En la visita ad limina de los obispos de Nigeria

El Papa recuerda que en la Iglesia no hay lugar para ningún tipo de división étnica

Al recibir en el día de ayer a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nigeria en visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI alentó a los prelados del país africano a continuar en su servicio fiel a la Iglesia y a la sociedad, promoviendo el crecimiento de la fe de los católicos, la promoción del matrimonio y la familia así como su servicio de guía a las realidades de la vida social del país. En relación a los conflictos étnicos presentes en la nación nigeriana, el Papa apoyó a los obispos por su énfasis en recordar que "no hay lugar en la Iglesia para ningún tipo de división".

(ACI/InfoCatólica*) Al iniciar su discurso, el Papa resaltó el aumento del número de bautizados en el país y al mismo tiempo cómo las vocaciones han ido también creciendo. Por ello, resaltó, es necesario una adecuada formación de los agentes pastorales en la "enseñanza del arte de la oración, alentar la participación en la liturgia y los sacramentos, predicación correcta y relevante, instrucción catequética y guía moral y espiritual. De esta bases florece la fe cristiana, y genera parroquias vibrantes y un servicio generoso a una comunidad más amplia".

"Ustedes mismos, con sus sacerdotes, tienen que liderar con humildad, desasimiento de las ambiciones mundanas, oración, obediencia a la voluntad de Dios y transparencia en el gobierno. De esta forma se convierten en signo de Cristo el Buen Pastor".

Al hablar luego sobre la liturgia, el Santo Padre alentó la "formación litúrgica de los sacerdotes y evitar excesos extraños. Sigan en este camino teniendo en cuenta que el diálogo de amor y la veneración del Señor está relacionada con la adoración eucarística en las parroquias, comunidades religiosas y en otros lugares adecuados".

Seguidamente el Pontífice se refirió a los conflictos étnicos en Nigeria y expresó su aprecio por "quienes de ustedes han aceptado una misión pastoral fuera de los límites de sus propios grupos regionales o lingüísticos y agradezco a los sacerdotes y personas que los han recibido y apoyado. Su presteza para adaptarse a otros es un signo elocuente de que, como una nueva familia de todos los que creen en Cristo no hay lugar en la Iglesia para ningún tipo de división".

"Los catecúmenos y los neófitos tienen que aprender a aceptar esta verdad mientras se van comprometiendo con Cristo a una vida de amor cristiano", precisó.

Benedicto XVI también se refirió a la vital importancia de la formación adecuada para los seminaristas, que deben aprender a través de "la dirección espiritual, el sacramento de la reconciliación, la oración y la meditación de las Sagradas Escrituras".

El Papa luego se refirió a la necesaria promoción del matrimonio y la vida familiar en la que los prelados, dijo, "deben ejercer con responsabilidad y celo su solicitud en esta área de prioridad pastoral. Cursos para parejas de prometidos, catequesis general y específica sobre el valor de la vida humana, el matrimonio y la familia fortalecerán a sus fieles para los desafíos que se les presentan por los cambios en la sociedad. Asimismo, no dejen de alentar a las asociaciones y movimientos que válidamente asisten a las parejas casadas para vivir sus compromisos de fe y matrimoniales".

Tras resaltar su importante compromiso en el diálogo interreligioso, especialmente con los musulmanes, el Papa Benedicto XVI destacó la dedicación de los obispos "para ofrecer comentarios iluminados desde los valores católicos para afrontar los problemas actuales de la nación". "La ley natural, inscrita por el Creado en el corazón de todo ser humano, propiamente entendida y aplicada a las realidades cívicas y políticas, no reducen de ninguna manera el rango de opciones políticas válidas", añadió.

"Al contario, constituyen una garantía ofrecida a todos los ciudadanos para una vida de libertad, con respeto a su dignidad, como personas; y protección de la manipulación ideológica y abuso que se basa en la ley del más fuerte".

"Con confianza en el Señor –prosiguió el Papa– sigan ejerciendo su autoridad episcopal en la lucha contra las prácticas injustas y la corrupción y contra todas las causas y formar de discriminación y criminalidad, especialmente contra el degradante trato a las mujeres y la deplorable práctica del secuestro. Al promover la Doctrina Social Católica ofrecen su leal contribución al país y ayudan a la consolidación del orden nacional basado en la solidaridad y en una cultura de derechos humanos".

"Encomendándolos a ustedes y a quienes les son confiados para su cuidado pastoral a las oraciones de la Beata Cyprian Michael Iwene Tansi y a la maternal protección de María, Madre de la Iglesia, cordialmente les imparto mi Bendición Apostólica", concluyó.

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