(Efe) Featherstone, liberal, dio a conocer ayer la propuesta gubernamental, que se someterá a consulta pública durante doce semanas antes de llegar a la Cámara de los Comunes.
Según el texto, prologado conjuntamente con la ministra de Interior, la conservadora Theresa May, el Gobierno quiere autorizar los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo, pero prohíbe que estos se celebren en iglesias, pese a que algunas han expresado interés.
Además, los homosexuales que ya disfruten de una unión civil -una fórmula introducida en 2005 que los reconoce como "parejas de hecho", con los mismos derechos que los casados- podrán convertirla en un certificado de matrimonio.
También se precisa que las parejas en que uno de sus miembros cambie de sexo no tendrán que anular su contrato matrimonial. "Para ponerlo de forma simple, no está bien que a una pareja que se quiere y desea formalizar ese compromiso, se le niegue el derecho a casarse", afirman Featherstone y May en el texto.
El plan del Gobierno, que cuenta con el apoyo expreso del primer ministro, David Cameron, afronta la oposición de bastantes diputados conservadores y de líderes religiosos anglicanos y especialmente de la Iglesia Católica, minoritaria en el Reino Unido.
Por eso, se prevé que, cuando el proyecto llegue al Parlamento, el Ejecutivo dé a los parlamentarios "tory" libertad de voto, para evitar una revuelta interna.
Se cuenta con los votos de los liberales, socios en el Gobierno, y del opositor Partido Laborista para aprobar una legislación que, según las últimas encuestas, tiene el apoyo de un 45 por ciento de la población frente a un 36 por ciento en contra.
Una organización contraria a la propuesta, la Coalición por el Matrimonio, ha publicado hoy anuncios en periódicos nacionales en los que califica el plan de "profundamente antidemocrático".
Mientras, Peter Tatchell, coordinador de la campaña "Amor igual" a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, criticó que la propuesta gubernamental no extienda las uniones civiles a las parejas heterosexuales, lo que consideró que viola los derechos humanos.
Featherstone precisó que el proceso de introducción de las nuevas medidas, anticipadas por Cameron, costará unos cuatro millones de libras (4,76 millones de euros).
En el pasado congreso del Partido Conservador, Cameron, que representa el esfuerzo por modernizar esa formación, provocó un pasmo a algunos de sus correligionarios cuando declaró: "Yo no apoyo el matrimonio homosexual a pesar de ser conservador. Lo apoyo porque soy conservador".