(Fides) Cuando las tierras iraquíes sean liberadas del dominio de los yihadistas del Estado Islámico, la solución política provisional a tener en cuenta para los pueblos de mayoría cristiana de la Llanura de Nínive podría ser una «auto-gestión administrativa».
En cualquier caso, después de realizar el retorno de los refugiados a sus hogares y la restauración de la estabilidad en general, se debe velar también por que los habitantes de esa zona puedan elegir a través de un referéndum libre, si quieren permanecer bajo el gobierno central de Bagdad o si prefieren ser parte de la región autónoma del Kurdistán iraquí, o incluso ponerse bajo el «estado sunita».
Estos son los posibles escenarios abiertos sobre el futuro de la Llanura de Nínive que se proyectan en un documento de análisis y reflexión sobre la situación política iraquí, dado a conocer ayer, lunes 5 de septiembre, por el Patriarca caldeo Luis Raphael I.
En el mensaje, enviado a la Agencia Fides, el primado de la Iglesia caldea retoma los movimientos de la invasión estadounidense del 2003 que llevaron a la caída del régimen de Saddam Hussein, para subrayar que desde entonces, en Iraq no se ha inaugurado un proceso de consolidación real de las bases democráticas, ni se ha iniciado nunca el proceso de poner «a las personas adecuadas en el lugar correcto, en base a sus cualificación y no por favoritismos».
Desde entonces - dice Louis Raphael I - el número de cristianos en Iraq ha descendido enormemente. El Patriarca se pregunta sobre el futuro de la región después de la derrota del Daesh, algo que muchos observadores dan por sentado, y registra las señales de un «plan preestablecido para fijar la estructura política de Iraq», donde a los cristianos y a las otras minorías no parece que se les aseguren las condiciones para garantizar al menos su seguridad y la continuidad de su presencia.
«Tal vez - reconoce el Patriarca - podrían beneficiarse de la amplia simpatía generada por su sufrimiento», pero para ello primero se debe «dejar a un lado las divisiones y mantener la unidad, la cohesión y la cooperación». En su lugar - hace hincapié el primado de la Iglesia caldea, con una referencia específica – hay «cazadores políticos» que tratan de utilizar a los cristianos «para obtener ciertas ventajas». Según el Patriarca, «los cristianos corren el peligro de convertirse en moneda de cambio» en los juegos que se mueven entorno a la estabilidad y la estructura futura de la región.
El primado de la Iglesia caldea reafirma que el proceso político en Iraq ha iniciado con un enfoque equivocado desde el principio, precisamente por el hecho de haber tratado de fundar la coexistencia sobre un sistema de «cuotas» de poder divididas sobre una base sectaria. La liberación de Mosul y de la Llanura de Nínive, en opinión del Patriarca, reaviva un rayo de esperanza para los cristianos nacidos en esas tierras. Pero llevará tiempo reconstruir la confianza con los otros grupos étnicos y religiosos de la región, de lo contrario «la hemorragia de la emigración continuará, también desde las zonas consideradas 'seguras'». Porque - dice Luis Raphhael - «hay que tener presente que una victoria militar sobre los yihadistas del Daesh no significa resolver el problema de la difusión de la ideología extremista, que hace falta desmontar».