(AIN) Las décadas de de guerra ininterrumpida por la independencia, han hecho de Sudán del Sur un país de miseria y muerte. Hay un 80% de analfabetismo y una tasa de mortalidad infantil de hasta el 40%. La población se ve atrapada ante los nuevos enfrentamientos internos en una espiral de pobreza y violencia, de la que es incapaz de salir por sí misma.
La Iglesia Católica es prácticamente la única institución que trabaja sobre el terreno a través de numerosos misioneros, sacerdotes y religiosas locales que intentan incansablemente procurar auxilio y consuelo a la población.
Uno de los mejores ejemplos de entrega en la diócesis de Tombura-Yambio son los 67 seminaristas y 3 sacerdotes del Seminario mayor de San José, que asumen su vocación como un servicio a la comunidad cristiana, no solo con su labor pastoral, sino también humanitaria. Éstos héroes se han convertido, día a día, en el corazón de la Iglesia local sembrando paz y llevando la Palabra de Dios a aquellos que no cuentan con otro sustento que el del espíritu.
Viven de la experiencia fehaciente de Dios, pero se encuentran con la enorme problemática que supone la falta de recursos. Comen solo una vez al día, generalmente maíz, judías o avena. La carne es un lujo que ellos no pueden permitirse. No disponen de comedor, ni cocina. Preparan la comida en hogueras al raso, comen en el suelo con sus manos como único cubierto. Carecen de agua corriente, por lo que se ven obligados a desplazarse para obtenerla de los arroyos cercanos. El combustible es tan escaso, que no pueden alimentar el generador de electricidad con el que iluminarse durante la noche.
Por todo ello, el rector del seminario ha pedido a los benefactores de ACN 27.000 euros para poder dar de comer a sus seminaristas, construir una bomba para el suministro de agua limpia, una cocina en la que poder elaborar el alimento necesario y combustible para vehículos y el generador de luz. También necesitan ayuda para los gastos del personal y administrativos del seminario. Si entre todos les proporcionamos los medios, ellos harán llegar a los más necesitados el consuelo y la alegría de Dios.
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