Sexto viaje de su pontificado

El Papa llega a Turquía y pide los mismos derechos para musulmanes y cristianos

El Papa Francisco ha comenzado esta mañana el sexto viaje apostólico de su pontificado. Su visita a Turquía tiene un carácter esencialmente ecuménico, como lo tuvo el de sus predecesores, ya que ese país ocupa un lugar privilegiado en la geografía de los viajes pontificios desde la época del Delegado Apostólico Angelo Roncalli, al que las autoridades turcas, después de su elección con el nombre de Juan XXIII, definieron como «el primer papa turco de la historia».

(VIS) Turquía fue también la meta del quinto viaje apostólico de Pablo VI (1967) y de alguna forma el corolario de su histórico viaje a Tierra Santa en el que tuvo lugar su histórico abrazo con el Patriarca Ecuménico Atenágoras en Jerusalén. Juan Pablo II continuó la tradición con su cuarto viaje (1979) al igual que Benedicto XVI en 2006.

El Santo Padre que salió del aeropuerto romano de Fiumicino a las 9.00 llegó a la capital turca, Ankara, a las 13.00 (hora local) donde fue recibido por las autoridades civiles y religiosas y desde allí se desplazó en automóvil al mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la República Turca, el «Padre de los Turcos» que marcó la ruptura radical del país con su pasado otomano y sentó, en la Constitución de 1937, las bases de un estado laico moderno.

A su llegada el Papa fue recibido por el Comandante del Cuerpo de Guardia y después de subir la escalinata de honor depositó una corona de flores en el monumento donde rezó unos minutos. A continuación fue acompañado a la cercana Torre del Pacto Nacional, que forma parte del complejo monumental, y firmó en el Libro de Oro con estas palabras:

«Formulo mis mejores deseos para que Turquía, puente natural entre dos continentes, sea no solamente un cruce de caminos, sino también un lugar de encuentro, de diálogo y de convivencia serena entre los hombres y mujeres de buena voluntad de cualquier cultura, etnia o religión».

Finalizada su visita se trasladó al Palacio Presidencial, «Ak Saray», el Palacio Blanco, inaugurado hace apenas dos meses por el presidente Recep Tayyip Erdogan, que sustituye al histórico Palacio de Cankaya. El presidente Erdogan acogió al Santo Padre y ambos conversaron unos minutos en privado antes de que Francisco pronunciase su primer discurso en tierra turca dirigido a las autoridades reunidas en el Ak Saray.

«Me alegra visitar su país, rico en bellezas naturales y en historia, plagado de huellas de antiguas civilizaciones y puente natural entre dos continentes y entre diferentes expresiones culturales -dijo Francisco- Esta tierra es bien querida por todos los cristianos por haber sido cuna de san Pablo, que fundó aquí diferentes comunidades cristianas; por haberse celebrado en esta tierra los siete primeros concilios de la Iglesia, y por la presencia, cerca de Éfeso, de lo que una venerable tradición considera la Casa de María, el lugar donde la Madre de Jesús vivió durante unos años, y que es meta de la devoción de tantos peregrinos de todas las partes del mundo, no sólo cristianos, sino también musulmanes».

«Pero las razones de la consideración y el aprecio por Turquía -señaló- no se deben sólo a su pasado, a sus antiguos monumentos, sino también a la vitalidad de su presente, la laboriosidad y generosidad de su pueblo, el papel que desempeña en el concierto de las naciones. Es para mí un motivo de alegría tener la oportunidad de continuar con ustedes un diálogo de amistad, estima y respeto, en la línea emprendida por mis predecesores, el beato Papa Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, diálogo preparado y favorecido a su vez por la actuación del entonces Delegado Apostólico, Mons. Angelo Giuseppe Roncalli, después san Juan XXIII, y por el Concilio Vaticano II».

Necesidad de diálogo

El Papa reiteró la necesidad de un diálogo que «profundice el conocimiento y valore con discernimiento tantas cosas que nos acomunan, permitiéndonos al mismo tiempo considerar con ánimo lúcido y sereno las diferencias, con el fin de aprender también de ellas. Es preciso llevar adelante con paciencia el compromiso de construir una paz sólida, basada en el respeto de los derechos fundamentales y en los deberes que comporta la dignidad del hombre. Por esta vía se pueden superar prejuicios y falsos temores, dejando a su vez espacio para la estima, el encuentro, el desarrollo de las mejores energías en beneficio de todos».

