(InfoCatólica) «Mi corazón sacerdotal me lleva a orar por él, sujeto a tanta presión, y cuya vida solo puede depender de decisiones que se le escapan»,escribe el Arzobispo de París, recordando que «hace unos años, ya fue sometido a una supresión de dieta e hidratación a la que sorprendentemente sobrevivió».
El arzobispo indica que el caso de este hombre de 42 años, «con un traumatismo cranel provocado por un accidente de tránsito, (...) actualmente discapacitado, tetrapléjico y dependiente en una cama en el Hospital Universitario de Reims» es «muy parecido al de Michael Schumacher... A pesar de la fama de este campeón de Fórmula 1, los medios de comunicación no abusaron de su caso médico y puede disfrutar de atención altamente especializada en un entorno privado».
«En el caso específico del Sr. Vincent Lambert, vemos que tiene los ojos abiertos, que respira normalmente, que está en una situación estable, no al final de la vida», agregó el Arzobispo de Paris.
«No padece un sufrimiento insoportable».
La decisión de interrumpir esta atención para un paciente discapacitado es contraria a la ley Leonetti, según Mons. Aupetit. «No se menciona que padezca un sufrimiento insoportable, que requiera una sedación profunda, excepto, obviamente, en el caso de que la interrupción de la hidratación por parte de los médicos cause el dolor cruel de morir de sed», El prelado recuerda que lo que se le da a Lambert no es un «encarnizamiento terapéutico», ya que no se le da un tratamiento presuntamente curativo de una enfermedad incurable, sino simplemente el cuidado corporal y nutricional básico que también se debe a los ancianos dependientes, hemipléjicos y a los bebés que aún no son independientes.
El obispo Aupetit recuerda la situación de Bélgica y Holanda, países donde de ha producido «una anestesia total de conciencia» y donde «escuchamos a los niños hablar naturalmente sobre la eutanasia de sus padres como si fuera un hecho normal... Un miembro del gobierno belga, sentado frente a mí en una reunión con el presidente de la República, estaba muy orgulloso de que su país fuera tan 'adelantado' ...¿Por qué nunca mencionamos países con una mayor conciencia ética, como Alemania o Italia?»
Elección de civilización
Para el arzobispo Aupetit, hoy nos enfrentamos a «una elección muy clara de civilización: o consideramos a los seres humanos como robots funcionales que pueden eliminarse o desecharse cuando ya no se usan para nada; o bien consideramos que la esencia de la humanidad se basa, no en la utilidad de una vida, sino en la calidad de las relaciones entre las personas que muestran su amor».
«¿No es así como sucede cuando una madre se inclina más hacia aquel de sus hijos que está sufriendo o es más frágil? Esta es la elección a la que nos enfrentamos... Una vez más nos enfrentamos a una elección decisiva: la civilización de los residuos o la civilización del amor»
Siendo médico, respondó al llamado al sacerdocio
Nacido Versalles y criado en Chaville y Viroflay, cerca de París, Mons. Michael Aupetit fue médico de cabecera (de familia). Así describió su vocación en una entrevista a Paris Match:
«Siempre tuve fe. Pero aparte de mi madre, que iba a misa cada domingo, nadie en mi casa era practicante. (...) mi padre, un ferroviario, nunca pisó la iglesia. Además, quería casarme y estaba esperando encontrar la mujer con quien comenzaría una familia. A los 20 años la cuestión de la vocación me conmovió, pero tardó doce años en madurar (...)».
Fue ordenado sacerdote con 44 años de edad. Desde su ordenación, fue vicario parroquial de Saint-Paul-Saint-Louis y capellán de las escuelas superiores del distrito de Marais François Couperin, Carlomagno-et-Saint-Germain, Victor Hugo (1995-2001); párroco de Notre-Dame de l'Arche d'Alliance (2001-2006); Vicario general de París y miembro del consejo presbiteral (2006-2013).
Nombrado obispo titular de Massita y auxiliar de París el 2 de febrero de 2013, fue consagrado el 19 de abril siguiente. El 4 de abril de 2014 fue elegido obispo de Nanterre.
Dentro de la Conferencia Episcopal Francesa, ha sido presidente del Consejo «Familia y sociedad». También es miembro del grupo de trabajo «Bioética».