(Conferencia Episcopal de Chile) Desde que en enero de este año los parlamentarios decidieran votar a favor de legislar por la despenalización del aborto en las tres causales. La sociedad civil a favor de la vida se ha movilizado para continuar la defensa del niño que está por nacer, una lucha en la cual no se han bajado los brazos y que luego del aplazamiento a la discusión legislativa por el mes de marzo, da el aliento y esperanza para poder concientizar a la comunidad de los riesgos y vacíos que conlleva la entrada de una ley de aborto en nuestro país.
«Yo marcho por la vida» se tomará las calles de la comuna de Villarrica por cuarto año consecutivo el sábado 25 de marzo. Fecha doblemente memorable debido a la ley 20.699 –promulgada en noviembre de 2013- que decreta oficialmente que cada 25 de marzo Chile celebra de manera oficial el «Día del Niño que está por Nacer y la Adopción».
En el itinerario de la jornada los manifestantes se reunirán desde las 10.00 horas en la Avda. Costanera para luego marchar por las calles céntricas de la ciudad, hasta llegar a la Plaza Cívica de Villarrica, ubicada en el frontis de la municipalidad. Lugar en el que se celebrará un breve acto de cierre pasado el mediodía.
En estos cuatro años, la Iglesia Católica de Villarrica ha sido la principal gestora de este encuentro, cuya invitación convoca a toda la comunidad que con convicción valora y defiende el derecho a la vida.
¿Por qué la marcha?
Entendiendo situaciones tan dolorosas como la inviabilidad fetal, embarazo por violación o riesgo de la mujer- esta ley esconde tras de sí visiones ideológicas que no responden a las necesidades de la mujer que vive estas angustiantes experiencias. Al enfrentar un aborto no solo se profundizan estas heridas, se hace una patente una huella psicológica de este acto en sus vidas, quizás con consecuencias no inmediatas, pero sí permanente en ellas y sus familias.
Hay otro camino: dejar vivir. Dar una oportunidad a que esa vida intrauterina pueda concluir su misión en este mundo, ya sea por minutos, semanas o prolongada por décadas. La misma oportunidad que hemos tenido todos.
Esta ley no profundiza en el acompañamiento ni seguimiento en cada caso, tampoco en el derecho de los profesionales de la salud que no quieren ser cómplices de un asesinato. Esta lucha no se trata de las libertades humanas ni de género. Un derecho como la libertad no puede menoscabar uno aún más temprano. El derecho a vivir. Para quienes apreciamos el don de la vida, la discusión del aborto en nuestro país no radica en la libertad de elegir abortar, sino en la naturaleza de este acto y la naturaleza del nonato, un ser vivo de la especie humana.
Seguimos rogando para que todo Chile nos escuche y que esta ley no sea solo la puerta de entrada al aborto, restringido y luego libre, como es la constante internacional. La participación de los jóvenes y las familias serán vitales en el desarrollo de esta manifestación, que cuenta con el apoyo en las redes sociales desde el Twitter @yomarchoxlavida y en Facebook con la página Yo Marcho por la Vida.
Llamamos a la ciudadanía a seguir informados de las implicancias de esta ley y los invitamos a sumarse a «Yo marcho por la vida» el sábado 25 de marzo. Participemos juntos de la gran marcha del sur de Chile, que se unirá a las manifestaciones regionales de Chile es vida y Mi voto vale vida y sigamos unidos para dar un sí rotundo al derecho a nacer.