«¿Por qué los cristianos somos un objetivo?»

Nigeria: «Queman las iglesias, raptan a las niñas, vivimos bajo el terror»

Olivier Dashe, obispo de Maiduguri, región donde se ha hecho fuerte Boko Haram, asegura que «las autoridades musulmanas no nos defienden». «Los cristianos vivimos una persecución constante en el norte de Nigeria. Secuestran a nuestras mujeres, raptan a nuestras hijas, queman nuestras propiedades, incendian nuestras iglesias… el terror es lo habitual». Oliver Dashe Doeme tiene 53 años. Toda una vida dedicada a sus feligreses.

(ABC/InfoCatólica) En su papel de obispo de Maiduguri, capital del estado de Borno, epicentro de la violencia de la milicia islamista de Boko Haram, este nigeriano se enfrenta cada día a la barbarie terrorista. «Para ser cristiano en el estado de Borno uno debe ser valiente, tener coraje. La mayoría han sido trasladados a otras áreas del país», destaca en conversación con ABC el obispo.

Doeme sabe de lo que habla. El pasado 14 de abril, a solo unos kilómetros de su parroquia, milicianos de Boko Haram atacaban un internado femenino de Chibok, secuestrando a más de dos centenares de jóvenes. Tres semanas después, en un nuevo ataque, entre 200 y 300 personas fallecían cuando los rebeldes asaltaron un mercado. Decenas de niños perdieron la vida.

La escena es tristemente habitual en esta región del noreste de Nigeria, aunque según el obispo la situación «cada vez va a peor»: «Hasta 2006, la relación entre las comunidades cristianas y musulmanas era completamente normal. Sin embargo, desde esa fecha (año en que la milicia islamista comenzó a intensificar sus ataques), vivimos un asedio», destaca el padre.

Apoyo político al terror

Fuentes militares consultadas por este diario reconocen que en los últimos meses el Ejército ha perdido el control del estado de Borno. Que los islamistas campan ya a sus anchas por un territorio que es cruce de caminos entre Camerún, Chad y Níger, y cuya orografía juega a su favor. Sin embargo, es el apoyo manifiesto y encubierto de la clase política del Estado lo que de verdad facilita sus acciones. «Las autoridades musulmanas de la región no hacen lo suficiente contra la violencia. No condenan las acciones armadas y permiten que estas agresiones ocurran de forma habitual», denuncia Doeme.

Como muestra, un botón: a finales de marzo, en los apenas 48 kilómetros que separan las localidades de Gwoza y Bama, más de una veintena de iglesias fueron arrasadas; cinco personas, secuestradas, y decenas, asesinadas. Ni un solo miembro de la alta jerarquía musulmana del estado de Borno levantó la voz para criticar estos crímenes.

Y el miedo es como una pandemia que se extiende a las regiones vecinas de Adamawa y Yobe, donde las autoridades eclesiásticas locales ya han advertido que la comunidad cristiana se enfrenta «a la extinción» si no se toman medidas. «¿Por qué los cristianos somos un objetivo?», repite Doeme la cuestión inquirida. «Ellos (Boko Haram) piensan que somos infieles, y por tanto nos han convertido en su objetivos», añade. Sin embargo, entre tanta barbarie, entre tanto muerto (desde 2009, Boko Haram se ha cobrado al menos 5.000 vidas), el obispo todavía tiene esperanza: «Algún día esta crisis terminará y podremos vivir en paz». Un día más, Dashe Doeme continuará luchando por defender su parroquia y, sobre todo, por proteger a sus feligreses.

3 comentarios

Maga
Por qué Occidente no hace nada ante esta persecución, que clama al Cielo?
11/05/14 10:16 PM
felix
Contra el terrorismo sea del signo que sea sólo existe una receta y es lo que nos recuerda la sabiduría popular
"A Dios rogando, pero con el mazo dando" Todo lo demás es hipocresía y dejadez.
11/05/14 10:35 PM
José Luis.
¿Cómo no han intervenido ya los gobiernos occidentales, contra estas atrocidades?
¿Para que están las Naciones Unidas que permiten estos crímenes?
¿Quién suministra armas a estos terroristas,que ¡Oh Casualidad¡ atacan a inocentes? Meditemos y recemos.
12/05/14 9:21 AM

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