(BCCatholic/InfoCatólica) La creación de una nueva casa privada dedicada a la eutanasia en Victoria, capital de la provincia canadiense de Columbia Británica, ha generado un intenso debate. El centro, gestionado por la organización MAiDHouse —siglas de Medical Assistance in Dying—, abrió sin anunciar públicamente su dirección ni detallar si cuenta con permisos municipales o licencias de actividad.
MAiDHouse, con sede en Toronto y registrada como organización benéfica por la Agencia Tributaria de Canadá, figura además entre los diez «recursos nacionales» sobre asistencia médica para morir reconocidos por el Ministerio de Sanidad del país.
Diversos grupos contrarios a la eutanasia han expresado su preocupación por lo que consideran una expansión silenciosa de este tipo de instalaciones. Alex Schadenberg, director ejecutivo de la Euthanasia Prevention Coalition, declaró que el funcionamiento de MAiDHouse como organización benéfica resulta incomprensible, afirmando que sus centros «existen únicamente para poner fin a la vida de las personas».
La organización no ha respondido a las reiteradas solicitudes de información sobre la ubicación del centro, la obtención de permisos o la posible notificación a los vecinos. Según la información disponible en su sitio web, los usuarios de MAiDHouse acuden únicamente el día en que se les practica el procedimiento o el día de evaluación médica previa.
El Ayuntamiento de Victoria no ha ofrecido declaraciones al respecto, y no figura ninguna licencia de actividad para 2025 a nombre de MAiDHouse ni de su denominación alternativa, Assisted-Dying Resource Centres Canada.
Christian McCay, portavoz del grupo provida Choose Life Victoria, manifestó su preocupación por la falta de información pública. En un comunicado, afirmó sentirse «profundamente inquieto» por el funcionamiento de la casa de eutanasia sin conocimiento de la ciudadanía.
Desde la Diócesis Católica de Victoria se remitió a una carta pastoral de 2022 del obispo Gary Gordon, en la que recordaba que la enseñanza católica «rechaza de forma clara e inequívoca la eutanasia y el suicidio asistido como respuesta al sufrimiento». En el texto, el prelado apelaba al ejemplo del Buen Samaritano como modelo de compasión cristiana ante el dolor.
Por su parte, la activista provida Marie Peeters-Ney, miembro de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, expresó su pesar ante la noticia, considerando que la expansión de estos centros era «previsible». En sus declaraciones subrayó que la sociedad canadiense «se ha acostumbrado a aceptar» este tipo de prácticas mientras condena otras formas de violencia.
También se pronunció Kelsi Sheren, veterana de las Fuerzas Armadas y crítica con la legislación sobre eutanasia, quien dedicó un episodio de su pódcast a analizar el caso, calificando el modelo de MAiDHouse como «basado en la desesperanza».
McCay, elegido recientemente líder del Christian Heritage Party de Columbia Británica, instó al Gobierno provincial a mejorar la atención sanitaria y los cuidados paliativos, reclamando la creación de hospicios públicos sin asistencia médica para morir.
Según el último informe del Ministerio de Sanidad de Canadá, en 2023 se registraron 2.759 muertes por eutanasia en Columbia Británica, lo que representa el 18 % del total nacional. El 37,8 % de los fallecimientos se produjeron en domicilios particulares, y el 32,7 % en hospitales.







