Solo dos de los llamados «clérigos vagos» han vuelto a Irak

El Patriarca caldeo pide ayuda al Papa sobre los «clérigos vagos»

El Sínodo de la Iglesia caldea, que habría debido comenzar el próximo 22 de septiembre en Ankawa, barrio «cristiano» de Erbil en el que se encuentra buena parte de los desplazados de la Llanura de Nínive que huyeron del avance de los yihadistas del llamado Estado Islámico, se suspendió y se llevará a cabo en una fecha por establecer, a la espera de que el Sucesor de Pedro se pronuncie sobre el conflicto eclesial que surgió alrededor de los sacerdotes y de los religiosos iraquíes que migran hacia Estados Unidos sin el consenso de los superiores.

(Vatican Insider) La razón de esta decisión, dada a conocer por el Patriarcado caldeo, es por la apelación a la Iglesia de Roma: el Patriarca caldeo Louis Raphael I pidió ayuda a Papa Francisco para resolver una controversia que pesa desde hace tiempo sobre su Iglesia. Y la asamblea de los obispos caldeos (indica un comunicado difundido hoy por los órganos oficiales del Patriarcado) no se reunirá antes de haber recibido una palabra del Sucesor de Pedro que pueda ayudar a superar la crisis.

Se pidió la intervención del Papa sobre la controversia eclesial en la que están involucrados desde hace tiempo el Patriarca, los obispos y sectores de la diáspora caldea en Estados Unidos. Una «guerra» que se desencadenó alrededor de un grupo de sacerdotes y monjes que durante los últimos años dejaron sus diócesis y casas religiosas en Irak sin el permiso de sus superiores, para mudarse a Estados Unidos y otros países occidentales, haciendo crecer las filas de las más opulentas diócesis de la diáspora caldea.

Desde octubre de 2014, el Patriarca Louis Raphael I publicó un decreto con el que ordenaba que los que se habían exiliado sin permiso regresaran a la base o que se pusieran de acuerdo con sus obispos y con los encargados de las comunidades para la regularización del propio traslado. El Patriarca amenazó con medidas canónicas disciplinares (incluida la suspensión del servicio sacerdotal) para quienes hubieran ignorado las disposiciones patriarcales.

A casi un año de distancia, la situación ha empeorado. Las mediaciones que pusieron en marcha los dicasterios romanos competentes no han dado resultados. Las invitaciones a un ajuste fraterno y razonable de esta controversia han caído en el vacío. Solo dos de los llamados «clérigos vagos» han vuelto a Irak. Todos los demás, ignorando las disposiciones patriarcales y sinodales, han encontrado el apoyo del obispo Sarhad Jammo, titular de la eparquía de San Pedro de los Caldeos con sede en San Diego, California.

Esta resistencia a las disposiciones patriarcales ha asumido los tonos de la disputa teológica y canonista. Desde el principio, el obispo Jammo citó los cánones del Código que limitan territorialmente la validez de las actas disciplinares dispuestas por el Patriarca, y, como obispo católico, reivindicó su derecho de responder solo al Papa, y no al Primado caldeo. Ahora es el Patriarca quien ha pedido ayuda al Papa con una carta, mientras en los comunicados publicados por el Patriarcado se subraya que la querella no puede reducirse a un conflicto personal entre el Patriarca y el obispo Jammo, justamente debido a las implicaciones eclesiológicas que la caracterizan.

Algunos ambientes de la Iglesia caldea refieren que el Vaticano ha mandado mensajes tranquilizadores: el Papa debería recibir al Patriarca después de su viaje a Cuba y Estados Unidos. Los obispos caldeos (menos Jammo, evidentemente) se han demostrado en sintonía con las posturas del Patriarca.

Recientemente, en una entrevista con Vatican Insider, el Primado de la Iglesia caldea dijo que los sacerdotes y los religiosos que escapan del Medio Oriente son «refugiados de lujo». Son los que, continuó, aprovechan su «estatus, sus contactos y los apoyos eclesiásticos para escapar, presentándose como perseguidos y explotando esta etiqueta incluso para ganar dinero. A veces hay quienes con la palabra clave de la persecución logra poner en pie un negocio sacrílego. Muchos de ellos han escapado de zonas seguras, en donde no hay ninguna persecución, y después han ayudado a toda su familia a encontrar un acomodo cómodo en Norteamérica».

