(Aci/InfoCatólica) El Papa Francisco celebró ayer domingo 27 de enero la Misa de Clausura de la JMJ Panamá 2019 con una invitación a los jóvenes a seguir el ejemplo de María. Precisamente al terminar la celebración el Papa se dirigió a la Virgen María con una hermosa oración en la que consagró a su Inmaculado Corazón a los jóvenes de todo el mundo, para que «impulsados por el Espíritu Santo quieran ser como tú alabanza de la Santísima Trinidad hoy y siempre».
También se anunció que la próxima Jornada Mundíal de la Juventud se celebrará en Lisboa, Portugal.
Homilía del Papa sobre el cumplimiento en Jesús de la profecía de Isaías
El Papa dijo en su homilía, pronunciada ante 720.00 jóvenes reunidos en el Campo San Juan Pablo II :
«Todos estos días de forma especial ha susurrado como música de fondo el ‘hágase’ de María. Ella no solo creyó en Dios y en sus promesas como algo posible, le creyó a Dios y se animó a decir ‘sí’ para participar en este ahora del Señor», dijo el Papa en referencia al lema de la JMJ Panamá 2019 «Hágase en mí según tu palabra», palabras que respondió María al momento de la Anunciación.
María, dijo el Pontífice, «sintió que tenía una misión, se enamoró y eso lo decidió todo». «Ustedes sientan que tienen una misión, se dejen enamorar y el Señor decidirá todo», aseguró. En su homilía, el Pontífice reflexionó sobre el pasaje del Evangelio con que Cristo inicia su misión pública, al afirmar en la sinagoga que se había cumplido la profecía de Isaías.
Francisco explicó que ese fue un «momento importante en la vida del Maestro», pues «una palabra proclamada hasta entonces solo como promesa de futuro», en boca de Jesús «solo podía decirse en presente, haciéndose realidad».
«Es el ahora de Dios que con Jesús se hace presente, se hace rostro, carne, amor de misericordia que no espera situaciones ideales, situaciones perfectas para su manifestación, ni acepta excusas para su realización», afirmó.
Sin embargo, no todos los que estaban en la sinagoga «se sintieron invitados o convocados», incluso algunos decían «¿pero este no es este el hijo de José?». El Papa dijo que «también a nosotros nos puede pasar lo mismo». «No siempre creemos que Dios pueda ser tan concreto, tan cotidiano, tan cercano y tan real, y menos aún que se haga tan presente y actúe a través de alguien conocido como puede ser un vecino, un amigo, un familiar».
Incluso «no siempre creemos que el Señor nos pueda invitar a trabajar» con Él, o «actuamos como los vecinos de Nazaret, que preferimos un Dios a la distancia: lindo, bueno, generoso, bien dibujadito, pero distante, y sobre todo un Dios que no incomode, un Dios domesticado». Sin embargo, Dios es cercano, real y concreto.
«E incluso a ustedes, queridos jóvenes, les puede pasar lo mismo cada vez que piensan que su misión, su vocación, que hasta su vida es una promesa pero solo para el futuro y nada tiene que ver con el presente. Como si ser joven fuera sinónimo de sala de espera de quien aguarda el turno de su hora».
En ese sentido, Francisco señaló que los jóvenes «no son el futuro», sino el presente, «el ahora de Dios». «No mañana, ahora, porque allí, ahora, donde esté su tesoro allí estará también su corazón; y aquello que los enamore conquistará no solo vuestra imaginación, sino que lo afectará todo. Será lo que los haga levantarse por la mañana y los impulse en las horas de cansancio, lo que les rompa el corazón y lo que les haga llenarse de asombro, de alegría y de gratitud», afirmó.
El Papa les dijo «el Señor y su misión no son un ‘mientras tanto’ en nuestra vida, un algo pasajero, no son solo una Jornada Mundial de la Juventud son nuestra vida de hoy y caminando».
Hermosa oración al Inmaculado Corazón de María por los jóvenes
Al concluir la Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, el Papa Francisco elevó una hermosa oración por todos los jóvenes, a los pies de la imagen de Santa María la Antigua:
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra
confío a tu Inmaculado Corazón, a los jóvenes de todo el mundo
que impulsados por el Espíritu Santo quieran ser como tú
alabanza de la Santísima Trinidad hoy y siempre.
Humilde sierva del Señor, tú que conoces los retos diarios de tus hijos
las asechanzas del mundo y las seducciones del pecado
sé su celestial intercesora
para que puedan derrotar al maligno con la firmeza de la fe.
Bienaventurada Virgen María, tus hijos congregados aquí
provenientes de todas partes del mundo
quieren ser fieles a tus enseñanzas
vivir el misterio de la Eucaristía
y orar a Dios Padre meditando la vida de tu Hijo con el Rosario.
ilumina su camino para responder con generosidad
la vocación que Él les inspire y alcanzar así la vida eterna.
Al finalizar esta Jornada Mundial,
imploro tu protección sobre todos ellos y sobre todos nosotros,
para que todos ellos y nosotros los grandes
podamos ser auténticos discípulos y misioneros
de modo que el Reino de justicia y de paz
que tu Hijo inauguró con su primera venida
se expanda por toda la tierra.
Amén.