Caridad, amor que se alimenta en el encuentro con Cristo

Motu Proprio de Benedicto XVI sobre el servicio de la caridad en la Iglesia

Se ha publicado hoy el Motu Proprio «Intima Ecclesiæ Natura» del Papa Benedicto XVI «sobre el servicio de la caridad». Recordando que «la naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los Sacramentos y servicio de la caridad», que «se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra», el documento traza los perfiles jurídicos que conlleva este servicio en la Iglesia.

(Agencias/InfoCatólica) La Carta Apostólica en forma de Motu Proprio «Intima Ecclesiæ
Natura» de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, “De caritate ministranda” (Sobre el servicio de la caridad), lleva firma del pasado 11 de noviembre y entrará en vigor el 10 de diciembre.

El Papa asegura que “el servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia”, que “todos los fieles tienen el derecho y el deber de implicarse personalmente para vivir el mandamiento nuevo que Cristo nos dejó brindando al hombre contemporáneo no sólo sustento material, sino también sosiego y cuidado del alma” y que “la Iglesia está llamada a ejercer la diakonia de la caridad en su dimensión comunitaria, desde las pequeñas comunidades locales a las Iglesias particulares, hasta abarcar a la Iglesia universal; por eso, necesita también «una organización (…) que a su vez se articula mediante expresiones institucionales”

Benedicto XVI explica que aunque son los Obispos, quienes tienen la primera responsabilidad en el servicio de la caridad, en los cánones del Código de Derecho Canónico relativos al ministerio de los obispos no había ningunos que regulasen expresamente este ámbito específico de la caridad. Se consideraba, por ello, que “era necesario colmar dicha laguna normativa a fin de expresar adecuadamente, en el ordenamiento canónico, el carácter esencial del servicio de la Caridad en la Iglesia y su relación constitutiva con el ministerio episcopal, trazando los perfiles jurídicos que conlleva este servicio en la Iglesia, especialmente si se presta de manera organizada y con el sostén explícito de los Pastores”. Es este el objetivo del Motu Proprio, “proporcionar un marco normativo orgánico que sirva para ordenar mejor, en líneas generales, las distintas formas eclesiales organizadas del servicio de la caridad, que está estrechamente vinculada a la naturaleza diaconal de la Iglesia y del ministerio episcopal”.

Desde el principio, el Papa advierte que «la actuación práctica resulta insuficiente si en ella no se puede percibir el amor por el hombre, un amor que se alimenta en el encuentro con Cristo».  Por eso, en el ejercicio de la caridad, las instituciones católicas “no deben limitarse a una mera recogida o distribución de fondos, sino que deben prestar siempre especial atención a la persona que se encuentra en situación de necesidad y llevar a cabo asimismo una preciosa función pedagógica en la comunidad cristiana, favoreciendo la educación a la solidaridad, al respeto y al amor según la lógica del Evangelio de Cristo”. De ese modo, se evitará que la caridad eclesial se diluya “en una organización asistencial genérica

Y prosigue, “en la medida en que dichas actividades las promueva la propia Jerarquía, o cuenten explícitamente con el apoyo de la autoridad de los Pastores, es preciso garantizar que su gestión se lleve a cabo de acuerdo con las exigencias de las enseñanzas de la Iglesia y con las intenciones de los fieles y que respeten asimismo las normas legítimas emanadas por la autoridad civil”.

En cuanto a la disciplina canónica, “era necesario determinar en el derecho de la Iglesia algunas normas esenciales, inspiradas en los criterios generales de la disciplina canónica, que explicitaran en este sector de actividades las responsabilidades jurídicas que asumen en esta materia los diversos sujetos implicados, delineando en particular la posición de autoridad y de coordinación que corresponde en esto al Obispo diocesano”, junto con el aprecio y respeto a “la apreciable variedad de instituciones de inspiración católica que, en cuanto tales, actúan en este sector, tanto las que nacieron por impulso de la Jerarquía, como las que surgieron por iniciativa directa de los fieles, y que los Pastores del lugar acogieron y alentaron”

Algunas normas esenciales

art. 4. «Corresponde al respectivo Obispo diocesano vigilar a fin de que en la actividad y la gestión de estos organismos se observen siempre las normas del derecho universal y particular de la Iglesia, así como las voluntades de los fieles que hayan hecho donaciones o dejado herencias para estas finalidades específicas»

art. 7 (...) «los agentes" deben ser personas que "al menos respeten, la identidad católica de estas obras» y (...) los obispos y párrocos «deben impedir que a través de las estructuras parroquiales o diocesanas se haga publicidad de iniciativas que, aunque se presenten con finalidades de caridad, propongan opciones o métodos contrarios a las enseñanzas de la Iglesia»

art. 10 «En particular, el Obispo diocesano debe evitar que los organismos de caridad sujetos a su cargo reciban financiación de entidades o instituciones que persiguen fines en contraste con la doctrina de la Iglesia» y «debe cuidar que la gestión de las iniciativas que dependen de él sea testimonio de sobriedad cristiana (...) debe vigilar que los sueldos y gastos de gestión respondan a las exigencias de la justicia y a los necesarios perfiles profesionales, pero que a su vez sean debidamente proporcionados a gastos análogos de la propia Curia diocesana»

art. 11 «El Obispo diocesano debe, si fuera necesario, hacer público a sus fieles el hecho que la actividad de un determinado organismo de caridad ya no responde a las exigencias de las enseñanzas de la Iglesia, prohibiendo por consiguiente el uso del nombre católico»

10 comentarios

Pepito
Sí señor, la Caridad aunque de suyo es algo espiritual también debe impregnar todas las actividades del hombre, incluída la economía, y por ello hay que generar desde la propia Iglesia, promotora de la Caridad, una organización y una estructura económica que sea conforme a la Caridad. Todo debe de arder con la Caridad de Cristo, incluso la misma economía humana.

