(Infobae/InfoCatólica) La institución religiosa le envió a Ñáñez «nuestra cercanía y apoyo ante los graves acontecimientos de la provincia de Córdoba». «Te pedimos hagas extensivo este saludo a los demás Obispos, sacerdotes y fieles de la provincia», indicó el escrito.
Por su parte, el obispo auxiliar de Córdoba, Mons. Pedro Torres, calificó a los desmanes al afirmar que son «situaciones más de saqueo y delito que un movimiento social por hambre». «No es por pobreza y alimentos», expresó el religioso, y precisó que responde a «una presencia delictiva en la provincia» del centro del país.
En tanto, Mons. Torres cuestionó el posicionamiento del gobierno nacional ante el conflicto. «Han sido lastimosas las declaraciones de (Jorge) Capitanich. Hay una situación de abandono de la provincia por parte de la Nación que nos da pena», manifestó en diálogo con el canal TN, en alusión a la conferencia de prensa que dio el jefe de Gabinete nacional, en la cual responsabilizó al gobernador José de la Sota por los desmanes.
El obispo consideró «justa y atendible» la exigencia salarial del personal policial cordobés, aunque alertó: «El fin no justifica los medios. Hay una orden judicial para que los policías, con guardias, contengan la situación social, y que se cree una instancia de diálogo que ponga fin a la anarquía», dijo.
«Venimos a manifestar nuestra preocupación. Atendemos el reclamo de la policía, pero también la invitamos a encontrar un espacio de diálogo y que asuma su responsabilidad», sostuvo Torres.
En el mismo orden de cosas, el portavoz del episcopado, Jorge Oesterheld, habló en InfobaeTv luego de que se reuniera la Comisión Permanente de Obispos: «Le mandamos un mensaje al arzobispo de Córdoba y al pueblo solidarizándonos con esta situación», informó. Además, agregó que «desde la Comisión Permanente de Obispos le transmitimos nuestro acompañamiento» y que esta situación «muestra una situación social preocupante».