(NCRegister/InfoCatólica) «Estos vídeos son fabricaciones: obras de engaño producidas mediante la manipulación tecnológica de mi imagen para transmitir mensajes que nunca he pronunciado», declaró el cardenal Burke.
Las afirmaciones eran «totalmente falsas», añadió, subrayando que «nunca he hecho tales declaraciones ni he dado ningún discurso o entrevista que se asemeje remotamente a lo que se describe».
El cardenal afirmó que «el uso deliberado de la falsedad para sembrar división en el seno de la Iglesia es un pecado grave».
Citó el Evangelio de san Juan:
«El mismo Señor nos enseña que el diablo “fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y padre de la mentira”».
El cardenal añadió que los vídeos falsos «llevan la marca inconfundible del maligno, que siempre busca confundir a los fieles y enfrentar a unos hermanos con otros dentro del Cuerpo Místico de Cristo».
Declaró además «pública e inequívocamente» su «obediencia, amor filial y respeto inquebrantable hacia el Sumo Pontífice, el papa León XIV, Vicario de Cristo en la tierra». El prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica añadió que la unidad de la Iglesia en torno al Sucesor de san Pedro «ha sido querida por el mismo Señor y es esencial para la integridad de nuestra fe católica».
Exhortó a todos los fieles a «prestar atención al auténtico magisterio del Santo Padre y no a las voces de división, que tergiversan la verdad con fines mundanos y siembran el escándalo entre las almas».
El cardenal estadounidense instó a los fieles a responder a esos ataques con «fe y oración», recordando que «el primer recurso del cristiano en toda prueba es siempre el Corazón de Jesús, que vence la falsedad con la fuerza de su verdad y de su amor».
Concluyó su declaración pidiendo a los fieles que «recen con fervor» por la persona o personas responsables de esos vídeos, para que, «tocadas por la gracia divina, pasen de las tinieblas a la luz de la verdad, de la esclavitud de la mentira a la libertad de la conversión, y se reconcilien con Dios, rico en misericordia y abundante en amor fiel».
El cardenal Burke y otros dirigentes de la Iglesia que habían sido públicamente críticos con algunas de las acciones del papa Francisco han sido recientemente objeto de ataques por parte de algunos comentaristas en línea, que les reprochan su silencio ante las palabras y los actos de León XIV, a los que estos críticos consideran una mera continuación del pontificado de Francisco.
En junio, el papa León envió una cálida y detallada carta al cardenal Burke, agradeciéndole sus cincuenta años de ministerio sacerdotal, y en agosto el Pontífice recibió al cardenal en audiencia privada.