Mismos derechos y obligaciones para cristianos y musulmanes

Para ello, «es fundamental que los ciudadanos musulmanes, judíos y cristianos, gocen tanto en las disposiciones de la ley como en su aplicación efectiva de los mismos derechos y respeten las mismas obligaciones. De este modo, se reconocerán más fácilmente como hermanos y compañeros de camino, alejándose cada vez más de las incomprensiones y fomentando la colaboración y el entendimiento. La libertad religiosa y la libertad de expresión, efectivamente garantizadas para todos, impulsará el florecimiento de la amistad, convirtiéndose en un signo elocuente de paz».

«El Medio Oriente, Europa, el mundo, esperan este florecer. El Medio Oriente, en particular -constató Francisco- es teatro de guerras fratricidas desde hace demasiados años, que parecen nacer una de otra, como si la única respuesta posible a la guerra y la violencia debiera ser siempre otra guerra y otras de violencias.¿Por cuánto tiempo deberá sufrir aún el Medio Oriente por la falta de paz? No podemos resignarnos a los continuos conflictos, como si no fuera posible cambiar y mejorar la situación. Con la ayuda de Dios, podemos y debemos renovar siempre la audacia de la paz. Esta actitud lleva a utilizar con lealtad, paciencia y determinación todos los medios de negociación, y lograr así los objetivos concretos de la paz y el desarrollo sostenible».

Diálogo interreligioso

Dirigiéndose al presidente Erdogan, el Papa reafirmó que para llegar a una meta tan alta y urgente, «una aportación importante puede provenir del diálogo interreligioso e intercultural, con el fin de apartar toda forma de fundamentalismo y de terrorismo, que humilla gravemente la dignidad de todos los hombres e instrumentaliza la religión. Es preciso contraponer al fanatismo y al fundamentalismo, a las fobias irracionales que alientan la incomprensión y la discriminación, la solidaridad de todos los creyentes, que tenga como pilares el respeto de la vida humana, de la libertad religiosa -que es libertad de culto y libertad de vivir según la ética religiosa-, el esfuerzo para asegurar todo lo necesario para una vida digna, y el cuidado del medio ambiente natural. De esto tienen necesidad con especial urgencia los pueblos y los Estados del Medio Oriente, para poder »invertir el rumbo« finalmente y llevar adelante un proceso de paz exitoso, mediante el rechazo de la guerra y la violencia, y la búsqueda del diálogo, el derecho y la justicia».

Conflictos en Siria e Irak

«En efecto, hasta ahora estamos siendo todavía testigos de graves conflictos. En Siria y en Irak, en particular, la violencia terrorista no da indicios de aplacarse. Se constata la violación de las leyes humanitarias más básicas contra los presos y grupos étnicos enteros; ha habido, y sigue habiendo, graves persecuciones contra grupos minoritarios, especialmente, aunque no sólo, los cristianos y los yazidíes: cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y su patria para poder salvar su vida y permanecer fieles a sus creencias. Turquía, acogiendo generosamente a un gran número de refugiados, está directamente afectada por los efectos de esta dramática situación en sus confines, y la comunidad internacional tiene la obligación moral de ayudarla en la atención a los refugiados. Además de la ayuda humanitaria necesaria, no se puede permanecer en la indiferencia ante lo que ha provocado estas tragedias. Reiterando que es lícito detener al agresor injusto, aunque respetando siempre el derecho internacional, quiero recordar también que no podemos confiar la resolución del problema a la mera respuesta militar. Es necesario un gran esfuerzo común, fundado en la confianza mutua, que haga posible una paz duradera y consienta destinar los recursos, finalmente, no a las armas sino a las verdaderas luchas dignas del hombre: contra el hambre y la enfermedad, en favor del desarrollo sostenible y la salvaguardia de la creación, del rescate de tantas formas de pobreza y marginación, que tampoco faltan en el mundo moderno».

«Turquía, por su historia, por su posición geográfica y por la importancia en la región -finalizó el Papa- tiene una gran responsabilidad: sus decisiones y su ejemplo tienen un significado especial y pueden ser de gran ayuda para favorecer un encuentro de civilizaciones e identificar vías factibles de paz y de auténtico progreso. Que el Altísimo bendiga y proteja Turquía, y la ayude a ser un válido y convencido artífice de la paz».

