Juez católico emite pena de muerte a asesino en serie

Pena de muerte en Estados Unidos

Juez católico emite pena de muerte a asesino en serie

Patrick Dinkelacker, juez de súplicas comunes en el condado de Hamilton, Ohio, condenó a Anthony Kirkland al corredor de la muerte el pasado 28 de agosto. El fiscal Joseph Deters, también católico, había argumentado a favor de la pena de muerte en este caso.

(Catholic Herald/InfoCatólica) Un juez católico estadounidense ha sentenciado a muerte a un asesino en serie, argumentando que hacer lo contrario sería «teológicamente erróneo», a pesar de la reciente afirmación del Papa de que la pena de muerte es inadmisible.

Patrick Dinkelacker, juez en el condado de Hamilton, Ohio, condenó a Anthony Kirkland al corredor de la muerte el pasado 28 de agosto. El fiscal Joseph Deters, también católico, había argumentado a favor de la pena de muerte en este caso.

Durante la sentencia de Kirkland, el juez Dinkelacker dijo: «Como una persona que cree moralmente en la santidad de la vida, juzgar a otro para determinar si la imposición de la pena de muerte es apropiada, no es un deber que tome a la ligera».

«En esta gran tierra de Estados Unidos, vivimos bajo el imperio de la ley», dijo, según el Cincinnati Enquirer.

El Vaticano anunció un cambio al Catecismo el 2 de agosto, por lo que la pena de muerte es inadmisible. El Catecismo ahora dice «... la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible porque es un ataque contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona» y trabaja con determinación para su abolición en todo el mundo».

La Iglesia Católica había definido dogmáticamente anteriormente que dicha pena era aceptable en ciertas circunstancias. Evangelium Vitae de Juan Pablo II, publicado en 1995, decretó que la ejecución solo es apropiada «en casos de absoluta necesidad, en otras palabras, cuando no fuese posible, de otra manera,  defender la sociedad».

Hoy, escribió Juan Pablo II, tales casos eran «muy raros, si no prácticamente inexistentes».

Joseph Bessette, profesor de gobierno y ética en el Claremont McKenna College, dijo con respecto a este caso: «El Papa Juan Pablo II emitió un juicio cautelar en la década de 1990 de que en la era moderna la pena de muerte rara vez era necesaria para lograr la seguridad pública. Pero él no afirmó que la pena fuera intrínsecamente mala».

«Los fiscales y jueces católicos, guiados por sus leyes estatales y los juramentos que toman para defenderlos, conservan todo el derecho de llegar a sus propios juicios sobre el valor de la pena capital para garantizar la seguridad pública», agregó.

El hombre sentenciado, Anthony Kirkland, de 49 años, fue declarado culpable de matar a tres mujeres, por las que había cumplido cadena perpetua, y dos adolescentes, por lo que fue condenado a la pena de muerte.

El jurado de doce personas, después de deliberar, había recomendado la pena de muerte a principios de agosto. Es posible, pero extremadamente raro, que un juez anule la decisión de un jurado sobre la pena de muerte.

«Hice un juramento de seguir la ley y lo haré», dijo el juez Dinkelacker, según el canal de noticias local Fox 19 Now. «Hacer lo contrario es moral, legal, filosófica y teológicamente erróneo».

