(Efe) El arzobispo de Valladolid ha recordado a las personas que peor lo están pasando como los parados de larga duración o los jóvenes que no consiguen encontrar un empleo y ha indicado que «si la esperanza, aunque sea tenue y lentamente va iluminado el futuro, el presente es aún duro y para muchas personas y familias muy duro».
El presidente de la Conferencia Episcopal ha explicado que «es fácil observar cómo los más débiles son los primeros que sucumben en la crisis y son los últimos que de ella se levantan».
«No nos desentendamos de los otros al pensar en nosotros mismos», ha solicitado el prelado, quien ha defendido que en este contexto socio cultural y «precisamente en la fiesta de San Pedro Regalado» se deben «reavivar» algunas actitudes y comportamientos.
Unidad
«Trabajemos todos unidos por el futuro que deseamos preparar sin acusaciones que desgastan, desaniman y no construyen», ha aconsejado Blázquez, quien ha llamado a «ejercitar» la solidaridad particularmente con «los más golpeados» para «sostener la esperanza en la superación de la crisis que tanto se anuncia y tanto tarda en llegar».
El arzobispo ha asegurado que la crisis es una «situación penosa y desesperante, pero probablemente hemos aprendido de ella que la sobriedad es humanizadora y que el despilfarro ha dañado seriamente a muchos, invitar a la avaricia es como azuzar una fiera», ha expresado.
«Quiero pensar que la crisis más palpable en las personas y la sociedad nos haya abierto a la estima de realidades básicas, quizá recubiertas por los afanes diarios centrados tantas veces en el dinero y en las comodidades que reporta», ha manifestado el arzobispo.
El malestar no es solo por la economía
En opinión de monseñor Blázquez, el «malestar» de nuestra cultura no procede «sólo de la inseguridad económica», sino también de «otras causas que necesitamos descubrir y analizar».
«No tengamos miedo a apoyar la vida en sólidos fundamentos; defender estos fundamentos con razones no es fundamentalismo sino coherencia profunda», ha asegurado.
Monseñor Blázquez ha recordado la figura del patrón de Valladolid, «apóstol incansable» reconocido como «el santo del Duero» y que «predicó el Evangelio» por municipios vallisoletanos como Tudela, Matapozuelos o Portillo.