Monseñor Braulio Rodríguez toma posesión de la Sede Primara de Toledo

«El obispo no es obispo para sí sino para los demás»

Monseñor Braulio Rodríguez Plaza, tomó posesión este domingo como Arzobispo de Toledo, Sede Primada. «En Cristo –ha dicho en la homilía– como Obispo, según la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, puedo ser pastor, guardián solícito, padre, hermano, amigo, portador de consuelo, servidor, maestro, hombre fuerte, sacramento de bondad. Y eso quiero ser para vosotros, queridos hermanos e hijos de Toledo«. En la Santa Misa concelebraron 6 cardenales, 10 arzobispos y 36 obispos y a asistieron, entre otras autoridades, el Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el alcalde de la Ciudad de Toledo, así como el Delegado del Gobierno en la comunidad y el presidente de las Cortes Regionales. También estuvieron presentes el alcalde de Valladolid y otras autoridades de Castilla y León.

(Agencias/InfoCatolica) El nuevo arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, pidió a los fieles que le recuerden que "el obispo no es obispo para sí, sino para los demás, para los muchos hijos que Dios le ha dado en Toledo, sacerdotes, seminaristas y fieles laicos, religiosos y otros consagrados, mayores y ancianos".

En su primera homilía como Pastor de la Iglesia de Toledo, --el número 120 en la sucesión apostólica en la archidiócesis primada-- don Braulio  afirmó que "el obispo está obligado a iluminar con la fuerza del Evangelio las nuevas cuestiones que los cambios de las situaciones históricas presentan de continuo. Así están, ante nosotros, los cambios en las cuestiones culturales, sociales, económicas, científicas y tecnológicas".

"¿Serán estas cuestiones competencia, pues, del obispo?", se preguntó el nuevo arzobispo de Toledo, contestándose a continuación asimismo: "No, si entra en el juego político; sí, si se trata de iluminar y orientar problemas concretos que tienen los hombres y mujeres, también los cristianos, y que se abordan desde una fe en Jesucristo que unifica y no crea dualismos estériles y esterilizantes, pues la verdad no destruye, sino que purifica y une".

Moseñor Rodríguez comenzó su homilía aseverando que "la tarea me supera, soy consciente de mi inadecuación a ella. ¿Qué hacer? Lo habéis oído, hermanos, ser valiente, no acobardarme, pero sólo porque está el Señor en medio de su pueblo. ¿Cómo, en caso contrario, aceptar esta misión que su Santidad Benedicto XVI ha querido encomendarme, y a quien agradezco de corazón su confianza? (...) ¿Cómo presentarme aquí, ante vosotros, hermanos cardenales, arzobispos y obispos?". 

Tras agradecer al cardenal Cañizares "sus desvelos y esfuerzos pastorales de estos años, junto a monseñor Carmelo Borobia, obispo auxiliar", exhortó a los fieles a pedirle que "tenga fortaleza interior y exterior, para que no sólo hable, sino que esté también interiormente decidido, a fin de que sea cristiano no únicamente de nombre, sino sobre todo con la vida; que sea fiel a Cristo y esté dispuesto a gastar mi vida por vosotros".

"Te acogemos con grande amor"

   En una alocución anterior, el cardenal Antonio Cañizares se dirigió al nuevo arzobispo señalándole que "la Iglesia que está en Toledo, sus buenas gentes castellano-manchegas y extremeñas, todos, te acogemos con grande amor, con verdadera fe y con una firme esperanza. Toledo, ciudad y diócesis abiertas, lugar de unidad y de fragua de unidad entre pueblos y culturas, creadora de cultura, re recibe con gozo y como don de lo Alto".

   Por su parte, el Nuncio Apostólico en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, tuvo palabras de cariño tanto para el nuevo arzobispo como para el arzobispo saliente. De esta manera, durante su intervención en la toma de posesión quiso destacar las virtudes y las dotes en el ministerio sacerdotal de Braulio Rodríguez, al mismo tiempo que felicitó a Cañizares por la "valiosa labor" que ha desarrollado durante los seis años que ha estado en Toledo.

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