(NCRegister/InfoCatólica) Por una votación de 5-4 el viernes, la Corte Suprema confirmó la regulación de coronavirus de Nevada que limita la asistencia a los servicios religiosos en interiores a 50 personas. Esto, aunque algunas empresas en el estado, como los casinos, pueden admitir el 50% de su capacidad.
Los jueces en jefe John Roberts y los jueces Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan decidieron el 24 de julio negar la solicitud de desagravio por mandato judicial presentada por Calvary Chapel Dayton Valley, una comunidad eclesial en Dayton, Nev., a unas 40 millas al sureste de Reno
La mayoría ofreció su decisión en Calvary Chapel Dayton Valley contra Sisolak. Los mismos jueces habían decidido de manera similar en mayo con respecto a los límites de coronavirus de California en los servicios religiosos.
El juez Samuel Alito escribió una disidencia a la que se unieron los jueces Clarence Thomas y Brett Kavanaugh, mientras que el juez Neil Gorsuch escribió una disidencia separada y Kavanaugh agregó sus propias observaciones.
La iglesia argumentó que las regulaciones de coronavirus del gobernador Steve Sisolak apuntaban injustamente a las casas de culto en comparación con negocios como casinos y restaurantes. Según Alliance Defending Freedom, cuyo abogado representa a Calvary Chapel, «la regla de Sisolak permite que los casinos, restaurantes, bares, parques temáticos y gimnasios operen al 50% de su capacidad, pero restringe las iglesias a reuniones de 50 personas o menos, independientemente del tamaño del edificio».
La comunidad eclesial solicitó permiso para reuniones de unas 90 personas, lo que representa el 50% de su capacidad. Actualmente tiene tres servicios cada domingo. Su sitio web dice que se requieren cubiertas faciales y se proporcionarán en caso de necesidad, al mismo tiempo que están asegurando el distanciamiento social.
Sisolak ha dicho que los casinos están más estrechamente regulados por el estado que las casas de culto y, por lo tanto, representan una amenaza menor para la salud pública.
Tanto un tribunal de distrito como el Noveno Circuito ya habían denegado la solicitud de Calvary Chapel de la regulación del gobernador.
El breve disenso de Gorsuch observó que «este es un caso simple. Según el edicto del gobernador, un «multiplex» de 10 pantallas puede albergar a 500 espectadores en cualquier momento. Un casino también puede atender a cientos a la vez, con quizás seis personas acurrucadas en cada mesa de dados aquí y un número similar reunido alrededor de cada rueda de ruleta allí. Grandes números y cuartos cerrados están bien en esos lugares. Pero las iglesias, las sinagogas y las mezquitas tienen prohibido admitir a más de 50 fieles, sin importar cuán grande sea el edificio, cuán distantes sean los individuos, cuántos usan máscaras faciales, sin importar las precauciones en absoluto».
«En Nevada, al parecer, es mejor estar en el entretenimiento que en la religión. Quizás eso no sea nada nuevo. Pero la Primera Enmienda prohíbe tal discriminación obvia contra el ejercicio de la religión. El mundo que habitamos hoy, con una pandemia sobre nosotros, plantea desafíos inusuales. Pero no hay un mundo en el que la Constitución permita a Nevada favorecer el Caesars Palace sobre la Capilla del Calvario», escribió.
Kavanaugh escribió que «Nevada no ha ofrecido una justificación persuasiva para esa discriminación abierta contra los lugares de culto. El riesgo de transmisión de COVID – 19 es al menos tan alto en restaurantes, bares, casinos y gimnasios como en los servicios religiosos. De hecho, las personas que se congregan en restaurantes, bares, casinos y gimnasios a menudo permanecen al menos tanto tiempo como lo hacen en los servicios religiosos. Y dadas las medidas de seguridad que están siguiendo la Capilla del Calvario y otros lugares de culto, incluido el distanciamiento social, el uso de máscaras y ciertas medidas voluntarias adicionales, es evidente que las personas interactúan con otros en restaurantes, bares, casinos y gimnasios al menos tan de cerca como lo hacen en los servicios religiosos».
Dijo que la «discriminación del estado contra los servicios religiosos viola la Constitución». Para ser claros, el plan de cierre o reapertura de un Estado puede someter a las organizaciones religiosas a los mismos límites que las organizaciones seculares. Y a la luz de la devastadora pandemia de COVID-19, esos límites pueden ser muy estrictos. Pero un Estado no puede imponer límites estrictos a los lugares de culto y límites más flexibles a restaurantes, bares, casinos y gimnasios, al menos sin justificación suficiente para el tratamiento diferencial de la religión. Como explicaré, Nevada ha fallado hasta ahora en proporcionar una justificación suficiente y, por lo tanto, su plan de reapertura actual viola la Primera Enmienda».
Y Alito escribió: «La Constitución garantiza el libre ejercicio de la religión. No dice nada acerca de la libertad de jugar dados o blackjack, alimentar fichas en una máquina tragamonedas o participar en cualquier otro juego de azar. Pero el gobernador de Nevada aparentemente tiene diferentes prioridades. Reclamando un poder prácticamente ilimitado para restringir los derechos constitucionales durante la pandemia de COVID-19, ha emitido una directiva que limita severamente la asistencia a los servicios religiosos. Una iglesia, sinagoga o mezquita, independientemente de su tamaño, no puede admitir más de 50 personas, pero los casinos y otras instalaciones favoritas pueden admitir el 50% de su ocupación máxima, y en el caso de los gigantescos casinos de Las Vegas, esto significa que se permiten miles de clientes».
Si bien la discriminación de Nevada «a favor de la poderosa industria del juego ... puede no ser una sorpresa, calificó de «decepcionante» la voluntad de la mayoría de la corte de «permitir tal discriminación».
«Tenemos el deber de defender la Constitución, e incluso una emergencia de salud pública no nos exime de esa responsabilidad», dijo Alito.
Dijo que la demanda de la capilla probablemente tendría éxito en su reclamo de que el gobernador había violado sus derechos de la Primera Enmienda, y que Nevada «no ha hecho ningún esfuerzo para demostrar que realizar servicios de acuerdo con el plan de Calvary Chapel representaría un riesgo mayor para la salud pública que muchas otras actividades que permite la directiva, como ir al gimnasio. El Estado ciertamente no ha demostrado que la asistencia a la iglesia bajo el plan de Calvary Chapel sea más riesgosa que lo que sucede en los casinos».
