Papa Francisco: «Si yo me considero justo la salvación no se da»

El enfermo debe reconocer la necesidad del médico

Papa Francisco: «Si yo me considero justo la salvación no se da»

La mujer pecadora del Evangelio que derramó lágrimas a los pies de Cristo «nos enseña el vínculo entre la fe, el amor y la gratitud». Así lo ha aseguró el Papa Francisco en su catequesis del pasado miércoles 20 de abril.

(SIC/RV)  Meditando el pasaje del Evangelio de Lucas que describe a la mujer pecadora lavando los pies de Jesús con sus lágrimas, el Papa explicó que «refleja con claridad un aspecto fundamental de la misericordia: la sinceridad de nuestro arrepentimiento suscita en Dios su perdón incondicional».

En esta línea, el Obispo de Roma remarcó que «la actitud de la mujer contrasta con la del fariseo» ya que la mujer «expresa con sus gestos la sinceridad de su arrepentimiento y, con amor y veneración, se abandona confiadamente en Jesús».

Jesús «no rechaza a los pecadores, sino que los acoge» insiste el Papa quien también agrega que el Hijo de Dios «se deja tocar por ellos, sin miedo de ser contaminado, los perdona y los libera del aislamiento al que estaban condenados por el juicio despiadado de quienes se creían perfectos, abriéndoles un futuro».

Catequeis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy queremos detenernos en un aspecto de la misericordia bien representado en el pasaje del Evangelio de Lucas que hemos escuchado. Se trata de un hecho sucedido a Jesús mientras era huésped de un fariseo de nombre Simón. Ellos habían querido invitar a Jesús a su casa porque había escuchado hablar bien de Él como un gran profeta. Y mientras estaban sentados almorzando, entra una mujer conocida por todos en la ciudad como una pecadora. Esta, sin decir una palabra, se pone a los pies de Jesús y rompe en llanto; sus lágrimas lavan los pies de Jesús y ella los seca con sus cabellos, luego los besa y los unge con un aceite perfumado que ha traído consigo.

Resalta la confrontación entre las dos figuras: aquella de Simón, el celoso servidor de la ley, y aquella de la anónima mujer pecadora. Mientras el primero juzga a los demás por las apariencias, la segunda con sus gestos expresa con sinceridad su corazón. Simón, no obstante habiendo invitado a Jesús, no quiere comprometerse ni involucrar su vida con el Maestro; la mujer, al contrario, se abandona plenamente a Él con amor y con veneración.

El fariseo no concibe que Jesús se deja «contaminar» – entre comillas ¡Eh! – por los pecadores. Así pensaban ellos, ¡eh! Él piensa que si fuera realmente un profeta debería reconocerlos y tenerlos lejos para no ser contaminado, como si fueran leprosos. Esta actitud es típica de un cierto modo de entender la religión, y está motivada por el hecho que Dios y el pecado se oponen radicalmente. Pero la Palabra de Dios enseña a distinguir entre el pecado y el pecador: con el pecado no es necesario hacer compromisos, mientras los pecadores – es decir, ¡todos nosotros! – somos como enfermos, que necesitan ser curados, y para curarse es necesario que el medico los acerque, los visite, los toque. ¡Y naturalmente el enfermo, para ser sanado, debe reconocer tener necesidad del médico!

Entre el fariseo y la mujer pecadora, Jesús se pone de parte de esta última. Libre de prejuicios que impiden a la misericordia expresarse, el Maestro la deja hacer. Él, el Santo de Dios, se deja tocar por ella sin temer ser contaminado. Jesús es libre, libre porque es cercano a Dios que es Padre misericordioso. Y esta cercanía a Dios, Padre misericordioso, da a Jesús la libertad. Al contrario, entrando en relación con la pecadora, Jesús pone fin a aquella condición de aislamiento al cual el juicio despiadado del fariseo y de sus conciudadanos – los cuales la explotaban, ¡eh! – la condenaban: «Tus pecados te son perdonados» (v. 48). La mujer ahora puede «ir en paz». El Señor ha visto la sinceridad de su fe y de su conversión; por eso delante a todos proclama: «Tu fe te ha salvado, vete en paz» (v. 50). De una parte aquella hipocresía del doctor de la ley, de otra parte la sinceridad, la humildad y la fe de la mujer. Todos nosotros somos pecadores, pero tantas veces caemos en la tentación de la hipocresía, de creernos mejores de los demás. «Pero mira tú pecado…». Todos nosotros miramos nuestro pecado, nuestras caídas, nuestras equivocaciones y miramos al Señor. Esta es la línea de la salvación: la relación entre «yo» pecador y el Señor. Si yo me considero justo, esta relación de salvación no se da.

