(InfoCatólica) Mons. Reig Pla cree que es el momento de decir «con voz sosegada pero clara, que el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e «infectado» como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ; siervos todos, a su vez, de instituciones internacionales (públicas y privadas) para la promoción de la llamada «gobernanza global» al servicio del imperialismo transnacional neocapitalista».
Respecto a la retirada de la reforma del aborto, el prelado asegura que «el Partido Popular con esta decisión, se suma al resto de los partidos políticos que, además de promover el aborto, lo consideran un derecho de la mujer: una diabólica síntesis de individualismo liberal y marxismo».
Tras apelar a la conciencia de los católicos, Mons. Reig Pla afirma que «ante nosotros, tal vez, se abre la posibilidad de «un nuevo inicio» y en todo caso un amplio abanico de acciones simultáneas». Entre ellas apunta:
- a) Hay que mantener firme el propósito de la evangelización, de la gestación de nuevos cristianos y de la atención en nuestros «hospitales de campaña» (Cáritas, Centros de Orientación Familiar, etc.) de tantas personas heridas (física, psíquica y espiritualmente) que esperan nuestro amor, nuestra misericordia y nuestra ayuda, siempre desde la verdad.
- b) Insistir en la educación sexual y en la responsabilidad de las relaciones sexuales, es decir, educar para el amor.
- c) Insistir en la abolición total de toda ley que permita el aborto provocado directo y promover la aprobación de leyes que protejan al no-nacido, la maternidad y las familias.
- d) Suscitar una respuesta civil organizada y capaz de movilizar las conciencias.
- e) Hacer una llamada a promover iniciativas políticas que hagan suya, integralmente, la Doctrina Social de la Iglesia.
- f) Estudiar por enésima vez la posibilidad de regenerar los partidos políticos mayoritarios, aunque hasta ahora estos intentos han sido siempre improductivos.
El obispo advierte que «el camino va a ser largo y difícil, ya sucedió con la abolición de la esclavitud. La maduración de las conciencias no es empresa fácil, pero nuestro horizonte, por la gracia de Dios, es el de la victoria del bien. Este es tiempo de conversión».