(UCANews/InfoCatólica) Un nuevo asesinato de un sacerdote ha conmocionado el sur de México. El cuerpo del padre Bertoldo Pantaleón Estrada fue hallado el 6 de octubre en el municipio de Mezcala, en el estado de Guerrero, a unos 240 kilómetros al sur de Ciudad de México, según informó la diócesis de Chilpancingo-Chilapa.
El sacerdote había desaparecido dos días antes. Según el canal mexicano Milenio, recibió dos disparos en el cuello. El secretario federal de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, declaró el 7 de octubre que el principal sospechoso del crimen es el conductor del sacerdote.
«Todo indica que murió en su camioneta. Fue asesinado allí. Estaba a punto de salir para celebrar la Santa Misa. Y todo apunta a que fue su propio conductor», afirmó García Harfuch. «En este momento, no tenemos indicios de que el padre estuviera implicado en ninguna actividad ilícita».
El padre Pantaleón era párroco de San Cristóbal en Mezcala, una zona con fuerte presencia del crimen organizado, anteriormente conocida por la producción de heroína. Esta región alcanzó notoriedad en 2014 por la desaparición forzada de 43 estudiantes de magisterio, entregados por la policía a un grupo criminal. El caso sigue sin resolverse.
«Constatamos con tristeza y dolor que la violencia ha vuelto a enlutar a nuestra comunidad católica. Por ello, exigimos a las autoridades competentes del Estado y del Gobierno federal una investigación pronta, exhaustiva y transparente, que esclarezca este crimen y asegure el castigo justo a los responsables», expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano en un comunicado del 6 de octubre.
«Como pastores del Pueblo de Dios, alzamos la voz para recordar que ninguna forma de violencia tiene cabida en una sociedad que honra la vida y busca el bien, la verdad y la paz para todos sus ciudadanos», añadieron los obispos.
El estado de Guerrero, situado al sur de la capital mexicana, combina zonas turísticas como Acapulco con comunidades indígenas empobrecidas, y sufre desde hace más de una década los efectos de la violencia vinculada a los cárteles de la droga.
Según el obispo emérito Salvador Rangel, que presidió la diócesis de Chilpancingo-Chilapa entre 2014 y 2022, los grupos criminales han pasado del narcotráfico a redes de extorsión y secuestro, logrando influir incluso en autoridades locales.
Monseñor Rangel fue una figura controvertida por sus visitas a comunidades remotas, donde dialogó directamente con líderes del narcotráfico en un intento por pacificar su diócesis y el estado. En 2024, declaró que dichos grupos delictivos estaban respaldando a candidatos en las elecciones de ese año.
Ese mismo año, los cuatro obispos del estado de Guerrero intentaron mediar un acuerdo de paz entre los distintos cárteles, una iniciativa acogida favorablemente por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
El asesinato del padre Pantaleón refuerza la trágica estadística que convierte a México en el país más peligroso del mundo para el clero católico. Desde 2006 han sido asesinados al menos 53 sacerdotes, y entre 2019 y 2024 se registran 10 casos, según el Centro Católico Multimedial. Además, delitos como la extorsión contra sacerdotes y templos son frecuentes y muchas veces quedan impunes.
La diócesis de Chilpancingo-Chilapa ha sufrido numerosas tragedias en los últimos quince años. En 2018, dos sacerdotes fueron asesinados en una emboscada, y en 2014 se hallaron los restos del padre comboniano John Ssenyondo, misionero ugandés, en una fosa común cerca de la ciudad de Chilapa.







