(EP/InfoCatólica) Así lo adelantó el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, que señaló que Amato será el «delegado del Santo Padre» para esta beatificación pues, desde 2005, no es necesario que sea el mismo Papa quien presida estos actos ni que se celebren en Roma.
Sobre la posibilidad de que acuda el papa Francisco en persona, Camino indicó que «hay que darle un respiro» y ha informado de que la CEE no ha enviado una invitación formal al Papa Francisco para que visite España, aunque «hay previsiones para hacerla», pero precisó que algunos obispos sí que han enviado una invitación particular.
En el mensaje de los obispos con motivo de esta beatificación–que tendrá su propia página web ‘www.beatificacion2013.com’–, los prelados indican que, al celebrar la memoria de estos mártires, la Iglesia desea ser «sembradora de humanidad y reconciliación» en una sociedad «azotada por la crisis religiosa, moral, social y económica, en la que crecen las tensiones y los enfrentamientos».
Además, proponen a los mártires como ejemplo para «apartarse de los ídolos de la ambición egoísta y de la codicia que corrompen la vida de las personas y de los pueblos» y «acercarse a la libertad espiritual que permite querer el bien común y la justicia aun a costa de su aparente inutilidad inmediata».
En este sentido, recuerdan que «el testimonio de miles de mártires y santos ha sido más fuerte que las insidias y violencias de los falsos profetas de la irreligiosidad y del ateísmo» y citan al Concilio Vaticano II para apuntar que la mejor respuesta al secularismo y al ateísmo contemporáneos es «el testimonio de una fe viva y madura» como la de estos mártires.
«El siglo XX ha sido llamado con razón ‘el siglo de los mártires’», apuntan los obispos. En esta línea, precisan que desde 1987, cuando tuvo lugar la primera beatificación de los primeros de ellos–las carmelitas descalzas de Guadalajara–, han sido beatificados 1.001 mártires, de los cuales once han sido también canonizados.
«La Iglesia–remarcan–reconoce ahora solemnemente a este nuevo grupo como mártires de Cristo. Según el lema de esta fiesta, ellos fueron ‘firmes y valientes testigos de la fe’».