Svetlana Tikhanovskaya explica al Papa que la crisis en Bielorrusia concierne a la vida y la fe

Carta de la líder opositora al dictador Lukašenko

Svetlana Tikhanovskaya explica al Papa que la crisis en Bielorrusia concierne a la vida y la fe

Las protestas en Bielorrusia están asumiendo un carácter cada vez más «cristiano» debido al arresto de algunos sacerdotes católicos y ortodoxos. Svetlana Tikhanovskaya, la «líder en el exilio», como ella misma se define, dio a conocer una carta enviada al papa Francisco, en la que explica que la crisis de su país «no es sólo una cuestión política, sino también moral, que concierne a la vida y la fe».

(Asia News) En la carta, Tikhanovskaya se refiere al Arzobispo Metropolitano de Minsk, Tadeusz Kondrusiewicz, también en el exilio, y lo llama «el verdadero mediador para la solución de la crisis política del país» por sus llamamientos inmediatos al diálogo y al cese de la violencia. En su opinión, el arzobispo representa «la Iglesia que se pone al servicio del pueblo, que sale de su casa y de los muros de sus iglesias y sacristías, para acompañar la vida de la gente, para sostener la esperanza, para ser un signo de unidad, para construir puentes y derribar barreras, para hacer crecer las semillas de la reconciliación».

La ex candidata a la presidencia destaca que en el Comité de Coordinación de la oposición bielorrusa ha comenzado a funcionar un grupo de trabajo denominado «Movimiento Cristiano», en el que participan sacerdotes, teólogos y simples creyentes ortodoxos, católicos y protestantes «que sueñan con vivir juntos en paz, como verdaderos hermanos». Tikhanovskaya pretende entrar en sintonía con la encíclica del Papa Francisco  «Fratelli Tutti», en respuesta a la cual decidió enviar su carta al Papa.

En su opinión, el pueblo bielorruso se ha visto durante décadas en la situación que denuncia la encíclica, cuando en el párrafo 53 habla de que «no hay peor alienación que la experiencia de no tener raíces, de no pertenecer a nadie». Después de las tragedias y opresiones del siglo pasado, los bielorrusos eligieron un gobierno «que pudiera garantizar la estabilidad y la seguridad, pero como hemos visto, todo ello a expensas de la libertad, del derecho a elegir, de la autonomía».

La carta menciona las numerosas intervenciones del clero y los creyentes de todas las denominaciones en apoyo de la protesta popular, y concluye con la esperanza de que la represión termine cuanto antes, anhelando que el arzobispo Kondrusiewicz pueda regresar con su grey. Luego Tikhanovskaya se dirige al Papa Francisco: «En nombre del pueblo bielorruso, pedimos a Su Santidad que renueve sus oraciones y siga pronunciando sus palabras de verdad y justicia, que son una verdadera bendición para todos nosotros».

Mientras tanto, en el país continúa la protesta contra la presidencia de Lukašenko. El 6 de diciembre las manifestaciones se unieron bajo el lema »Marcha de la Sabiduría«, y se celebraron a la manera de la última semana, es decir, mediante reuniones en el patio trasero de las casas y en los edificios, para evitar los enfrentamientos con las brigadas de los Omon (foto 3). De esta manera se evitó la violencia excesiva durante las detenciones, pero no su cantidad: esta vez arrestaron a 344 personas. Según los informes policiales oficiales, fueron detenidos todos los »saboteadores y activistas con la bandera prohibida de Bielorrusia, la enseña con los colores rojo-blanco-blanco.

La policía detuvo especialmente a aquellos que exhibían la bandera con la leyenda Volnaja Loshitsa, «Caballo Libre», el nombre de un populoso barrio (justamente Loshitsa) situado en los suburbios de la capital, Minsk, donde se levanta el hipódromo. El título ha devenido un símbolo para todos los opositores de la capital, y también ha sido adoptado por muchos bielorrusos que viven en el exterior, y que cada domingo se unen a las protestas de sus compatriotas desde su lugar de residencia.

 

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