(InfoCatólica) El obispo explica a sus fieles que el 11 de septiembre, durante la Diada, «las dos principales asociaciones civiles independentistas convocan de nuevo una gran manifestación de apoyo a la hoja de ruta para lograr la independencia. Miles de ciudadanos de esta diócesis participarán especialmente en las manifestaciones de Berga y de Lérida».
Tras recordar la actual constitución del parlamento autonómico de Cataluña, el prelado indica que «este camino hacia la república catalana tiene una primera fase, que parece que culminará el próximo otoño, que consiste en: preparar y aprobar las leyes del proceso constituyente, de la seguridad social y de la hacienda pública; equipar la administración de la Generalidad con las estructuras de un Estado y promover un proceso de participación ciudadana en la elaboración de la futura Constitución».
Y añade:
«El Gobierno de la Generalidad y el Parlamento de Cataluña, salvo una crisis definitiva del acuerdo parlamentario vigente, saldrán adelante la hoja de ruta que vertebra la legislatura. La independencia llegará si el 51% de los votos del referéndum sobre la Constitución son favorables. Esta norma fundamental, una vez aprobada, lo será de todos y, por tanto, conviene que reúna los mínimos de convivencia comunes y derechos individuales y colectivos mayoritarios para la ciudadanía».
Don Xavier explica por qué escribe la carta:
«Os cuento todo esto para pediros, tanto si sois partidarios como contrarios a la independencia, que os interesáis por este último punto: el proceso de participación ciudadana en la elaboración de la nueva Constitución».
El obispo ignora o desprecia por completo la legalidad presente en España, de la que Cataluña forma parte, y que no admite la celebración de ningún referéndum secesionista. Al contrario, se limita a pedir que los católicos contribuyan a la elaboración del texto de esa hipotérica constitución de un nuevo estado catalán:
Esta Constitución puede definir un Estado que defienda los derechos y las oportunidades de todos los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, o apostar por un sistema que fomente las desigualdades. Esta norma fundamental puede ser respetuosa con el hecho religioso y con la tradición cristiana de Cataluña o bien lesionar la libertad religiosa y la presencia pública y social de la Iglesia católica. Esta Constitución puede respetar y garantizar el derecho de los padres a la educación religiosa y moral de sus hijos o limitarlo, especialmente en el ámbito escolar. Este documento marco puede respetar el derecho fundamental a la vida desde su concepción hasta su muerte natural o bien amparar unos "derechos" individuales que atentan. Esta Constitución puede respetar la identidad sexual natural de cada persona o, influida por la ideología de género, consagrar legalmente la libre y reversible decisión de cada individuo sobre el propio género.
Los católicos no podemos pensar que el proceso participativo a partir del cual el Parlamento de Cataluña elaborará la Constitución no va con nosotros. Somos un colectivo relevante, con una comprensión de la persona, de la sociedad y del bien común importante y necesaria para la futura Constitución sea el marco de convivencia de todos.
Vamos, pues! Animo a todos los fieles laicos que participéis activamente en este proceso y estudien la doctrina social de la Iglesia para que sus aportaciones sean coherentes con la fe que profesamos.