A este punto, una sorpresa aún más grande invade a todos los comensales: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?» (v. 49). Jesús no da una respuesta explicita, sino la conversión de la pecadora está ante los ojos de todos y demuestra que en Él resplandece la potencia de la misericordia de Dios, capaz de transformar los corazones.

La mujer pecadora nos enseña la relación entre fe, amor y reconocimiento. Le han sido perdonados «muchos pecados» y por esto ama mucho; «Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor» (v. 47). Incluso el mismo Simón debe admitir que ama más aquel a quien se le perdona más. Dios ha puesto a todos en el mismo misterio de misericordia; y de este amor, que siempre nos precede, todos nosotros aprendemos a amar. Como recuerda San Pablo: «En Cristo, hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento» (Ef 1,7-8). En este texto, el término «gracia» es prácticamente sinónimo de misericordia, y es llamado «abundante», es decir, más allá de nuestra expectativa, porque actúa el proyecto salvífico de Dios para cada uno de nosotros.

Queridos hermanos, ¡seamos gratificados por el don de la fe, agradezcamos al Señor por su amor tan grande y no merecido! Dejemos que el amor de Cristo se derrame en nosotros: de este amor el discípulo se nutre y en él se funda; de este amor cada uno de nosotros puede nutrirse y alimentarse. Así, en el amor agradecido que derramamos sobre nuestros hermanos, en nuestras casas, en la familia, en la sociedad se comunica a todos la misericordia del Señor. Gracias.

 

17 comentarios

rastri
La mujer pecadora del Evangelio que derramó lágrimas a los pies de Cristo «nos enseña el vínculo entre la fe, el amor y la gratitud».
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Esta mujer era María, la hermana de Marta y de Lázaro a quien Jesús le dijo: -María a escogido lo mejor y no le será quitado.

María enamorada Jesús no tenía más ojos que por su Maestro y Señor.

Y María entendió que Jesús la pudiera mar sí; Pero no entendió que el amor de Jesús por ella no era amor de mundo sino amor de espíritu. AMOR DE UN HOMBRE DIOS QUE NO PODÍA SUCUMBIR AL AMOR DE MUNDO

Y así fue que la María despechada y descarriada, pero de su Maestro siempre enamorada, por lo mucho que amó, de su camino errado arrepentida obtuvo el perdón.

Y se cumplió lo profetizado:- María ha escogido lo mejor y no le será quitado.
22/04/16 10:28 AM
Lostrego
Efectivamente los que se salvan son los pecadores, que no necesitan conversión. Los justos no se salvaran sin conversión. Será que nos estamos volviendo locos?
22/04/16 12:42 PM
Alberto
Asimismo, hoy el papa señala que un aspecto fundamental es "la sinceridad del arrepentimiento, que se expresa con gestos". En cambio, en AL no se exige ese arrepentimiento, cuya mínima expresión es el propósito de no seguir pecando. Todo esto es un auténtico disparate. No se puede afirmar una cosa y la contraria sin el más mínimo rubor.
22/04/16 1:01 PM
sonia
Jesus se pone de parte de su madre la Virgen porque cumple la voluntad de Dios..se pone de parte de San Juan Evangelista que profetiza y evangeliza e invita a la conversion de los pecadores.

SIMON que no menciona el papa Francisco es Judas el gran traidor...el no decia que Jesus se contaminaba por estar entre pecadores que se arrepentian y convertian en cristianos y santos.
Judas es un NEGOCIANTE...le interesa el dinero del perfume para robarlo..Judas negocia con dos religiones..esta en dos bandos...pues es quien entrego a Jesus a la muerte y por negocio.

