(Efe) Los hechos han sido puestos en conocimiento de la Guardia Civil, ante la que se ha interpuesto la correspondiente denuncia por lo sucedido.
El Obispado ha expresado su más profundo pesar por estos hechos violentos, que considera fruto de un vandalismo aislado y que no responden al sentir general de las personas que profesan la fe islámica.
«Desde el Obispado, animamos a continuar el diálogo y la convivencia pacífica para que este tipo de hechos, además de los daños materiales y espirituales, no produzcan un deterioro del diálogo basado en el respeto y la fraternidad entre los diferentes grupos religiosos al que nos alienta la Iglesia universal», añade el comunicado.
No es la primera vez
A finales de septiembre, un joven de 27 de años y de origen marroquí fue detenido por la Policía Local de Rincón de la Victoria por los daños causados a la hornacina de la Virgen del Carmen, ubicada en los túneles de El Cantal.
El detenido golpeó fuertemente con una piedra de gran tamaño el cristal de la hornacina y, posteriormente, en el momento de su arresto gritó a un policía local «Alá grande».
Comunicado de la diócesis de Málaga
En la madrugada del lunes 2 de noviembre, el templo del Carmen (Capilla de Lo Cea), en Torre de Benagalbón, ha sufrido un ataque en el que han sido dañados el Sagrario, numerosos enseres de culto e imágenes devocionales. Aunque en apariencia no se ha sustraído nada, en varios lugares del templo se han encontrado pintadas en escritura árabe.
Los daños, que fueron descubiertos por el párroco, Agustín Carrasco, a primera hora de la tarde del lunes, han sido puestos en conocimiento de la Guardia Civil, ante la que se ha interpuesto la correspondiente denuncia.
El Obispado de Málaga expresa su más profundo pesar por estos hechos violentos, que considera fruto de un vandalismo aislado y que no responde al sentir general de las personas que profesan la fe islámica.
Desde el Obispado, animamos a continuar el diálogo y la convivencia pacífica para que este tipo de hechos, además de los daños materiales y espirituales, no produzcan un deterioro del diálogo basado en el respeto y la fraternidad entre los diferentes grupos religiosos al que nos alienta la Iglesia universal.