(LSN/InfoCatólica) La Directiva Ejecutiva Catorce ordena a la Junta de Salud de Virginia que «tome de inmediato todas las medidas necesarias para promulgar regulaciones que garanticen la salud, la seguridad, la privacidad, la dignidad y el respeto de todas las personas, especialmente mujeres y niñas, dentro de los espacios y actividades separados y específicos por sexo permitidos legalmente, anulando políticas locales irresponsables, inseguras e insalubres».
En concreto, estas nuevas regulaciones pretenden excluir a los varones biológicos de los equipos y competiciones deportivas reservadas a mujeres, así como de espacios femeninos «donde sea probable que las mujeres se encuentren en un estado de desnudez», como vestuarios, aseos y duchas.
La orden se ha visto motivada por varias polémicas recientes, citando dos casos de ese tipo de varones observando a chicas mientras se cambiaban en vestuarios. Este verano, las Escuelas Públicas del Condado de Loudoun suspendieron también a dos estudiantes varones de secundaria que protestaron por la presencia en su vestuario de un alumno con disforia de género, una medida que fue condenada por el Departamento de Educación de EE. UU. como una violación del Título IX y bloqueada por un juez federal.
«Desde el primer día, esta administración ha trabajado para proteger los derechos fundamentales de todos los virginianos», afirma la orden. «Estos derechos fundamentales requieren intrínsecamente la garantía de salud y seguridad para todas las personas. A través de la colaboración con nuestros socios federales, esta administración lucha incansablemente para evitar la discriminación por razón de sexo y proteger los derechos civiles de nuestros ciudadanos bajo las constituciones de nuestra mancomunidad y de la nación...»
«Es una vergüenza y una tragedia que ciertos individuos sigan haciendo la vista gorda ante estas claras violaciones de la ley y de la salud, seguridad, privacidad, dignidad y respeto de estos estudiantes. Esto debe terminar», añade la orden.
Los críticos llevan tiempo advirtiendo de que obligar a las chicas a compartir instalaciones íntimas como baños, duchas y vestuarios con miembros del sexo opuesto vulnera sus derechos de privacidad, las somete a un estrés emocional innecesario y proporciona a posibles depredadores masculinos un pretexto para entrar en espacios femeninos alegando simplemente ser personas transgénero.
El problema resulta especialmente delicado para los políticos en Virginia, donde hace años la cuestión cobró relevancia nacional cuando el superintendente de las Escuelas Públicas del Condado de Loudoun, Scott Ziegler, fue acusado de encubrir la violación de una alumna por parte de un compañero «transgénero» en un baño femenino, debido a las implicaciones negativas que ello tendría para el movimiento LGBT. Fue condenado en 2023 por «utilizar su cargo oficial para tomar represalias contra alguien por ejercer sus derechos» al despedir a un profesor que testificó sobre el asunto ante un gran jurado, aunque los fiscales acabaron retirando los cargos relacionados con las supuestas mentiras vertidas en una reunión del consejo escolar sobre su conocimiento del caso.
Youngkin fue elegido en gran parte como reacción a lo que muchos percibieron como una falta de atención a estas preocupaciones. Bajo su mandato, el Departamento de Educación de Virginia (VDOE, por sus siglas en inglés) llevó a cabo una política que exige que los estudiantes sean tratados conforme a su nombre legal y su sexo biológico, así como que este último determine a qué baños, vestuarios o equipos deportivos pueden acceder.
Sin embargo, aunque la ley de Virginia obliga a los distritos escolares públicos a cumplir las políticas modelo del VDOE, la falta de mecanismos claros de aplicación ha dificultado la implementación, lo que ha permitido que muchos distritos las ignoren. La toma de control del poder legislativo estatal por parte de los demócratas en 2023 acabó de frustrar las esperanzas de resolver el problema mediante nuevas leyes.







