(Protestante Digital/infocatólica) Los judíos visitan el lugar durante la fiesta de Tishá Beav, en la que recuerdan la destrucción del Primer y Segundo Templo de Jerusalén y las desgracias posteriores que han castigado a su pueblo. Desde el sábado por la noche y durante 24 horas los judíos tienen un día de tristeza y ayuno en el que se acude a rezar al Muro de las Lamentaciones, último vestigio del templo de Jerusalén, situado justo al pie de la Explanada de las Mezquitas, donde se levantan Al Aqsa y la famosa Cúpula de la Roca.
En la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo las visitas están normalmente permitidas dos veces al día. Los judíos pueden entrar en el recinto, que está administrado por Jordania, pero el statu quo que impera desde 1967 veta cualquier rito religioso que no sea musulmán. Pero judíos radicales utilizan diferentes estrategias para ‘colarse’ junto a los turistas en la Explanada de las Mezquitas e intentar rezar en ella, antes de ser detectados por la policía israelí que vigila los accesos al lugar y los escolta hasta la salida.
Incidentes anteriores
Incidentes de este tipo provocaron un grave aumento de la tensión el pasado noviembre. En aquel momento, la policía tomó la decisión de cerrar la Explanada de las Mezquitas, un hecho inédito que provocó las protestas de Jordania. En aquel momento, Jerusalén fue escenario de varios atentados antiisraelíes y altercados casi diarios entre israelíes y palestinos.
Los palestinos acusan a Israel de querer modificar el statu quo actual y ceder a las presiones de los judíos más radicales, algunos de los cuales afirman que un tercer templo será construido ocupando el lugar de las mezquitas.
El gobierno israelí se ha desmarcado de estos grupos radicales y ha garantizado en repetidas ocasiones que el statu quo será preservado.