(The Pillar/InfoCatólica) El National Study of Catholic Priests 2025, cuyos resultados se publicaron el 14 de octubre, reveló que los sacerdotes jóvenes eran más propensos a describirse como teológicamente ortodoxos y políticamente moderados, a considerar que el acceso a la misa tradicional en latín debería ser una prioridad, a sentirse solos y a creer que se les exige hacer demasiadas cosas ajenas a su vocación sacerdotal.
Según el estudio, los sacerdotes jóvenes también eran menos propensos a pensar que la sinodalidad debería ser una prioridad y se mostraban menos preocupados por la cuestión de la influencia de las mujeres en la Iglesia que sus compañeros de mayor edad.
El informe de 2025 sigue al innovador National Study of Catholic Priests 2022, el mayor estudio sobre sacerdotes estadounidenses en más de cincuenta años, que concluía que el clero, en general, prosperaba, a pesar de una profunda desconfianza hacia los obispos y del temor a ser falsamente acusado de abusos.
Un análisis posterior de los resultados, en 2023, mostró que la proporción de nuevos sacerdotes católicos estadounidenses que se identificaban como teológicamente «progresistas» había disminuido drásticamente en comparación con generaciones anteriores.
Del 70 al 8 por ciento
El informe de 2025 ofreció nuevas pruebas de una brecha teológica entre los sacerdotes mayores y los más jóvenes. Mientras que más del 70 % de los sacerdotes ordenados antes de 1975 se describían como teológicamente progresistas, solo el 8 % de los ordenados después de 2010 lo hacían.
Más del 70 % de los sacerdotes más jóvenes afirmaron ser «conservadores/ortodoxos» o «muy conservadores/ortodoxos», según la encuesta realizada por Gallup entre mayo y junio de 2025, en la que participaron 1.164 sacerdotes.
El informe señalaba además que las posturas políticas de los sacerdotes «mostraban un claro cambio generacional respecto a la autodefinición liberal, con los moderados representando ahora una gran parte de los grupos más recientes».
Mientras que solo el 25 % de los clérigos ordenados antes de 1975 se identificaban como políticamente moderados, el 37 % de los ordenados después de 2010 lo hacían.
Más del 61 % del grupo anterior a 1975 se describía como «algo» o «muy» liberal, y menos del 15 % como conservador. En cambio, solo alrededor del 10 % del grupo posterior a 2010 se identificaba como liberal y el 51 % como «algo» o «muy» conservador.
Sin embargo, el estudio también puso de manifiesto la preocupación generalizada, en todo el espectro político sacerdotal, por las políticas de la administración Trump. Dos tercios de los sacerdotes que se definían como «muy conservadores» afirmaron estar al menos algo preocupados por dichas políticas, mientras que el 83 % de los «conservadores» expresaron la misma opinión.
Importancia de la Misa en latín
También se observó una diferencia generacional en cuanto a prioridades. Solo el 11 % de los sacerdotes ordenados antes de 1980 consideraban que el acceso a la misa tradicional en latín debía ser una prioridad, frente al 20 % de los ordenados entre 1980 y 1999, y el 39 % de los ordenados en el siglo XXI.
Tras la publicación del documento Traditionis custodes de 2021 del papa Francisco, que en la práctica revirtió la liberalización de la forma antigua de la misa impulsada por su predecesor Benedicto XVI, muchos obispos diocesanos estadounidenses restringieron las celebraciones según el Misal de 1962, también conocido como misa tridentina.
Los sacerdotes jóvenes también tendían más a señalar la devoción eucarística como una prioridad y menos que los mayores a destacar temas como el cambio climático, la inmigración, la comunidad LGBT, la pobreza, el racismo y la justicia social.
El informe reveló notables diferencias generacionales respecto a la sinodalidad, un neologismo acuñado por el papa Francisco para describir un camino de renovación espiritual y reforma estructural que permita a la Iglesia ser más participativa y misionera.
Tampoco son sinodales
Solo el 29 % de los sacerdotes ordenados después de 2000 mencionaron la sinodalidad como prioridad, frente al 57 % del grupo de 1980-1999 y el 77 % del grupo anterior a 1980.
El estudio también preguntó a los sacerdotes hasta qué punto les preocupaba el tema de la influencia de las mujeres en la Iglesia, una de las cuestiones centrales surgidas del proceso sinodal mundial de 2021-2024 bajo la dirección del papa Francisco.
