«Tenemos que realizar un profundo examen de conciencia»

Mons. Munilla: «La corrupción en la vida pública es uno de los principales males morales de nuestros días»

Mons. José Ignacio Munilla ha celebrado la Misa Mayor de la Festividad de San Sebastián. En su homilía, el obispo ha asegurado que la corrupción de la clase política española «es uno de los principales males morales de nuestros días, y se hace necesario arbitrar medidas de estricto control que puedan devolver la confianza a los ciudadanos». Mons. Munilla ha animado a todos a hacer un profundo examen de conciencia.

(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El prelado vasco ha afirmado que «en nuestra sociedad las tentaciones de cansancio, de pesimismo y de desconfianza son grandes. De una forma especial, las continuas noticias de corrupción en la vida pública se suceden en los medios de comunicación, hasta el punto de generar la sensación de que nadie escapa a la tentación de enriquecerse ilícitamente. Incluso sobre el mismo deporte, se cierne la sospecha del engaño y del fraude».

El obispo se ha preguntado: «¿Terminaremos deduciendo que aquellos deportistas que hemos admirado y aplaudido, resulta que estaban dopados o artificialmente estimulados, como parece concluirse tras las noticias de estos días? El clima de sospecha llega a ser tan generalizado que no es difícil escuchar este tipo de expresiones: «todos son iguales», «todos son unos corruptos», «todo el mundo tiene su precio»…etc».

Y ha sentenciado: «Digámoslo claramente: la corrupción en la vida pública es uno de los principales males morales de nuestros días, y se hace necesario arbitrar medidas de estricto control que puedan devolver la confianza a los ciudadanos. Pero dicho esto, debemos añadir que el clima generado por la corrupción puede acarrear en nosotros un segundo mal moral, frente al que debemos estar alerta: me refiero a una desconfianza generalizada, que nos lleve a aislarnos y ausentarnos de la vida pública y política».

Mons. Munilla ha advertido que «una tentación posible ante la expansión de la corrupción, es que nos dejemos arrastrar por el escepticismo, e incluso por el cinismo».

El obispo ha señalado que «no es extraño que las debilidades y miserias de nuestro prójimo, puedan llegar a generar en nosotros males como la desconfianza, el escepticismo y el cinismo. Más aún, de la pérdida de la fe en el hombre puede derivarse la propia pérdida de la fe en Dios». «Sin embargo», ha añadido, «si confiamos plenamente en Dios, entonces aprendemos a no desesperar de nadie. Lo cual no quiere decir, ciertamente, que no tengamos que ser conscientes de la debilidad del ser humano; pero sin dejar de creer en su capacidad de honradez y honestidad». 

«Para no dejarnos arrastrar por los males que se derivan de la corrupción», ha explicado el pastor donostiarra, «a la fe en Jesucristo es importante añadir la virtud de la humildad. En efecto, todos tenemos que realizar un profundo examen de conciencia: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». No sería justo limitarnos a hablar de la corrupción en tercera persona del plural, como si los corruptos fuesen siempre los demás: «ellos», «los políticos», «los ciclistas»… Sinceramente, ¿somos nosotros honestos en nuestra relación con el dinero, a nuestro nivel y en nuestras circunstancias?»

Y en ese contexto ha puesto como ejemplo precisamente a San Sebastián, «¡quien estuvo dispuesto a perder su elevado estatus social, como miembro de la Guardia Pretoriana del Cesar, por fidelidad a su conciencia! Por ello, le pido a nuestro santo Patrono que nos ayude a educar y a escuchar nuestra conciencia, sin acallarla ni manipularla».

6 comentarios

Haddock
Como siempre, D. José Ignacio ENORME.
20/01/13 4:56 PM
Antonio Sánchez de la Nieta
Felicito al Sr. Obispo por la claridad y verdad se su homilía en la Fiesta de San Sebastián, que verdad es de examinar nuestra conciencia y sin acallarla ni manipularla, que es lo que parece se lleva en nuestros días.
Muy bien y claro Sr. Obispo. Un saludo Antonio
20/01/13 5:05 PM
Juan Mariner
Yo creo que es igual de corrupto (o más) el político español que su votante (Dios los cría y ellos se juntan).
20/01/13 7:19 PM
abc
Y es que la cosa es bien simple y por ser tan simple se la desprecia: Hay que rezar, hay que rezar, hay que rezar mucho a la Virgen María. Todo viene de la oración y la mejor oración es Confesarnos frecuenteemente y Comulgar. Nadie puede ser bueno sin la gracia de dios. Si no rezamos, la corrupción nunca desaparecerá. Nunca.
20/01/13 7:38 PM
Pepito
La corrupción política comienza mucho antes de que el político meta la mano en la caja del dinero público, comienza cuando el político se persuade en el fondo de su mente de que Dios y el respeto a la Ley divina no son necesarios para hacer política.

La primera corrupción política comienza por las ideas y termina haciendo mal uso del dinero de todos. Del cadaver de las ideas políticas surgen los gusanos de la corrupción económica.
21/01/13 11:33 AM
Nova
Pepito tiene razón. La corrupción no es sino una manifestación de la espantosa corrupción moral que infecta a la mayoría de los políticos españoles. Y, con ser grave, no es la peor de todas; ahí está, por ejemplo, el aborto, que a la mayoría de los presuntos representantes del pueblo español les trae completamente sin cuidado; o la educación en la mentira y el odio a su propia Patria y a sus compatriotas que se inficiona a muchos niños españoles en ciertas regiones de España.

Está claro que el profundo nivel de inmoralidad que afecta a la mayoría de los políticos del sistema actual procede de su total alejamiento, a nivel personal y colectivo, de Dios. Un alejamiento que se encuentra ínsito en la propia Constitución de 1978, que es una Constitución atea, como ya denunció, en su día, el Cardenal González Martín, de feliz memoria.

En todo caso, yo ruego a Dios todos los días por la conversión de la clase política española; y que, si los dirigentes actuales del pueblo español no se convierten, el Señor dé a España dirigentes santos; políticos a la medida de Su Sagrado Corazón. Para Dios nada es imposible...
22/01/13 12:17 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.