JESUS NO ESTA CON LOS QUE TIENEN DOBLEZ Y ENGAÑO..CON LOS QUE ESTAN ABRAZANDO LAS ATADURAS DEL PECADO Y SE HACEN PASAR POR BUENAS PERSONAS
22/04/16 3:10 PM
Juan de los Palotes
Esa mujer lloraba lágrimas de arrepentimiento.
Y Jesús ES Dios, junto al Padre y el Espíritu Santo. No sé qué significa que Jesús es "cercano" a Dios. No comprendo estas catequesis, no comprendo el lenguaje.
22/04/16 4:01 PM
Notung
Efectivamente, como dice Alberto, la clave está en "la sinceridad del arrepentimiento", que implica la conversión y el propósito de no pecar más. El problema es que el contexto en el que estamos ya no sabe uno qué se quiere decir... No se trata de que la mujer pecadora del pasaje luego vaya a seguir pecando y no pasa nada porque Jesús es misericordioso. En el párrafo final parece sugerirse una actitud meramente pasiva por nuestra parte "Dejemos que el amor de Cristo se derrame en nosotros... de este amor CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE NUTRIRSE Y ALIMENTARSE"... pero ¿por qué la ausencia de mención alguna a nuestra disposición interior, conversión y actitud de cara al futuro? Parece que se hablara de la misericordia de Dios como un refresco que podemos adquirir en la máquina expendedora de la parroquia por echar una moneda al cepillo.
22/04/16 5:31 PM
Gregory
Jesús se pone del lado de la pecadora eso es algo evidente, la mujer que acude arrepentida y encuentra en el Fariseo un muro de frió legalismo que no admite la posibilidad ni de arrepentimiento ni conversión pero el Señor la recibe le brinda acogida. Me gusta este punto Dios y el pecado se contraponen ahora es preciso distinguir entre pecado y pecador este ultimo es un enfermo a quien Jesucristo ha venido a sanar.
22/04/16 5:35 PM
longinos
El Señor perdona siempre que le pedimos perdon sinceramente y expresamente por medio del sacramento de la penitencia.
Misericordia,claro que sí.Pero Cristo no le dice a la pecadora que no tienen importancia sus pecados y que se marche tranquilamente.
La amonesta y le indica que en adelante no peque más,haciendole ver la gravedad del pecado y la necesidad de conversion.
22/04/16 6:13 PM
Palas Atenea
Lostrego: No es eso, lo que dice el Papa es que es peligroso creerse justo y tiene mucha razón porque ningún justo sabe que lo es. Sin embargo también es peligroso que no veamos la Justicia-en términos de Israel-en nadie. Ver a otros como justos no es pecado porque si no tampoco veríamos a los pecadores, al no tener con quién compararlos. Todos somos pecadores es una verdad pero, si no se matiza, resulta poco alentadora porque te mete en un círculo vicioso del que no puedes salir. El pecador sin meta que le convierta en justo es un pecador irredento.
22/04/16 6:24 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¿¿¿"Él, el Santo de Dios, se deja tocar por ella sin temer ser contaminado. Jesús es libre, libre PORQUE ES CERCANO A DIOS que es Padre misericordioso. Y ESTA CERCANÍA A DIOS, Padre misericordioso, DA A JESÚS LA LIBERTAD."???

¿Qué significa esto? Nunca lo había escuchado. ¿Alguien me lo puede explicar?


"entrando en relación con la pecadora, Jesús pone fin a aquella condición de aislamiento al cual el juicio despiadado del fariseo y de sus conciudadanos – los cuales la explotaban, ¡eh! – la condenaban: «Tus pecados te son perdonados» (v. 48). La mujer ahora puede «ir en paz»."

¿Significa esto que la razón de ser de entrar Jesús en relación con la pecadora es el poner fin a la condición de aislamiento al cual el juicio despiadado del fariseo y de sus conciudadanos la habían condenado?
Entonces yo estaba confundida. Creía que el pecado mortal me separaba de Dios y que el arrepentimiento y el perdón de Dios en la Confesión me hacía recuperar la amistad con Él. Y entonces escuchaba: «Tus pecados te son perdonados» (v. 48) y me podía «ir en paz»."
22/04/16 8:21 PM
David
¿No os dais cuenta que le sacáis punta a cualquier cosa que diga el Papa, sea buena, mala o regular?

