


[La frase: «sufrirá el daño» no se puede referir a la condena del Infierno, ya que de ahí nadie puede salir. Tampoco puede significar el Cielo, ya que allá no hay ningún sufrimiento. Sólo la doctrina y la creencia en el Purgatorio explican y aclaran este pasaje]
24/12/20 7:32 AM
Alberto el retrogrado rígido y reaccionario
Me sorprenden gratamente los obispos, Ya con esto, es más de lo que esperaba de ellos.
24/12/20 10:06 AM
bosco7591
También se habla del Purgatorio en Mateo 5:
(22) Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
(23) Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
(24) deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
(25) Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
(26) Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

[Evidentemente es después de la muerte, porque se está hablando de un juez… y de un lugar del que se saldrá cuando se haya pagado el último céntimo que se deba; entendiendo por esto último el “sufrimiento-purificación” que se deba por aquellos pecados que se citan en 1 Juan 5:17. Recordar lo que se dice en 1 Juan 5:17 “Toda iniquidad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte”].
24/12/20 10:42 AM
bosco7591
También se refiere al Purgatorio lo que se dice en Lucas 12:
(57) ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
(58) Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel.
(59) Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

[Jesús no se refiere a un juicio en un tribunal de la Tierra; sino al juicio que ocurrirá después de nuestra muerte. Jesús no va a moralizar sobre un vulgar juicio terrestre. Habla de un juicio en el otro mundo].
24/12/20 12:16 PM
bosco7591
Mateo 12,32:
“Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro.”

[Aquí Cristo habla de un pecado que no será perdonado ni en esta vida ni en la siguiente, dejando implícito que hay pecados que si serán perdonados (tanto en esta vida como en la siguiente). De lo contrario hubiera dicho simplemente “El pecado contra el espíritu Santo no será perdonado” o “no será perdonado en esta vida”]
24/12/20 12:37 PM

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