Estos «migrantes de lujo», según el Patriarca caldeo, «han traicionado el espíritu del buen pastor… Si hemos abrazado el sacerdocio en estas tierras, nuestra vida ya está dada al Señor, y no debemos pensar en buscar el lujo para nuestro clan familiar».

Así, como sucedía durante los primeros siglos del cristianismo, los obispos de Oriente llaman al obispo de Roma para resolver una cuestión que pone en riesgo la unidad de sus Iglesias y que podría comprometer incluso su misión apostólica. Lo que Papa Francisco encontrará en su escritorio al regresar de América es una emergencia que tiene delicadas implicaciones ecuménicas

6 comentarios

pipo
Hay un gran vacio en la información: Las excomunmiones.

El Patriarca, cuando les manifestó en perentorios términos que tenían que regresar, les advirtió que los iba a excomulgar. ¿Qué pasó con eso?

Me parece un aspecto no poco importante como para pasarlo por alto así como así.
19/09/15 11:30 PM
¿Excomunión?
Dejá a los Obispos hacer su trabajo, que ellos saben lo que la Prudencia, recta ratio agibilium, les dicta. Es un tema muy delicado. Ellos son los Obispos y sabrán cuando usar las censuras eclesiásticas, si es menester.
20/09/15 3:05 PM
Jordi
Me parece que hay dos tipos de sacerdotes caldeos: los incardinados en los EEUU y los incardinados en Irak pero residentes en los EEUU.

Antes de la excomunión, está la cuestión previa de la incardinación. No hay excomunión si no hay incardinación.

En el caso de los sacerdotes caldeos incardinados en Caldea, residentes en los EEUU y que no quieren regresar a Irak: para mí, es perfectamente comprensible su negativa, evidentemente si aceptan las consecuencias de no ir, que supongo que antes de la excomunión es la renuncia a ejercer de sacerdote.

En efecto, ir a Irak es exponerse a caer en manos de los genocidas del Estado Islámico y acabar torturado y muerto por crucifixión.

Esto no es exigible a los sacerdotes, por mucho que lo pida el Patriarca y por mucha excomunión con que sancione, se ponga como se ponga. Si un sacerdote no quiere ir, no tienen ninguna obligación de ir a un lugar donde está la violencia cruel de los terroristas musulmanes. Está en su derecho. Otra cosa es que acepte ir como mártir con la ayuda de la gracia.

En España tenemos el caso de muchos sacerdotes y obispos que, frente a la invasión musulmana del 711, se marcharon al norte o se fueron a Francia o Italia, como fue el caso del arzobispo de Tarragona, el cual se fue al sur de Italia con todo el tesoro episcopal, libros y vestimentas incluidos.
20/09/15 9:46 PM
Pensante
Gracias por su comentario, Jordi. Realmente me ha hecho reflexionar y quizás esté asunto no sea nada trivial. Tienes usted toda la razón al decir que el martirio jamás es exigible. Una observación muy acertada la suya .
21/09/15 12:24 AM
Juan
Esa conducta miserable, corresponde al fariseismo católico que ha estado presente y se mantendrá por siempre, en el clero de nuestra iglesia. Siempre han existido curas, obispos, cardenales y papas de sotana "APARIENCIA" y buen vivir. Vale recordar el momento de la Pasión y muerte de nuestro Salvador... ¡LO DEJARON SOLO! Acaso... temerle al dolor y a la muerte ¿Será un indicador de ... FALTA DE FE? ¡SÍ! En este mundo tan pragmático y hedonista ¿Quién estará dispuesto a dar su vida por otro en nombre de Jesucristo? ¡NO TENEMOS MISERICORDIA! He allí el origen del cáncer.
21/09/15 2:44 AM
PRIMERO LA OBEDIENCIA,,,
Por más que en conciencia, ninguno está llamado a quedarse - si cree que no tiene alma de mártir- sin embargo, debe Obedecer a Su Obispo, si está incardinado a alguna de las diócesis, y tiene su Obispo, a quien debe Obediencia.
Que los religiosos... estén "utilizando" su calidad de religiosos para sacar a sus propios familiares familiares... me parece que está dentro de su Voto de Obediencia... y es un "apego" al que ya habían renunciado. Sería grave...
Esperemos a ver qué dice el Santo Padre Francisco, al respecto.
22/09/15 1:19 AM

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