Mons. Juan Antonio Menéndez escribió una carta a una víctima de abusos sexuales dos días antes de morir

«Nadie puede duda que vivió una de las experiencias más traumáticas»

Mons. Juan Antonio Menéndez escribió una carta a una víctima de abusos sexuales dos días antes de morir

Dos días antes de su repentina muerte, el pasado miércoles 15 de mayo, Mons. Juan Antonio Menéndez, obispo de Astorga, escribió una carta a una víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote de Sanabria.

(Cope/AyO) En la misiva, escrita de su puño y letra y desvelada ahora por Irene Gómez de La Opinión de Zamora, monseñor Juan Antonio Menéndez condenó «tan execrables hechos», le pidió perdón a la víctima y le ofreció toda la ayuda necesaria para «superar este trauma».

Con su carta, el prelado –que presidía la Comisión Antipederastia de la Conferencia Episcopal Española– respondió a un escrito que la víctima le había remitido a él y a la Congregación para la Doctrina de la Fe dos meses antes. «Con el corazón estremecido leí la carta que escribió, supongo que haciendo un enorme ejercicio de memoria dolorida, intentando recuperar lo que durante muchos años ha retenido, para no revivir el daño del que fue víctima», escribió el obispo. «Después de leer su testimonio –continúa la carta–, nadie puede poner en duda que lo que usted vivió es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir una niña: el abuso sexual».

La víctima, que actualmente vive en Tenerife, relataba en la carta original los abusos sufridos por un sacerdote en el Lago de Sanabria en la década de los 70: «Me decía que yo no podía contar nada de lo que había pasado en aquel cuarto de baño. Que yo si decía algo, él diría en el obispado y en la Guardia Civil que mi madre se había llevado reliquias de la iglesia y cosas de la casa de él, que mandaría a mi madre a la cárcel y que a mi no me creerían».

Ese sacerdote, «que tenía que acompañarla a usted y a otros en su formación», contestó en su carta monseñor Menéndez, «se aprovechó de su estatus, de la confianza de su familia y de su inocencia para violar su intimidad y con ello, toda su persona. Ese hecho se perpetuó a través del acoso que el abusador hizo cuando ya no le era accesible físicamente, ante el miedo de ser denunciado y condenado, conocedor de la gravedad del delito cometido».

Por todo ello, el obispo de Astorga expresó su cercanía a la víctima «que, durante todos estos años habrá tenido que vivir con este fantasma y sus secuelas: los sueños, el recuerdo intrusivo de aquella situación, el miedo, la inseguridad, la culpa, la vergüenza y el esfuerzo estéril de olvidar esos episodios que han marcado su vida». Y le ofreció «todos los medios a nuestro alcance para poder ayudarla a superar este trauma», aunque, precisó, «legalmente nada podemos hacer, ni civil, ni canónicamente, pues el sacerdote que cometió el abuso ha fallecido; pero humanamente sí podemos acompañarla en el proceso de superación del daño psicológico. En primer lugar pidiéndole perdón y poniéndonos a su disposición para proporcionarle la ayuda terapéutica que necesite».

Tal y como explica la periodista de La Opinión de Zamora, la propia delegada episcopal del organismo creado para atender a los menores y acompañar a las víctimas de abusos, la psicóloga María José Díez Alonso, se ha puesto en contacto con esta víctima para facilitarle toda la ayuda necesaria.

5 comentarios

maru
Desde el.momento en que leí la noticia de su fallecimiento, me vino a la cabeza lo que tuvo que sufrir y no es descartable que le afectara y ayudara para sufrir el infarto. Qué descanse en la paz de Cristo!
28/05/19 10:45 AM
Anacoreta
La grandeza del obispo, Don Juan Antonio Menéndez, queda reflejada en esa misiva. ¡Cuanto tenemos que aprender de estas grandes alma!
Con mi recuerdo y oración, Don Juan Antonio, gracias por su cercanía; desde lo alto, espiritualmente siga desempeñado sus tareas para que los que aún peregrinamos aquí abajo, alcancemos la humanidad del Corazón de Cristo con nuestros hermanos de tal manera que edifiquemos sus vidas con nuestro ejemplo. Dios sea bendito.
28/05/19 7:56 PM
Marisa
Una persona sencilla y sobre todo cercana. Al lado del pueblo sencillo y desde el primer momento que llego a Astorga como obispo de esta diocedis dejo claro que ofrecía su ayuda principalmente a los más necesitados y que no dudasen en acercarse a el cuantos lo necesitasen. Visitó pueblos y se acercó a sus gentes dando a conocer la palabra de Dios. Lo mismo que hizo Jesucristo. Hemos pensado alguna vez en sus ratos de soledad? No dudo que desde el cielo seguirá rezando por nosotros. Lo hemos hecho alguna vez nosotros por él ? Señor acogelo en tu morada. Si fue tu voluntad llevartelo será porque le necesitabas a tu lado.
28/05/19 8:30 PM
Martinna
Sentimos pena que se fuera de repente Mons. Menéndez, pero quizás el Señor nos ha querido llamar la atención de esta manera, para que, al perderlo, valoremos más lo que teníamos.
Te alabamos Señor Dios nuestro, y te damos gracias por los buenos obispos y sacerdotes. Nos alegramos cuando vemos que hay muchos más de lo que pensamos y mucho mejores de lo que nos creemos, perdónanos por quejarnos cuando te los llevas, esperamos que proveas muchos más porque en verdad los necesitamos entre nosotros...

28/05/19 11:43 PM
Jose
Mchos se rasgan las vestiduras y se escandalizan ahora después de que durante décadas, no dijeron ni mú, ante campañas gubernamentales como la del “póntelo pónselo” y tantas otras abominaciones, favoreciendo la práctica sexual en la más tierna infancia.
Creo que no es justo, además de cínico, pedir perdón en nombre de un presunto delincuente.
Creo que ante una agresión, la víctima, debe denunciar inmediatamente; hacerlo 40 años después cuando el acusado no se puede defender, lo veo absurdo y me produce la sospecha de si no se busca dinero.
Lo natural y justo, ante una agresión sexual, es que la víctima se defienda y denuncie discreta y pudorosamente. Algunos niños por defenderse han sido asesinados como Santa Maria Goreti.
29/05/19 12:44 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.