 

9 comentarios

Blanca
El mismo discurso de siempre. Diálogo, paz , fraternidad... El sufrimiento de los cristianos apenas señalado, y para no ofender, en plano de igualdad con las demás religiones. Suena bien, pero deja indiferente.
28/11/14 7:12 PM
TH
El discurso del Papa, ciertamente bonito, tiene poco que ver con la realidad de Turquía y del resto de Medio Oriente. La Turquía de Edrogán se está convirtiendo en yihadista y abandonando el secularismo establecido por Ataturk al caer el imperio otomano. Edrogán es el principal fautor de yihadismo ya ha hecho muchísimo para favorecer al Estado Islámico dejando pasar a los yihadistas europeos y otros por territorio turco para llegar a participar en la yihad en Siria e Iraq. Ahora puede se se oponga o dé la impresión de oponerse al EI, pero hay quien piensa que quiere convertirse en el verdadero califa, pues el nuevo palacio de 1000 habitaciones que ha costado más de $1000 millones parece digno de un califa o un sultán.

Hablar de diálogo a yihadistas como Edogan y el resto de ellos es un brindis al sol. Además, para ellos el diálogo es un ejercicio de "takiya", es decir, "santa decepción", permitido por el Corán. El Papa Francisco ha dado sobradas pruebas de no entender nada del islam )ver Evangelii Gaudium 252 y 253). Lo que escribe está equivocado.
28/11/14 8:15 PM
Atanasio
Hay que pedir permiso al Papa para que los Obispos españoles puedan peregrinar este mes de Mayo al Santuario del Pilar de Zaragoza, como ocurriera en Mayo del 2005 a cuenta del 150 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción y en el 50 aniversario de la Consagración de España al Corazón Inmaculado de María y el magno congreso allí celebrado.

Cualquier excusa sería buena y nos libraría de un sinnúmero de males
28/11/14 8:28 PM
Ricardo
Me extraña y me duele ver críticas al Santo Padre en un blog católico. ¿Qué quieren? ¿Que vaya el Papa Francisco a Turquía con el hacha de guerra en la mano, o al mando de tropas en una nueva Cruzada...? No estamos en la Edad Media, pero hay hermanos en la fe que no se han dado cuenta todavía de eso. Pax Christi
28/11/14 11:06 PM
javier
ya lo.dijo el papa, no se puede.combatir la guerra con otra guerra, es por eso que la respuesta del papa hacia la.guerra, es PAZ. si respondemos con amor, es más probable que termine la guerra que.respondiendo con otra guerra, PARECE QUE ALGUNOS TODAVÍA NO SABEN NADA.DEL PAPA.
29/11/14 3:25 AM
Juana Cárdenas Hernandez
29/11/14 4:22 AM
Me da mucha pena leer los comentarios en contra de la valiente labor que nuestro Papa Francisco está llevando adelante.¡ Que fácil es criticar y hasta juzgar la actitud del Representante de nuestra Iglesia Católica!, se olvidan que él en estos momentos está comenzando su visita a una tierra llena de dolor, de guerra, en donde no hay seguridad para nadie, mucho menos para nuestro Papa, sin embargo él ha desechado el vehículo blindado que se le ofrecía, por uno normal.A eso llamo yo ,tener Fé y predicar con el ejemplo.Él va de frente, con sencillez, pero con firmeza a dar a conocer LA PALABRA, esa que abre el entendimiento y el corazón.En otras palabras;será SERÁ DIOS MISMO QUIEN HABLARÁ A TRAVEZ DE ÉL ...entonces, SEPAMOS NOSOTROS TAMBIÉN SER INSTRUMENTOS DE PAZ, partiendo por evitar hacer comentarios negativos hacia su labor, antes bien, sepamos doblar las rodillas y ponernos en oración por quién, desafiando el peligro, y en nombre de Cristo ha ido a visitar a nuestros Hermanos que sufren, y a tratar de encontrar caminos de entendimientos basados en el AMOR DIVINO.
29/11/14 4:47 AM
¿Qué pasa con mi comentario?
29/11/14 4:59 AM
Mariano
San Pablo era de Tarso, ciudad turca, y su familia también. Un apóstol tan grande merece que Turquía se convierta a la fe que profesaba Pablo, apóstol de los gentiles.
29/11/14 9:55 AM

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