(InfoCatólica) El origen del conflicto se remonta a finales de 2023, cuando las tres monjas fueron trasladadas desde su convento de Goldenstein a una residencia de mayores gestionada por Cáritas en la localidad de Oberalm. Según la versión de la dirección de la orden, este paso se dio en coordinación con las hermanas y por motivos de salud, después de que dos de ellas hubiesen sido hospitalizadas. Sin embargo, las religiosas sostienen que dicho traslado se produjo en contra de su voluntad y que se las presionó para firmar los contratos con la residencia.
Las monjas alegan que el traslado fue ilegal desde el principio y que se vulneraron sus derechos, tanto personales como religiosos. Además, cuestionan la validez de los contratos que firmaron, al considerar que no comprendían plenamente su alcance o que fueron inducidas a firmarlos bajo coacción. A ello se suma la sospecha de irregularidades en la gestión de fondos pertenecientes al convento, cuyo destino no ha sido aclarado.
El abogado que representa a las religiosas presentó en marzo de 2025 una primera exposición de hechos («Sachverhaltsdarstellung») ante la Fiscalía de Salzburgo, solicitando que se investigaran posibles delitos relacionados con coacción, abuso de confianza y gestión irregular de bienes. Sin embargo, el Tribunal Regional de Salzburgo ordenó el archivo del procedimiento en mayo, al considerar que no había base suficiente para continuar con la investigación.
A pesar de ello, el abogado de las monjas ha presentado recientemente una segunda exposición de hechos, en la que pide reabrir la investigación y examinar seis puntos concretos que considera «susceptibles de investigación». Entre ellos se incluyen el papel de la dirección de la orden en la firma de los documentos, la legalidad del traslado de las monjas al asilo y el paradero de importantes sumas de dinero.
A mediados del pasado mes de septiembre, las tres monjas abandonaron la residencia de Oberalm y regresaron por su cuenta al antiguo convento de Goldenstein. Según varios medios austríacos, las religiosas lograron acceder al edificio con ayuda de un cerrajero y retomaron la vida comunitaria en sus antiguas dependencias. Este gesto reavivó el conflicto con la abadía de Reichersberg y provocó un nuevo estallido mediático, ya que la dirección de la orden considera que las monjas actuaron sin autorización y en contra de las normas internas.
El caso no se limita al ámbito civil o penal. También afecta al derecho canónico, pues las monjas habrían desobedecido las órdenes de sus superiores al regresar a su antiguo convento, que actualmente no está autorizado para ser habitado por la comunidad. Ese retorno complica aún más la posibilidad de alcanzar una solución amistosa.
Mientras tanto, el asunto ha despertado una gran atención mediática en Austria, especialmente después de que las monjas crearan una cuenta de Instagram que ya supera los 60.000 seguidores. Desde la abadía de Reichersberg se insiste en que se busca una «solución buena para todas las partes», aunque el nuevo paso legal de las religiosas, presentado sin previo aviso, ha sido calificado por el portavoz del monasterio como «un acto poco amistoso que dificulta una buena resolución».