Liberemos a la economía de la exclavitud del egoismo, especialmente del afán de lucro, y sustituyámoslo por la Caridad y sólo así resolveremos nuestros problemas económicos. Si queremos una económía realmente libre, tenemos que liberarla ante todo de la exclavitud del pecado.
1/12/12 9:01 PM
pedro de madrid
Estoy suscrito a tres revistas religiosas, doy a la Iglesia necesitada y me dicen sobre 8 misas anuales, me mandan tres boletines sobre santos, colaboro mensualmente con las Misioneras de la Caridad, colaboro con el óbolo, misa dominical, diaria, los que piden incesantemente en muchas esquinas o puertas de la Iglesia (les suelo dar una pieza de furta y ropa, etc casi nunca dinero), cáritas etc. y sé que lo que hace la mano izquierda no debe saberlo la derecha y me siento afortunado con mi pensión, tal vez sea algo egoista, pero la caridad es muy necesaria, existen personas a las que hay que ayudar, están infitamente peor, unas por contratiempos de la vida y otros por su mala cabeza, falta de trabajo o no lo quieren y así es la vida de casi todos los cristianos. Nadie lo desconoce pero es necesario decirlo aunque esto te reporte muchas críticas y duras.
1/12/12 9:54 PM
Enrique
He leído todo este motu proprio y me parece muy interesante. Me da la impresión que la intención de la Santa Sede es asegurar que las instituciones católicas de caridad sean eso, católicas. Que no se cuelen algunas instituciones que con el nombre de católicas y bajo el manto de la ayuda a los demás promuevan el aborto, la píldora del día después, el preservativo y otras barbaridades.
1/12/12 11:13 PM
Mariano
La caridad es lo que hay que practicar entre los hombres. Por esto, Enrique, si un partido político tiene la bendición de la Iglesia bienvenida sea, pero intención de practicar la caridad y la justicia en la vida política y social la hay en muchos católicos. Los partidos políticos actuales de mayor representación no tienen bendición de la Iglesia que yo sepa, aunque haya cristianos en ellos, y no sé si la aceptarían o con qué fin.

Pero la caridad hay que practicarla y en comunión de la Iglesia y con sus obispos a los que no hay que despreciar como hacen algunos partidos a veces, porque ellos son los ungidos de Dios y columnas de la Iglesia.
2/12/12 11:58 AM
Enrique
Perdóname, Mariano, pero hay algo que no entiendo.

¿Acaso un partido político debe tener la bendición de la Iglesia para que un católico pueda votarlo? La pregunta también es interesante al revés: ¿Acaso la Iglesia puede dar su bendición a algún partido político?
2/12/12 2:45 PM
Mariano
Las bendiciones como la gracia de Dios se conceden a quienes las buscan sinceramente. Un católico puede ser orientado por sus pastores, y bendecir a un partido político concreto sería una buena guía. Pero un partido político que comparte mesa y discurso con hipócritas, dudo que reciba bendiciones si no hay buenos propósitos y obras de acuerdo con ellos. Hay que tener caridad y ésta implica coherencia.

Y vemos mucha incoherencia en dirigentes de los partidos políticos que gobiernan, no en todos. No les será fácil ser coherentes, pero parecen incoherentes algunos.

Por otro lado, todo católico es libre en conciencia buscando la verdad con sinceridad y así descubre el amor de Dios y de la Iglesia. Y votar a un partido político es cuestión de la conciencia de cada uno. Pero para equivocarse otra vez... ya hemos aprendido del pasado y del presente.
2/12/12 3:36 PM
Enrique
Estimado Mariano:

La Iglesia no tiene la función se bendecir partidos políticos. Te recuerdo que la misión de la Iglesia no es temporal y los partidos sí tienen funciones temporales. Todos los partidos tienen esa función, incluidos los autoproclamados partidos católicos.

Otra cuestión es que los católicos deban votar en conciencia, pero deducir de ahí que la Iglesia deba bendecir ciertos partidos, es evidentemente extrapolar las cosas.
2/12/12 4:06 PM
Enrique
Cuando hice mi primer comentario, no quise tocar cuestiones políticas. Justo ayer el editor cerró un debate sobre política e Iglesia. Me quedé con las ganas de contestar a una usuaria porque tenía argumentos claros para ello, pero me aguanté.

Ahora no tenía esa intención. Solo resaltar que la caridad católica debe ser eso, católica. Añado que si no es conforme a la doctrina de la Iglesia, ni siquiera es caridad.

Pero como se ha iniciado este debate en contra de mi intención, añado una idea: en este motu proprio que da origen a esta noticia se dice claramente que ninguna organización caritativa puede usar el apelativo de "católica" sin permiso por escrito de la legítima autoridad. Por ello no sé por qué algunos se empeñan en usar el adjetivo "católico" para ciertos partidos sin permiso alguno. Un partido político no es una ONG, pero la analogía es evidente y por ello el abuso es evidente.

Con esto, deseo cortar en este debate la cuestión política y centrarnos en el asunto del motu proprio.
2/12/12 4:12 PM
Mariano
No sé a quien te refieres cuando haces mención de algunos que se empeñan en usar el adjetivo de "católico" para ciertos partidos políticos (que, añado yo, no existen) sin permiso alguno. Si no existen no necesitan permiso alguno. Y de crearse un partido católico, ya se haría conforme a las normas de la Iglesia y a la legalidad.
2/12/12 4:38 PM
Tony de New York
Bien por el sucesor de san Pedro.
2/12/12 10:41 PM

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