(J. García/InfoCatólica*) Esta autorización levanta la recomendación que en 1985 hiciera a los sacerdotes el por entonces arzobispo de Madrid, don Ángel Suquía, de no visitar el prado de las supuestas apariciones, para seguir investigando la naturaleza de lo que allí se vendría dando sin que su presencia levantara suspicacias favorables entre los fieles.
Desde entonces, tan solo en ocasiones puntuales el arzobispado había autorizado a celebrar misa en el polémico lugar. Con este levantamiento y autorización, el cardenal lanza un mensaje importante, no escrito, a los fieles de la Iglesia Católica -en particular a los de su diócesis-, de que tras estos veintitrés años de veto, no se ha observado nada contrario a la doctrina católica ni a la sana devoción a la Virgen María en el lugar conocido como Prado Nuevo. Tampoco entre los seguidores de la fundadora y supuesta vidente, y que en los días de mayor afluencia al prado, que coincide con el primer sábado de cada mes, es positiva la presencia de sacerdotes en el lugar para atender las necesidades espirituales de los peregrinos presentes.
Esto no quiere decir nada respecto al discernimiento definitivo sobre la veracidad de las apariciones, pero sin duda supone un voto de confianza de la máxima autoridad eclesial para con los miembros de la asociación de Prado Nuevo, justo en un momento en que vienen sufriendo una durísima persecución mediática y jurídica que, juicio tras juicio y hasta un número de diez, las Justicia ordinaria ha ido solventando en su favor.
No es el primer guiño que Rouco tiene con la asociación fundada por Luz Amparo. Es conocido que la diócesis regida por el cardenal dispone de seis sacerdotes originarios del entorno de Amparo Cuevas, dos de ellos ordenados el pasado año 2008 por el propio cardenal, con pleno conocimiento de su procedencia y vocación. Además, otros siete seminaristas residentes en las instalaciones de El Escorial, estudian en el seminario conciliar de Madrid.
La historia de Prado Nuevo comienza la tarde del 14 de junio de 1981, cuando Luz Amparo Cuevas asegura haber visto a la Virgen María junto a un fresno. Desde entonces, se vendrían dando sin parar una serie de apariciones durante el primer sábado de cada mes hasta nuestros días, aunque en los últimos años, y por petición del arzobispado, Luz Amparo no se desplazase al prado. Fruto del contenido de los mensajes que la Virgen María le daría a Luz Amparo, es la fundación de la citada asociación, a la que pertenecen ya casi un centenar de jóvenes consagradas, los sacerdotes y seminaristas citados, y unas treinta familias de laicos.
Una de las cosas que habría pedido la Virgen María a Luz Amparo es el rezo del rosario cada primer sábado de mes en el prado. A los miles de fieles que responden con su presencia a esta petición, se sumarán ahora muchos más para participar en ese lugar de la celebración de la Santa Misa. La primera de ellas no se hará esperar. Será el día siete de febrero, a las 16 horas, en el lugar conocido como La Nave, aledaño al prado de las apariciones.