Don Santiago de la Cierva, Director de comunicación para la JMJ Madrid 2011

"Si la gente que nos mira ve a Cristo, habremos triunfado"

Don Santiago de la Cierva tiene una larga experiencia en los tres frentes de la comunicación: medios, entidades y Universidad. En la Pontificia Academia de la Santa Cruz, de Roma, ayuda a formar a los encargados de comunicación de las instituciones de la Iglesia. A partir de ahora, coordinará la comunicación de la JMJ Madrid 2011. En una entrevista concedida a Alfa y Omega, don Santiago afirma su deseo de conseguir lo que la Iglesia ha conseguido en Australia, donde el éxito de la JMJ fue total. De la Cierva espera que en los próximos años hasta la JMJ los jóvenes crezcan en la práctica religiosa y en el conocimiento de la Biblia y la doctrina cristiana

(María Martínez/AyO) Entrevista al Director de comunicación para la JMJ Madrid 2011:

¿Cómo afronta esta nueva responsabilidad?

Con muchísima esperanza. Profesionalmente, es un desafío precioso. Además, tiene la gran ventaja de ser un trabajo para la Iglesia. Las empresas hacen cosas bien y cosas mal; y hay que ayudarles a dar la mejor cara. La Iglesia tiene la ventaja de que la mayoría de las cosas que hace son fantásticas. El desafío es sólo de comunicación.

¿Qué objetivos se plantea?

La comunicación siempre depende de la identidad. La JMJ es un evento destinado a que muchos jóvenes conozcan mejor a Jesucristo. Me encantaría conseguir lo que ha conseguido la Iglesia en Australia, donde la JMJ no fue un punto de llegada sino de salida, el inicio de una nueva pastoral con los jóvenes. Lo fundamental es el futuro. Me gustaría que, en estos años hasta la JMJ, crecieran la práctica religiosa, y el conocimiento de la Biblia y la doctrina cristiana; y que, a partir de ella, muchos jóvenes entiendan mejor cuál es su papel en la Iglesia y lo desempeñen, pues la Iglesia los necesita. La comunicación estará al servicio de este mensaje. Otro elemento importante es conseguir ser transparentes. Si la gente que nos mira no nos ve a nosotros, sino a Jesucristo y la Iglesia, habremos triunfado.

¿Han empezado ya a dar pasos?

Cualquier plan de comunicación empieza por recabar muchos datos, en este caso sobre la comunicación en las Jornadas precedentes. Me parece fundamental no partir de cero, sino de lo que han hecho los demás, e intentar mejorarlo, con su ayuda. Siendo un evento tan importante, me gustaría trabajar muy unido a los encargados de comunicación de los movimientos e instituciones de la Iglesia. Por otro lado, ya hay mucha gente con ganas de colaborar, en su tiempo libre o de forma profesional.

¿En qué consistirá su trabajo?

En las JMJ hay dos públicos importantes: los participantes, y quienes no participan pero quieren saber qué ha pasado. Con el participante, el trabajo de comunicación es facilitarle los datos para que pueda asistir a todo lo que le gustaría. El segundo paso es la relación con los medios, de manera que estén en condiciones de reflejar la JMJ en todas sus vertientes. Me gustaría facilitar el trabajo de todos los informadores. En un evento así, aumentan las posibilidades de conocer la Iglesia, algo difícil en otras circunstancias. Un periodista que entra en contacto con una realidad que no esperaba puede sentirse sorprendido y, si es honesto -como lo son casi todos-, mejora mucho la información religiosa.

Madrid Vivo ya está en marcha

La Fundación Madrid Vivo es, desde el pasado jueves, una realidad. Durante la presentación, sus promotores coincidieron «en la necesidad de buscar soluciones a las raíces morales de la crisis económica», y la presentaron como una entidad abierta a «creyentes y no creyentes». Su primer objetivo es colaborar con la organización de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, empezando con una serie de visitas institucionales y la creación de una plataforma cívica, también abierta a todos los que «consideran la espiritualidad como un elemento esencial para revitalizar la sociedad». Como ya informó Alfa y Omega, su Presidente es don Íñigo de Oriol, y el Secretario General del Patronato, don Javier Cremades. El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, ha aceptado la Presidencia de Honor.

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