15 comentarios

Teologo
Las explicaciones del juez son completamente correctas desde el punto de vista católico. Dado que hay magisterio definitivo en este sentido, como la profesión de fe de Inocencio III a los valdenses, la reciente intervención de Francisco o se toma como una recomendación respecto a situaciones prudenciales que desaconsejan esa pena, o si no sería sencillamente errónea al estilo de Honorio I sobre las voluntades de Cristo. Por otra parte, desde el punto de vista magisterial no es más la intervención de Francisco I que la de Pio V, que enseña lo contrario, o la extraordinaria explicación de esta pena en los discursos de Pio XII. Al no existir ningún documento que enseñe de manera definitiva que un texto de magisterio ordinario anula al anterior, ni tal cosa ha sido demostrada por la razón, no aceptar la decisión del jurado por parte de un juez católico sería, en efecto, teologicamente inadmisible.
1/09/18 5:11 PM
Martín Bilotta
Estoy de acuerdo. Dios mismo legisló la Pena de Muerte en el Antiguo Testamento y la promulgó para que Jueces humanos la apliquen, y Dios no puede dictar leyes que a la luz del Evangelio sean inadmisibles. Se puede estar en desacuerdo con la necesidad de esta aplicación en ciertas circunstancias concretas, pero no se puede decir que sea intrínsecamente inmoral a la luz del Evangelio, pues Jesús dijo que no vino a derogar ni una tilde de la Ley. El Papa Juan Pablo II -al igual que el Papa Francisco- son todo lo respetables que hayan sido o sean, pero no son competentes para decidir cuándo las circunstancias concretas en un pais y momento determinado hacen necesaria la aplicación de la Pena de Muerte, cuando está prevista por su Ley. A lo sumo, el Papa tendría esa facultad sólo respecto del Estado del Vaticano, si en sus leyes estuviera prevista la Pena de Muerte para algún caso, no obstante entiendo que las leyes del Vaticano no prevén ningún caso en que sea aplicable la Pena de Muerte. Por todo ello, considero que la pretendida modificación unilateral del Catecismo dispuesta por el Papa, sin consulta previa con nadie, sin intervención previa de ningún dicasterio, sin exposición de motivos alguna, sin ninguna formalidad, contrariando todas las fuentes de la Escritura, Tradición y Magisterio, y hecha con oportunismo en momentos en que estallara un gigantesco escándalo que lo salpica, a mi entender CARECE DE TODO VALOR MAGISTERIAL. NO SE LES PUEDE DECIR A LOS JUECES DE AYER QUE
1/09/18 6:21 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Me parece perfecta la decisión del juez. El debe actuar según la ley y su conciencia.
En 1987, Kirkland mató a su novia y prendió fuego a su cuerpo. Cumplió 16 años en prisión. y fue beneficiado con libertad condicional en 2004.
Desde el 2006 hasta el 2009, Kirkland asesinó a cuatro mujeres (dos mujeres y dos adolescentes), tres de ellas por estrangulación. En cada caso, él había quemado el cuerpo de su víctima en un intento de ocultar evidencia de violación.
¿Quién sería responsable si este hombre siguiera matando?
1/09/18 7:17 PM
Francisco Javier
Y mientras en otro bando: magistrados catolicos defenden el aborto o pena de muerte para inocentes y lo promueven como "derecho humano".
1/09/18 8:22 PM
Fuenteovejuna
La pena de muerte es una sabia institución que, a modo de piedra angular, sirvió en otros tiempos para que los pueblos recios y de costumbres severas se convirtieran en imperios.
La derogación de la pena de muerte es una marca o señal -semejante al 666- que identifica a ciertos pueblos que otrora fueron imperios y que, por obra de la decadencia moral y corrupción de las costumbres, se convirtieron en esclavos de sus vicios.
Luego de un largo periplo de luces y sombras, esa es la penosa situación en que la Iglesia y el mundo occidental se encuentran en el siglo XXI.
1/09/18 8:27 PM
Eiztarigorri
A quienes sostienen que el aborto es la pena de muerte para el inocente hay que recordarles que en teología quien no distingue confunde. El concepto de pena hace referencia a una culpa y el inocente carece de culpa. En consecuencia hacer equivaler la pena muerte y el aborto es un ejercicio de manipulación y deshonestidad intelectual que busca sembrar cizaña. La verdad no negocia con manipuladores ni con chantajistas morales. A falta de argumentos se busca manipular los sentimientos. Pues bien eso dará miedo a un niño, pero no a un cristiano que conozca cual es el magisterio.
1/09/18 9:53 PM
Jordi
La pena de muerte es admisible en crímenes muy graves, pues toda pena es un reproche a un acto criminal grave libremente realizado.
1/09/18 10:17 PM
Palas Atenea
No es que obre en conciencia subjetiva sino en conciencia objetiva, la Iglesia tiene dos mil años de historia que no se borran de un plumazo porque tan papa es éste como los anteriores y necesariamente tienen que ir de consuno en materia tan delicada. Un consejo prudencial no anula la Doctrina.
1/09/18 10:35 PM
Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi Justicia”.
1/09/18 10:51 PM
Paseante
La abolición de la pena de muerte tiene mucho que ver con el ateísmo y su rechazo de la metafísica. Cuando esta vida carece de sentido trascendente se le concede un valor absoluto que sólo reside en el miedo a la muerte y en una defensa de la dignidad humana carente de fundamento. Esa dignidad sólo puede radicar en la condición de criaturas creadas a imágen y semejanza de Dios (el cual es negado).
2/09/18 9:21 AM
Alfonso Gerona Lérida
Si hubiese habido en España pena de muerte, probablemente ETA nunca hubiera existido o los actuales presos de ETA, de quedar alguno vivo en la cárcel, hoy estarían plenamente arrepentidos de sus crímenes. Así como tantos asesinos de inocentes que hay en nuestras cárceles.
2/09/18 10:06 AM
pacomio
Este Juez es CATÓLICO, NO demente.
Conoce la doctrina católica, no los delirios modernistas.
2/09/18 11:44 AM
Luis
Estoy en contra de la pena de muerte, existen otras formas de cumplir las sentencias. Pero mi opinión es mía. Y las recomendaciones del Papa me parecen acertadísimas sobre esta materia. Pero, que yo sepa, el estar a favor o en contra de la pena de muerte no es un dogma de fe...
2/09/18 12:01 PM
Zenón
"El hombre sentenciado, Anthony Kirkland, de 49 años, fue declarado culpable de matar a tres mujeres, por las que había cumplido cadena perpetua, y dos adolescentes, por lo que fue condenado a la pena de muerte."

Esto no parece congruente.
2/09/18 3:15 PM
hornero (Argentina)
No juzgo el caso particular que se informa, no soy juez, pero defiendo la pena de muerte como institución saludable de la sociedad que recurre a esta decisión extrema en casos extremos que amenazan su propia firmeza como sociedad. La pena de muerte enaltece el rigor propio y esencial de la Justicia como institución que vela por la seguridad pública, como, salvando las diferencias, lo hacen la policía y las Fuerzas Armadas.No sólo elimina al criminal irreconciliable, sino que crea un marco de temor proporcional en los demás delincuentes, que entienden así, la fortaleza de una comunidad que se respeta y se hace respetar por las buenas o por las malas. El delincuente tiene una mentalidad que lo lleva a subestimar la capacidad de defensa de la sociedad, puesto que él se especializa en burlar derechos y leyes, se rige por su propia astucia y capacidad de riesgo, esta es su ley. Y en el fondo es un enemigo de toda persona decente, desconfía de quienes no son como él, a quienes acecha siempre desde las sombras.
2/09/18 4:24 PM

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