(Diario Hoy) «Conversando con directivos de diversos establecimientos educativos, tanto de gestión estatal como privada, me comparten que hace unos años les preocupaba que se vendía droga a dos o tres cuadras de la escuela», precisó en su reflexión semanal.
Después, indicó el arzobispo, «comenzaron a denunciar que lo hacían en la esquina o en la misma puerta. Ahora en algunos lugares se comercializa dentro del establecimiento educativo».
En ese sentido, el prelado consideró necesario «preocuparse y ocuparse, para cuidar a los niños y adolescentes».
Contra el abandono escolar
Frente a lo que definió como un «consumo creciente de drogas de lo más diversas», Lozano afirmó que si bien no se le puede pedir «todo a la escuela», esta institución «posee un abanico de oportunidades que ayudan en el camino de la prevención».
Según describió, «allí se desarrollan y fortalecen los vínculos sociales que nos ayudan para la convivencia. El respeto por las diferencias, el diálogo para resolver los conflictos, compartir el mismo espacio entre diferentes grupos sociales, ayudar a los más débiles, aprender a perder o ganar en los juegos».
Atento a esto, el prelado afirmó que «con cada niño o adolescente que abandona el sistema educativo se manifiesta una serie de fracasos».
Para el arzobispo de San Juan de Cuyo, «cuando los chicos no hacen nada en todo el día y están sentados o aburridos en la plaza o la esquina, permanecen en riesgo de ser captados por el crimen organizado», por lo que «se da un círculo perverso: aburrimiento, droga, deuda, delito».
Lozano recordó que «un sacerdote decía que la vida de muchos de estos jóvenes está marcada por 3 C: calle, cárcel, cementerio», y sugirió proponerles «otras 3C: capilla, colegio, club».