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(Los Tiempos) Parafraseando el mensaje evangélico de ayer, reiteró que no todo lo que entra en la persona mancha, pero sí lo que sale del corazón del hombre, en alusión a la denuncia presentada por el Gobierno contra medios de comunicación por el presunto delito de «difusión e incitación al racismo o la discriminación», en el que habrían distorsionado unas declaraciones del presidente Evo Morales.
«Robos, homicidios, muerte, adulterio, avaricia, maldad, engaños, deshonestidades, envidias, difamación y otras situaciones que se suceden en nuestro ambiente son corrientes que manchan y apalean la dignidad humana. La muerte sembrada con tanta facilidad no es algo impuesto de afuera, sino que viene de un corazón podrido, de un corazón que no quiere convertirse a la vida de Dios», dijo según la página digital de Iglesia Viva.
Agregó que del centro del corazón y la conciencia del hombre vienen las malas intenciones que manchan el corazón, la sociedad y «se multiplican en un ambiente donde todo lo malo es aplaudido».
Indulto
Por otra parte, el Cardenal destacó ayer el retorno al país de más de 400 compatriotas que se beneficiaron con el indulto otorgado por Chile y sugirió a las autoridades bolivianas seguir ese ejemplo, debido a que «son muchos los hermanos que sufren la retardación de justicia y la sobrepoblación en los penales».
«Por qué no abrir las puertas a aquellos que tienen ganas de reiniciar su vida; por qué no extender este pensamiento de indulto a un verdadero perdón a todos los que se han equivocado, porque no hablar de una amnistía», manifestó ayer el también presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), en la homilía desde Santa Cruz.
Observó que ni la severidad de las leyes ni la multiplicación de las cárceles son la solución, sino que se debe buscar la transformación de hombres y mujeres nuevos.