Más de dos tercios de los sacerdotes ordenados antes de 1980 afirmaron estar «sumamente preocupados», frente a casi la mitad del grupo de 1980-1999 y solo uno de cada cinco entre los ordenados después de 2000.
El informe sugería que, en conjunto, los sacerdotes estadounidenses se sentían desconectados del proceso sinodal, un fenómeno que ya se había puesto de manifiesto durante la propia iniciativa. A la pregunta de si el Sínodo sobre la Sinodalidad había sido una pérdida de tiempo, el 37 % de los sacerdotes estuvo de acuerdo, mientras que el 39 % discrepó. Solo el 28 % dijo sentirse plenamente incluido en el proceso, el 36 % lo negó y únicamente el 25 % consideró que el proceso había sido útil para su ministerio, frente al 42 % que dijo que no lo fue.
Aunque el estudio de 2025 concluyó que los sacerdotes seguían mostrando altos niveles de bienestar personal tres años después del informe inicial, la soledad era más evidente entre la nueva generación de clérigos.
Solo el 27 % de los sacerdotes ordenados antes de 1975 se clasificaban como solitarios, frente al 34 % del grupo de 1980-1999 y el 40 % de los ordenados después de 2000. Los autores del informe concluyeron que «los sacerdotes con más años de servicio son mucho menos propensos a declarar que se sienten solos».
También surgió una clara división al preguntar a los sacerdotes si se les pedía hacer demasiadas cosas ajenas a su vocación sacerdotal. Solo el 13 % del grupo anterior a 1980 estuvo de acuerdo, frente al 38 % del de 1980-1999 y el 45 % de los ordenados después de 2000.
«Esta diferencia generacional apunta a una creciente preocupación por la sostenibilidad del ministerio, especialmente a medida que aumentan las exigencias parroquiales», afirmaba el informe. «También puede reflejar diferencias en la comprensión generacional de lo que significa la vocación sacerdotal. ¿Se pide a estos hombres hacer cosas que no se pedían a las generaciones anteriores, o simplemente no consideran que esas tareas formen parte de su responsabilidad sacerdotal, mientras que las generaciones anteriores sí lo hacían?»
«Una posible explicación podría ser que a los sacerdotes ordenados más recientemente se les asignen mayores responsabilidades que a los de generaciones anteriores.»
Sienten que se les pide hacer demasiado
Desde el año 2000, muchas diócesis estadounidenses han cerrado o fusionado parroquias debido a los cambios demográficos. El informe reveló que, aunque la mayoría de los sacerdotes solo están al cargo de una parroquia, el 23 % supervisa dos y el 17 % tres o más.
«Los sacerdotes jóvenes declararon mayores niveles de agotamiento y soledad que las generaciones anteriores, y un porcentaje más alto de ellos consideró que se les pide hacer más de lo que deberían», concluyó el informe.
«A medida que la generación de sacerdotes mayores se jubila, es de esperar que a los sacerdotes jóvenes se les pida asumir aún más responsabilidades en los próximos años. No es difícil prever que el agotamiento seguirá aumentando a medida que cada vez menos sacerdotes permanezcan en activo.»
El estudio sugería que, en general, la salud mental de los sacerdotes estadounidenses era buena, aunque señalaba que el 11 % afirmaba estar recibiendo tratamiento o terapia por un problema de salud mental.
«Aunque no podemos desglosar los datos por diócesis, hay sólidos indicios de una variación significativa entre unas y otras —e incluso entre parroquias— en lo que respecta a los factores de estrés que afrontan los sacerdotes», señalaba el informe.
«Estos problemas pueden verse agravados por las reestructuraciones diocesanas, los procesos de quiebra y situaciones similares.»
Poca confianza en los obispos, mucha en el Papa
En medio de las incertidumbres, la confianza en los obispos había aumentado ligeramente, del mínimo del 22 % registrado en 2022 al 27 % en 2025, según el informe.
Los investigadores también evaluaron la opinión de los sacerdotes sobre el papa León XIV, elegido el 8 de mayo de 2025 tras la muerte del papa Francisco el 21 de abril. Indicaron que el 86 % de los sacerdotes expresó «una gran» o «bastante» confianza en el primer papa nacido en Estados Unidos, mientras que el 80 % esperaba que las relaciones entre el Vaticano y la Iglesia estadounidense mejorasen «algo» o «significativamente».






