(AsiaNews/InfoCatólica) En el distrito de Surkhet decenas de miles de humillados por razones de casta piden ser bautizados. La decisión fue asumida en el curso de una reunión secreta con 200 representantes. Las prohibiciones indias les vuelven imposible la vida. El hecho es sintomático de un fenómeno más general. En Nepal hay una ley contra las discriminaciones, pero la policía no interviene y las denuncias jamás son tomadas en consideración.
En este contexto, los Dalit decidieron organizar una reunión secreta para rezar a Jesús para que los salve. Las conversiones y las renuncias a la fe hindú están sucediendo en el distrito de Surkhet en el oeste de Nepal. Los Dalit son marginados a causa de su casta de pertenencia. Y están cansados de sufrir graves discriminaciones y amenazas.
Sanu Nepali, de 21 años, fue golpeado por algunos miembros de la casta más elevada, el miércoles 5 de julio. Lo acusaron de haberse bañado en el agua potable pública, contaminándola desde el punto de vista físico y sobre todo «espiritual». Por las heridas que le causaron, terminó hospitalizado.
Hace dos meses, un muchacho Dalit de 9 años, Bhim Bahadur, fue brutalmente golpeado, quizás solamente porque osó entrar en la cocina de una familia de una casta más elevada que la suya, en el pueblo de Barahatal, en el mismo distrito.
Se calcula que unos 50.000 Dalit en el distrito de Surkhet, víctimas de graves discriminaciones, fueron llevados a renunciar a la fe hindú y a abrazar el mensaje cristiano. La decisión fue tomada en la reunión en la cual participó una gran delegación.
Lal Babbu BK, uno de los delegados declaró: «Éramos más de 200. Nos hemos reunido para convertirnos al cristianismo, para ponernos a salvo. Todos hemos practicado la fe hindú por generaciones, puesto que era obligatorio. Pero hoy, el país se secularizó y la fe hindú no puede salvarnos. Son hindúes como nosotros, los que nos humillan y nos atacan. En nombre de nuestra intocabilidad nos juzgan desde su altivez. Las personas de las castas más bajas no pueden ni siquiera tocarlos, no pueden entrar en sus casas, no pueden ni siquiera tocar el agua potable pública y no pueden tener acceso a los lugares públicos. Entonces, ¿Qué clase de fe es esta? ¿Estamos seguros en esta fe? Nosotros hemos llegado a la conclusión de que “no”, y decidimos convertirnos al cristianismo». «Estamos en peligro en todos lados», agregó, «y somos discriminados en todo momento». Por lo tanto, pedimos la gracia de Jesús, porque hemos visto que en el cristianismo no existe ninguna discriminación. Creemos que Jesús nos puede proteger». «La decisión fue tomada, aunque todavía no hemos contactado a un sacerdote cristiano que nos pueda bautizar», concluyó Lal Babu BK. «lo haremos y esperemos que el cura pueda recibirnos».
Sudip Pathak, activista por los derechos humanos comentó: «Las personas son libres de adoptar toda medida de protección necesaria, cuando son amenazadas y el Estado no logra protegerlos».
Binod Pahadi, un activista de derecha de los Dalit y ex diputado dijo: «No es sólo un problema del distrito de Surkhet, sino que es sintomático de la situación que rige en todo el país. Existe una ley contra las discriminaciones y por la igualdad, pero en la práctica, en la relación con las personas de castas bajas, hay una fuerte opresión».
Jayasara, madre de Bhim Bahadur BK, afirmó: «Hemos tomado esta decisión siendo que no hemos tenido otra alternativa para salvarnos».
Hace pocos meses, sucedió un caso similar en la capital, Katmandú. Kamala Nepali, una mujer Dalit fue golpeada fuertemente por haber tocado los grifos del agua en Chandeshwori en la municipalidad de Tokha en Katmandú Shanta KC. La mujer que le pegó jamás fue castigada.
Hay disposiciones legales contra estas discriminaciones, pero cuando las víctimas hacen la denuncia, ni siquiera son escuchadas.
El oficial de policía Bhattarai, involucrado en este caso dijo: «Las víctimas no pueden presentar pruebas y no podemos castigar a nadie si no tenemos pruebas».
Sin embargo, son miles las personas víctimas de semejantes aberraciones en Nepal.