Son necesarios cambios radicales en nuestra manera de funcionar

Convertirse porque nuestras comunidades salgan a la misión

Una verdadera lluvia de ideas es la que derramaron Mons. Dominique Rey y sus colaboradores en el curso de verano celebrado del 8 al 10 de julio el Seminario de Vic y que congregó a muchos participantes. Seguramente ha sido el más concurrido de los últimos años. Ofrecemos a continuación un resumen de las ideas principales, que responden a una nueva manera de enfocar la pastoral.

(Obispado de Vic/InfoCatólica) Dominique Rey afirmó que a la Iglesia le falta capacidad comunicativa, atractivo y credibilidad, y que en este contexto son necesarios cambios radicales en nuestra manera de funcionar. Es lo que llama «conversión pastoral», siguiendo las indicaciones hechas por el papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii gaudium. Una conversión que contempla el objetivo de la evangelización con estos puntos concretos:

1. Reencontrar a las personas, ir a buscarlas, física y culturalmente. Hay que adaptarse al auditorio, intentar ganarselo el máximo posible y desterrar el lenguaje de «permitido y prohibido».

2. Atender y analizar las críticas que se hacen a la Iglesia. Utilizar un lenguaje constructivo.

3. Hacer una tarea de diversificación, lo que él llama «la pastoral del gusto». Es decir, hay que despertar el deseo de conocer a Jesucristo, despertar ese deseo. Es por ello que hay un esfuerzo de empatía, de sonrisa y de alegría.

4. Hay que posicionar el anuncio de la fe en el centro de la pastoral ordinaria, no puede ser un anexo.

5. La misión debe ir en dirección a la «Diaconía», es decir, al servicio. Los pobres deben estar en el centro de la misión de la Iglesia.

De la lógica del desierto a la lógica del avance

Todo esto implica desarrollar una cultura misionera, que se traduce en la conversión pastoral. Una nueva dinámica de transformación que pueda superar la cultura del desierto-es decir, sequía espiritual y apostólica-hacia una lógica del avance. Pero, para ello, hace falta en primer lugar que los pastores vivan una espiritualidad misionera, basada en la caridad pastoral, la oración, la pasión por el Evangelio y la integridad moral y sencillez de vida. Ellos deben impulsar una dinámica que no se base solamente en su carisma personal, sino que se apoye en una nueva organización pastoral de las comunidades, en colaboración con los fieles laicos, que nunca deben sentirse «propietarios» de un servicio.

Las cinco dinámicas de crecimiento pastoral

Una comunidad debe tener las cinco presentes, todas, como cinco vitaminas, que puedan hacer crecer a la Iglesia. No puede faltar ninguna:

1. Evangelización: un primer anuncio del Evangelio, atractivo, que respete la libertad. Implica un tocar el timbre, en lugar de tocar la campana. Es decir, salir al encuentro de las personas.

2. Comunión fraterna: se necesitan lugares para acoger a las personas, para dialogar, para crear pequeñas comunidades.

3. Adoración: la liturgia debe ser bella (cuidar lugares, cantos, decoración, etc.).

4. Formación: tiene que haber lectura de la Palabra de Dios y realizar catequesis de adultos, para crear discípulos misioneros. Hace falta también formación específica en maneras de comunicar, no basta con buena voluntad.

5. Servicio en la misión: discernimiento riguroso de los talentos de los miembros de la comunidad.

Qué anunciar?: El kerigma

El primer anuncio del kerigma, el anuncio básico de que Cristo vive, nos ama y ha muerto por nosotros, ha de estar presente en toda la pastoral, sabiendo que tiene fuerza para transformar a la persona. Para Mons. Rey no habrá transformación de las comunidades si no ponemos este primer anuncio al frente de la pastoral. Un kerigma que reposa sobre la proclamación de la Palabra de Dios; destaca la importancia de la homilía, que debe contener indicaciones concretas de cómo encontrarnos con Cristo, del testimonio de vida y de ser conducidos por la caridad.

3 comentarios

javier martinez
Nos puede ayudar para esa Nueva Evangelización el conocido texto de Juan Pablo II, en su Discurso al Simposio del Consejo de la Conferencia Episcopal de Europa: “Se necesitan heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, participen de sus gozos y esperanzas, de sus angustias y tristezas, y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios”[28]. “Se necesitan nuevos santos. Los grandes evangelizadores de Europa han sido los santos”.

“Un secreto. —Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos. —Dios quiere un puñado de hombres "suyos" en cada actividad humana. —Después... "pax Christi in regno Christi" —la paz de Cristo en el reino de Cristo”:Camino n. 301. En definitiva, el laico está llamado a realizar una honda labor apostólica basada en la vida interior pero también en la amistad humana para llegar al fondo de sus iguales y acercarlos a la fe.

Además debe haber “ministros que dispensen generosamente –con hambre de santidad propia y ajena– la palabra de Dios y los sacramentos, hombres formados por la Iglesia, que sienten siempre con la Iglesia, para ser, al ciento por ciento, sacerdotes a la medida de la donación de Cristo”[30]...

Continúa....
Busca en GOOGLE: Opus Dei - Mons. Álvaro del Portillo y la nueva evangelización
26/07/14 3:35 PM
javier martinez
La Nueva Evangelización será aún más eficaz si los que evangelizan se encuentran suficientemente pertrechados de doctrina para conocer a fondo la fe y adquirir una sólida unidad de vida. El Papa Juan Pablo II decía: «corresponde testificar cómo la fe cristiana (…) constituye la única respuesta plenamente válida a los problemas y expectativas que la vida plantea a cada hombre y a cada sociedad. Esto será posible si los fieles laicos saben superar en ellos mismos la fractura entre el Evangelio y la vida, recomponiendo en su vida familiar cotidiana, en el trabajo y en la sociedad, esa unidad de vida que en el Evangelio encuentra inspiración y fuerza para realizarse en plenitud»[31]
Busca en GOOGLE: Opus Dei - Mons. Álvaro del Portillo y la nueva evangelización
26/07/14 3:35 PM
Inés
El anuncio básico de que Cristo vive, nos ama y ha muerto por nosotros, ha de estar presente en toda la pastoral, sabiendo que tiene fuerza para transformar a la persona.

Así es, así es.
26/07/14 3:39 PM

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