(EP/InfoCatólica) En una entrevista concedida a Europa Press, el obispo ha señalado que «hay un gran potencial cofrade en Córdoba, lo cual se demuestra, precisamente, con la celebración de un evento extraordinario como este, del que ha quedado ya patente que es un tema que interesa», es decir, que «hay una demanda, un interés, una expectación», entre los cordobeses de la capital, «pero también en los pueblos de Córdoba» y en otras provincias.
Ello implica, según ha argumentado Mons. Demetrio Fernández, «que la red cofrade es muy amplia, está muy arraigada y saben que al hacer esto están satisfaciendo una necesidad, una demanda del pueblo, lo cual es muy positivo», más allá de que el Vía Crucis Magno sea «un acontecimiento bien traído, pues estamos en el Año de la Fe», siendo éste un «acto extraordinario» con el que las cofradías quieren expresar «su fe y ayudar a que crezca la fe de los cordobeses», en el día correspondiente a la celebración litúrgica de la Santa Cruz.
Retransmitido al mundo entero
Sin embargo, resulta que la repercusión que se espera que tenga el Vía Crucis Magno hará que éste sea «un Vía Crucis supermagno», ya que «va a ser televisado al mundo entero y va a ser seguido por múltiples medios de comunicación», pues son 80 los ya acreditados para darle cobertura informativa, además de que serán «miles de personas» las que se calcula que asistirán al entorno de la Catedral y antigua mezquita de Córdoba, para presenciar un Vía Crucis «cuyo objetivo principal es decir al mundo entero que Jesucristo es nuestro salvador y nos salvó en la cruz».
Primer vía crucis de Occidente
Por otro lado, el obispo ha recordado que «el primer Vía Crucis en Occidente llegó de la mano del beato Álvaro de Córdoba, el cual peregrinó en 1419 a Tierra Santa, donde quedó impresionado por el camino de la Vía Dolorosa en Jerusalén, es decir, del camino que recorrió Jesucristo, desde el Pretorio, donde fue condenado a muerte, hasta que llegó con la cruz a cuestas al Calvario», donde fue crucificado.
Ya entonces, según ha señalado Mons. Fernández, «los cristianos llegados a Jerusalén hacían el Vía Crucis y al beato Álvaro le impresionó mucho», hasta el punto de que, «cuando regresó a Córdoba hizo las 14 ermitas, con las cruces», situadas en la Sierra de Córdoba, dando lugar así «al primer Vía Crucis de Occidente».
De hecho, según ha subrayado el obispo, el beato Álvaro de Córdoba es patrono de la Agrupación de Cofradías y, desde la misma, se le pidió a Mons. Demetrio Fernández que «el gran acto del Año de la Fe en Córdoba fuera, como así será, un Vía Crucis en honor al beato Álvaro de Córdoba», pues «el Vía Crucis ha entrado en todo Occidente, primero en España y en el resto de Europa y luego en Ámerica, por Córdoba, a través del beato Álvaro de Córdoba».