(EP) Durante su conferencia titulada '¿Crisis económica o crisis teológica?', el prelado aseguró que las situaciones de riesgo social con las que convive constantemente en su comunidad, le han hecho reflexionar sobre las causas de la crisis económica actual.
El arzobispo recalcó que «nuestra sociedad vive inmersa en una fragmentación que impregna todos los ámbito: cultural, político, social y, por ende, el económico; y donde hemos delegado casi todo, donde todo lo hacen expertos». Esto nos ha llevado, según dijo, «a la irresponsabilidad del ser humano». «El hombre que no es responsable, no sirve para nada», apuntó.
«Nuestra sociedad lleva sacrificándose toda la vida en beneficio de la economía y, esta actitud provoca que nuestra sociedad esté condenada a muerte. Sólo sabemos comprar», aseveró el arzobispo de Granada.
También hizo referencia a otro concepto que, según su criterio, no nos permite poder hacer un juicio claro sobre la crisis y es «el dualismo en el que está sumida nuestra sociedad». Este dualismo, aclaró el ponente, «nos conduce a la domesticación de la Iglesia en beneficio de las alternancias ideológicas del poder fundamentada por la pérdida del cuerpo de la Iglesia».
En referencia al hombre contemporáneo, advirtió que «vivimos en una lucha constante contra el mundo y eso hace que no exista una verdadera sociedad. Que gane 'La roja', permite mantener un alivio humano y momentáneo a la insatisfacción y frustración constante en la que vivimos inmersos».
El arzobispo de Granada cerró su intervención con un alegato sobre su condición política y para acallar a aquellas voces que quieren determinar su ideología y declaró que: «amo la libertad infinitamente más que los liberales; amo el espesor de la sociedad y lamento que nuestra sociedad sea plana; amo mi comunidad más que los comunistas, ergo, soy cristiano».
El acto de presentación del seminario contó además con la participación del director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Xavier Puigdoller, y del rector de la UAO CEU, Carlos Pérez del Valle. Por su parte, el Josep Miró i Ardèvol, coordinador de este curso de verano y miembro del Pontificio Consejo para los Laicos fue el encargado de presentar al arzobispo, del que alabó su larga trayectoria al servicio de la Iglesia y su preparación teológica.