¿Esa es la actitud correcta de un buen católico?
22/04/16 9:46 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
No, David. Es la actitud de un buen católico confundido y sufriendo por todo lo que sucede. Tengo 67 años. Lo más importante en mi vida fue siempre nuestro Señor Jesucristo y el pertenecer a Su Iglesia. Amo a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con toda la fuerza de mi alma. Ella es mi Madre, y me duele muchísimo por todo lo que está pasando.

Bendiciones.
22/04/16 10:16 PM
antonio
"""Y Jesús ES Dios, junto al Padre y el Espíritu Santo. No sé qué significa que Jesús es "cercano" a Dios. No comprendo estas catequesis, no comprendo el lenguaje, el misterio de la Santisma Trinidad, un solo dios y tres personas distintas, es eso, y vamos a encontranos con ellos en la EUCARISTIA!!!!Juan de los Palotes, es incompresible, es mas misterioso, que el misterio de la Santisima Trinidad,que siendo un misterio no es un absurdo, Balmes, el criterio.Esto parece ser un absurdo.
Y se comprende cuando se lo vive, con las conversiones sucesivas.Que Dios Bendiga al Papa y a la Iglesia.
Sería importante que el Santo Padre, se deje corregir por el Cardenal Muller.no está mal esto,San Juan Pablo II, y Benedicto XVI, para que está, el Prefecto de la Doctrina de la Fe.Tendria terror, como deberían tenerlo ellos de difundir un error , a mi director Santo varón lo tenia loco preguntandole esto es magisterio, esto es de Dios!?Y Hablaban, con un escrito.
23/04/16 1:53 AM
Francisco Fernández-Prida Migoya
A este si se le puede juzgar y condenar; al que vive de divorciado y vuelto a casar, no. ¿Quién es él para juzgarle? ¡Pues que bien!
23/04/16 11:49 AM
manolo
Coincido con Alberto y Notung. El papa parece creer que esto es obvio para cualquiera. En estos tiempos, sin embargo, lo obvio y natural parece ser la ambiguedad, el desconcierto, el sí-pero...
"Todos nosotros miramos nuestro pecado, nuestras caídas, nuestras equivocaciones y miramos al Señor. Esta es la línea de la salvación: la relación entre «yo» pecador y el Señor. Si yo me considero justo, esta relación de salvación no se da". Vale, pero ¿y el arrepentimiento y la conversión de vida? ¿Y poner el esfuerzo en "ser justo como Nuestro Padre es Justo, perfecto como Él es Perfecto, santo como Él es Santo?
23/04/16 7:17 PM
Juan A.
Yo creo que el justo sufre aún más, precisamente por serlo. Salvo está, pero el sufrimiento extra, lo encumbra a lo más alto del mundo espiritual con Dios.
23/04/16 8:17 PM
Martina
A los que comentáis que algo de lo que predica el Papa no se entiende,
Tener en cuenta que estamos en medio de una batalla espiritual y que el padre de la mentira utiliza todo para confundirnos.
Orar al Espíritu Santo y volver a leer la platica despacio pidiendo ayuda de lo alto.
Leerlo desde la doctrina que no ha cambiado y que el texto no contradice en nada.
Recordar las enseñanzas del P. Iraburu y de Alonso Gracián sobre cómo actúa la gracia de Dios y en qué errores caemos.
En fin, no soy quién para deciros nada, por eso os sugiero lo anterior. El caso es que solo Dios es justo, no nos ganamos la salvación sino que la recibimos sin merecerla y solo por la gracia de Dios, no por nuestras buenas obras, ya que nos convertimos por obra del Espíritu Santo que nos lleva a hacer la perfecta voluntad de Dios.
No estéis preocupados y acogeros al Buen Pastor, confiar y no dudéis,
24/04/16 6:54 AM

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