Palabras del Papa a los obispos de Perú en visita ad limina

"Cuando la belleza y la verdad de Cristo conquistan nuestros corazones, experimentamos la alegría de ser sus discípulos"

Perseverar en el espíritu misionero, apremiados por la caridad de Cristo, testimoniando el amor de Dios y el verdadero rostro de la Iglesia católica, con especial atención a los más pobres y, a los que se alejan, y a las víctimas de la droga y la violencia. Son las exhortaciones que ha dirigido Benedicto XVI - destacando la caridad y dedicación pastoral de los miembros de la Conferencia Episcopal del Perú en sus Iglesias particulares - al recibirlos ayer, en el marco de su visita ad limina apostolorum.

(RV/InfoCatolica) Tras reiterar que es "ocasión significativa para fortalecer los lazos de comunión con el Romano Pontífice y entre los mismos obispos", el Papa ha recordado que "la unidad auténtica en la Iglesia es siempre fuente inagotable de espíritu evangelizador". Y en este contexto, el Santo Padre ha subrayado los importantes programas pastorales de los obispos peruanos, junto con el impulso misionero promovido por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, y, especialmente, la Misión continental.

Haciendo hincapié en el espíritu misionero, porque "la Iglesia es una realidad dinámica y el verdadero discípulo de Jesucristo goza transmitiendo gratuitamente a otros su divina Palabra y compartiendo con ellos el amor que brota de su costado abierto en la cruz (cf. Mt 10,8; Jn 13,34-35; 19,33-34; 1 Co 9,16)", y destacando que "cuando la belleza y la verdad de Cristo conquistan nuestros corazones, experimentamos la alegría de ser sus discípulos y asumimos de modo convencido la misión de proclamar su mensaje redentor", el Papa ha exhortado a los obispos peruanos a irradiar a Cristo en particular a los hermanos que se alejan:

"A este respecto, os exhorto a convocar a todas las fuerzas vivas de vuestras Diócesis, para que caminen desde Cristo irradiando siempre la luz de su rostro, en particular a los hermanos que, tal vez por sentirse poco valorados o no suficientemente atendidos en sus necesidades espirituales y materiales, buscan en otras experiencias religiosas respuestas a sus inquietudes".

Siguiendo el preclaro ejemplo de Santo Toribio de Mogrovejo y de tantos otros Santos Pastores, Benedicto XVI ha animado los obispos del Perú "a vivir como audaces discípulos y misioneros del Señor" y a perseverar en su misión:

"La asidua visita pastoral a las comunidades eclesiales —también a las más alejadas y humildes—, la oración prolongada, la esmerada preparación de la predicación, vuestra paterna atención a los sacerdotes, a las familias, a los jóvenes, a los catequistas y demás agentes de pastoral, son la mejor forma de sembrar en todos el ardiente deseo de ser mensajeros de la Buena Noticia de la salvación, abriéndoos al mismo tiempo las puertas del corazón de aquellos que os rodean, sobre todo de los enfermos y los más necesitados".

Señalando luego que la Iglesia en Perú ha contado desde sus inicios «con la benéfica presencia de abnegados miembros de la Vida Consagrada», Benedicto XVI ha alentado también a estos obispos a seguir acompañando y animando fraternalmente a los religiosos y religiosas, "para que, viviendo con fidelidad los consejos evangélicos según el propio carisma, continúen dando un vigoroso testimonio de amor a Dios, de adhesión inquebrantable al Magisterio de la Iglesia y de colaboración solícita con los planes pastorales diocesanos".

En su entrañable encuentro con la Conferencia Episcopal del Perú, el Papa ha recordado que la caridad de Cristo nos apremia con especial solicitud hacia los más pobres y débiles:

"Pienso ahora, sobre todo, en los peruanos que carecen de trabajo y de adecuadas prestaciones educativas y sanitarias, o en los que viven en los suburbios de las grandes ciudades y en zonas recónditas. Pienso, asimismo, en aquellos que han caído en manos de la drogadicción o la violencia. No podemos desentendernos de estos hermanos nuestros más débiles y queridos por Dios, teniendo siempre presente que la caridad de Cristo nos apremia (cf. 2 Co 5,14; Rom 12,9; 13,8; 15,1-3)".

El Santo Padre ha concluido su discurso pidiendo al Señor Jesús que ilumine a los obispos del Perú en su servicio pastoral al Pueblo de Dios, sin dejarse desalentar ante las dificultades y desafíos, afianzados y confortados con las palabras de de Cristo a san Pablo os debe confortar en el ejercicio de vuestra responsabilidad: “Te basta mi gracia. La fuerza se realiza en la debilidad” (2 Co 12,9). Y con el amparo y amor de María Santísima, Nuestra Señora de la Evangelización.

Tras la audiencia del Papa a los obispos peruanos, acabamos de hablar con uno de ellos, el auxiliar de Trujillo, don José Javier Travieso, al que hemos recogido el siguiente testimonio.

Ayer, también, en la plaza de San Pedro, tras el rezo mariano de Regina Coeli, entrevistamos a Mons. Isidro Sala Ribera, que es el obispo de la diócesis peruana de Abancay, y le preguntamos cómo habían vivido aquí en Roma la peregrinación de Benedicto XVI a Tierra Santa.

Mons. Sala Ribera también nos habló de la importancia de las visitas ad limina para la vida de las iglesias locales.

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