Monseñor Demetrio Fernández asegura que "los capellanes católicos no atienden a los que son de otras religiones, y no aprovechan la situación del enfermo para hacer proselitismo de nuestra religión" pues "eso sería un atropello, impropio de la religión católica".
Ante la insistencia de determinados medios de comunicación de presentar ese servicio religioso como un privilegio de la Iglesia Católica, el obispo de Tarazona constata que "es un derecho del enfermo" y que de la misma forma que los católicos pueden ser atendidos por sacerdotes, los enfermos judíos o musulmanes "tiene derecho a que venga un ministro de su religión y les atienda durante su enfermedad".
Monseñor Demetrio considera que la campaña tendenciosa, "desencadenada intencionalmente", a la que hemos asistido en los últimos días responde al deseo de "eliminar a Dios de la vida pública" y a que dado que los capellanes son un referente ético muy importante, su presencia en los hospitales es "un estorbo para los planes contra la vida que se están aplicando y se aplicarán. El respeto a la vida desde su concepción hasta su muerte natural es un planteamiento de sentido común, que los capellanes recuerdan continuamente".
El obispo concluye afirmando que "el capellán de hospital nunca estorba" sino, muy al contrario, "hace más digna la vida y la muerte del enfermo".
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No es un privilegio, es un derecho del enfermo
Por Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona