(LifeSite/InfoCatólica) Meses después de que el obispo Michael Martin anunciara nuevas restricciones a la celebración de la Misa tradicional en latín en la diócesis de Charlotte, más de 600 fieles acudieron este domingo a la pequeña capilla de Mooresville, donde se celebraron las dos primeras Misas en su nueva ubicación.
La Comunidad de la Misa en Latín de Charlotte compartió imágenes y agradecimientos en la red social X, destacando la participación de entre 600 y 625 personas, sumando la Misa rezada y la Misa solemne. «Damos gracias a nuestros sacerdotes, diáconos, monaguillos y al talentoso schola», publicaron, concluyendo con una expresión de alabanza: «¡Bendito sea Dios!».
La capilla, situada en Mooresville, a unos 70 kilómetros al norte del centro de Charlotte, era anteriormente un edificio protestante. Ha sido ahora designada por el obispo Martin como el único lugar en toda la diócesis donde puede celebrarse la Misa tradicional según el Misal de 1962. Esta decisión implica que muchos fieles deben desplazarse hasta dos horas para asistir a esta forma litúrgica.
En un vídeo difundido por la comunidad, se muestran las instalaciones de la capilla junto con un mensaje crítico hacia la decisión del obispo. La publicación expresa el sentimiento de «exilio» que manifiestan muchos fieles tras la imposición de las restricciones.
«Ubicada en Mooresville, Carolina del Norte, a 45-60 minutos al norte de Charlotte, y, sin embargo, este fue el lugar designado por el obispo», señalaron. «Exiliados en nombre de la unidad. La trágica ironía».
El malestar tiene su origen en las medidas decretadas por el obispo Martin en mayo, en aplicación del motu proprio Traditionis Custodes. En una carta pastoral, el obispo explicó que su decisión tenía como fin promover la «concordia» y la «unidad» en la diócesis.
«Es mi deseo sincero y mi oración que esta aplicación de Traditionis Custodes contribuya a “fomentar la concordia y la unidad de la Iglesia” entre el Pueblo de Dios en la diócesis de Charlotte, para que, como Jesús oró al Padre, “todos sean uno”», escribió el prelado.
Por su parte, en su sitio web, la Comunidad de la Misa en Latín de Charlotte reflexiona sobre las causas del rechazo que suscita la liturgia tradicional, a pesar de su profunda reverencia y belleza.
«¿Cómo puede algo tan bello ser considerado tan controvertido y divisivo?», se preguntan. «Es Jesucristo en la Eucaristía… El modo en que nuestro Señor es tratado con tanta reverencia; que nos arrodillamos ante el Rey de Reyes; que no lo recibimos en nuestras manos de forma trivial; que no pronunciamos su santo Nombre con vulgaridad… hay quienes simplemente no toleran tales cosas».







