(Diario de Mallorca) Las denuncias no pretenden el castigo de esa mujer, de la que se es consciente de su trastorno mental, sino que la Justicia habilite algún tipo de medida para protegerla y evitar sus agresiones.
Según fuentes del Obispado, la primera denuncia se interpuso el pasado noviembre, pero los hechos ya se remontaban a tiempo atrás. Desde entonces, se han ido ampliando las denuncias a medida que la mujer cometía presuntamente otras agresiones o causaba daños.
La persona denunciada padece, supuestamente, una obsesión con el hecho religioso y suele frecuentar iglesias y conventos. Los incidentes se han producido en muchos puntos de la ciudad y no se han limitado a determinadas parroquias o conventos.
Las fuentes informativas han señalado que el último de los ataques de esa mujer se produjo el pasado martes. La víctima fue el vicario de la zona de El Molinar.
Al margen, varias congregaciones religiosas han presentado particularmente sus denuncias, como es el caso de los Agustinos, después de que la mujer mordiera en el brazo a un religioso o le rompiera las gafas a otro.
Al parecer, la enferma mental ha sido detenida por la Policía, pero al poco tiempo ha quedado en libertad al tratarse los hechos de delitos leves de agresiones o daños.
Las fuentes del Obispado no han sabido precisar si se han pedido órdenes de alejamiento contra esa persona de lugares religiosos, pero han explicado que sí se han solicitado a la Justicia medidas para solucionar el problema.
La supuesta enferma mental también ha sido acusada de cometer hurtos en los lugares religiosos de Palma que suele frecuentar.