(AICA/InfoCatólica) En medio del debate provincial sobre la ley de Educación en la provincia de Santa Fe y la ley de Educación Sexual Integral (ESI), ambas con media sanción, el arzobispo de Rosario y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, monseñor Eduardo Eliseo Martín, brindó una entrevista en Onda de Radio, en la que detalló las reuniones que mantuvo, acompañado por obispos y profesionales, con el vicegobernador y algunos senadores provinciales para dialogar sobre el tema.
El prelado explicó que «hay dos proyectos de ley que aprobaron los diputados, uno era el proyecto de Educación Sexual Integral (ESI), al que nosotros teníamos objeciones por lo limitado que era, en cuanto a que reducía a una sola perspectiva esta educación, sin tener en cuenta los idearios de las instituciones confesionales» y, por otro lado, «una Ley de Educación general, provincial, donde dentro había un capítulo dedicado a la Educación Sexual Integral, entonces era como una redundancia, había un proyecto de ley de Educación Sexual por fuera y otro dentro de la Ley de Educación general», planteó.
Respecto a la ley de Educación en general, el arzobispo dijo que «fue un proyecto muy trabajado por el gobierno provincial, tuvimos encuentros en la Universidad Católica con diputados de distintos partidos, con la ministra de Educación, ha habido reuniones también en toda la provincia donde se fue conformando un proyecto que en general era potable«.
«En diciembre del año pasado, la ministra Balagué pidió hablar a los obispos, así que estuvimos reunidos en Santa Fe, vinieron varios de los obispos de la provincia, y nosotros le planteamos algunas correcciones menores y las aceptaron. Con ese proyecto acompañamos cuando el gobernador lo entregó públicamente en la legislatura en diciembre, y el Consejo Superior de Educación Católica acompañó ese acto», recordó.
Monseñor Martín advirtió que al entrar a la Comisión de Educación, dicho proyecto fue «mezclado» con otros, y todas las sugerencias o aportes de la Iglesia católica no fueron reconocidos. En el proyecto presentado, por ejemplo, en la parte de educación sexual no se hablaba de perspectiva de género; por otro lado, sí se hablaba de respeto a las creencias religiosas.
El prelado sostuvo que hubo otra omisión, «suponemos que fue un error», admitió, «porque dice cuáles son las entidades que pueden tener instituciones educativas, y entonces presenta cooperativas, personas, también las confesiones inscriptas en el Registro de Culto, y resulta que la Iglesia católica no está en el Registro de Culto porque tiene un status aparte», de ese modo, «la ley nos excluiría de tener instituciones educativas».
En este sentido, detalló que «la educación privada es un 30% de la educación provincial, y de ese 30%, el 60% es confesional. O sea que la Iglesia tiene una incidencia importante en la cantidad de alumnos, son 286 escuelas en total».
«Frente a eso nosotros hemos ejercido el derecho constitucional de peticionar a las autoridades. Se nos ha acusado de lobbistas, de gente que quiere imponer como los señores feudales, y nosotros hemos ido simplemente a expresar nuestro punto de vista, a exponer nuestras razones. Allí nos recibió el vicegobernador y tres o cuatro senadores de raíz radical. Nos recibieron muy bien. Luego hicimos otra reunión con el bloque mayoritario, el del partido justicialista, donde expusimos estas razones por las cuales no estamos de acuerdo, y ellos también receptaron muy bien, nos dijeron que iban a estudiar a fondo esta cuestión», señaló.
En cuanto a la actualidad del tema, monseñor Martín dijo que continúan reuniéndose con diputados para que, si el proyecto vuelve a la Cámara, estén en diálogo, «porque nosotros no queremos imponer nada, sino que también se nos tenga en cuenta y que nuestra mirada esté incluida. Que sea una ley inclusiva».
ESI: Una imposición «dañina»
El prelado expresó el «temor» de que detrás del concepto de perspectiva de género, que puede entenderse como «la igualdad entre varones y mujeres», en lo cual no hay ninguna dificultad; venga la ideología de género donde «no se respeta el dato de la naturaleza», sino que «cada uno construye su sexo como quiere sin tener en cuenta el dato biológico». En ese sentido, consideró «dañino» que se impusiera a todos los niños una enseñanza «tan tergiversada».
«Lo que estamos defendiendo es la libertad de enseñar conforme a nuestra visión de la vida», sostuvo, y destacó que «los padres tienen el derecho de elegir esta mirada».
«Aquellos que los manden a una escuela católica saben que se les va a enseñar conforme a la concepción cristiana de la vida», que abarque la dimensión moral y espiritual de la educación sexual, afirmó, porque el proyecto aprobado por diputados censura la dimensión religiosa. «Dice que la educación sexual tiene aspectos psicológicos, biológicos, sociales jurídicos y éticos, pero no espirituales».
«Para nosotros claro que tiene también una dimensión moral, pero tiene también una dimensión religiosa que es la dimensión que traspasa todas las otras, que es la última y definitiva, razón por la cual nosotros también tenemos escuelas», enfatizó.
«Estamos en un cambio de época donde los valores que eran compartidos por el conjunto de la sociedad han cambiado. Hay un cambio de mentalidad muy profundo y muy acelerado, entonces esto es un gran desafío, porque nosotros tenemos que recomenzar desde Cristo, no dar por supuesta la experiencia cristiana. Por eso, hoy son lugares de misión la escuela, la familia, y nuestra propia vida. Tenemos que dejar que el anuncio del Evangelio resuene en nuestra propia vida para que lo podamos brindar como una propuesta cargada de significado y atractiva»; concluyó.+