(InfoCatólica) –Usted se ha hecho conocido por las acciones jurídicas del Centro Jurídico Tomás Moro en defensa de la vida y de la familia natural. ¿Por qué ahora se presenta a las elecciones al Colegio de Abogados de Madrid?
El Centro Jurídico Tomás Moro siempre ha tratado de alentar la participación de la sociedad civil en los asuntos que afectan a la ciudadanía. Sus miembros hemos defendido la importancia de participación activa de los ciudadanos para la mejora de la sociedad, y la necesidad de revitalizar las organizaciones sociales no políticas. Por ello es lógico que defendamos la importancia que tiene la conquista de los colegios profesionales por parte de los ciudadanos, pues actualmente la sociedad española, y los colegios profesionales con ella, sufren el intrusismo de la política y los grandes intereses económicos en esferas sociales que deberían ser referentes de libertad.
–Los diversos Gobiernos de Europa Occidental y la UE están aprobando una tras otras leyes anticristianas y antihumanas: fecundación in vitro, matrimonio homosexual, aborto, ideología de género... ¿Cree que los cristianos pueden parar esta ofensiva mediante el derecho y los tribunales?
Lo que el ciudadano se tiene que plantear no es tanto su poder de cambiar las leyes, sino su poder de influir en ese cambio. El derecho es sólo un instrumento para restaurar la justicia y la equidad y como instrumento debe ser usado. Ahora bien, el acceso a los juzgados y tribunales no nos tiene que hacer olvidar que lo verdaderamente necesario es cambiar las legislaciones que atentan gravemente al derecho natural.
Además la lucha jurídica se tiene que plantear como un llamamiento a las conciencias para que los ciudadanos se den cuenta que la sociedad no puede seguir el camino que lleva, pues ese camino sólo lleva a la desaparición misma de la libertad y de la sociedad.
–Si su candidatura no consigue la victoria en las elecciones del 18, ¿se disolverá o se mantendrá?
En la candidatura contamos con el apoyo de dos asociaciones Ius et Fides y Unión de Abogados, y con el apoyo incondicional de numerosos abogados. Estos apoyos garantizan nuestra permanencia en el tiempo, defendiendo los intereses de los abogados, y con ello los intereses de la verdad y la justicia. Este proyecto que iniciamos con la presentación de una candidatura es sólo el inicio de la puesta en marcha del Manifiesto Social de la Abogacía (http://www.manifiestosocial.tomas-moro.org/) que será nuestro programa para futuras actuaciones sociales y jurídicas.
«El fin de la sociedad es el hombre»
–El empobrecimiento que está sufriendo la población española, ¿también afecta a los abogados?
Es evidente que el abogado forma parte de la sociedad y por tanto todo lo que afecta a la sociedad le afecta al abogado. Ahora bien, lo importante no es el empobrecimiento económico de los abogados, sino la verdadera pérdida de libertad que están sufriendo. Los abogados son un sector privilegiado capaz de observar la injusticia en primera persona, y últimamente con la Ley de Tasas, la futura reforma del Código Penal, el ninguneo de la sociedad, la existencia de una actividad legislativa desmesurada, la actuación sin precedentes de los diferentes ejecutivos con la afectación de la órbita más íntima de la libertad de los ciudadanos, y la cada vez mayor actuación judicial marcada por la arbitrariedad, los ataques a la libertad, la justicia y la equidad son cada vez mayores.
–Como conocedor de la doctrina social de la Iglesia, ¿cómo cree que España podría salir de la crisis?
El único camino posible para salir de esta crisis es recuperar la esencia del humanismo. El hombre ha de recuperar el respeto por el derecho natural, la veneración por el irrenunciable derecho a la vida; ha de cambiar su forma de pensar, es decir luchar por ser más y no por tener más. La economía no ha de ser el centro de la atención política, sino que el centro ha de ser la persona. Otra cosa es que para recuperar la dignidad perdida la economía sea un instrumente importante, pero es sólo eso, un instrumento y no un fin en sí mismo. Cuando la sociedad se dé cuenta que el fin es el hombre la crisis será sólo un triste pasado.
–Usted es un experto en la ideología de género. ¿Cuál es el balance que hace de las leyes aprobadas por Zapatero sobre violencia doméstica, divorcio-exprés y similares?
Solo tenemos que ver los resultados de dichas leyes para valorar sus efectos. La violencia doméstica aumenta cada día más, y digo violencia doméstica pues es lo apropiado, pues el género en muchos casos no añade nada a la violencia. Cada día son más numerosas las agresiones a menores, las agresiones a los ancianos, y las agresiones entre esposos, ya sea el hombre el agresor o el agredido. Enfrentando a la familia, enfrentando al sexo masculino con el femenino, tal y como hace la actual legislación, la violencia no se frenará, más bien todo lo contrario. Aquí volvemos al tema que le comentaba anteriormente, hemos de recuperar el respeto a la dignidad humana, sin condicionar dicha dignidad a ninguna situación económica, ideológica o de género concreta. El hombre, todo hombre es digno per se, y esa dignidad se ha de manifestar de forma cualificada en su entorno familiar.
–¿Y por qué el Gobierno del PP no las deroga? Podría ganar el voto de millones de hombres discriminados...
Esa pregunta habría que hacérsela a nuestros políticos, pero me imagino que como en otra materias el motivo aquí hay muchos intereses económicos e ideológicos. Dichos intereses que son minoritarios; sin embargo suponen un gran quebranto para la sociedad que ve cómo sus instituciones no defienden la justicia. De aquí el desafecto cada vez más claro entre política y sociedad.