(CatholicWorldReport/InfoCatólica) Kevin Matthews fue una figura muy conocida en la radio estadounidense durante décadas, especialmente en la región del Medio Oeste. Para generaciones anteriores, su voz era tan habitual como el desayuno. Sin embargo, tras alcanzar la fama y llevar una vida desordenada, perdió todo de forma repentina. Su historia de caída y conversión es ahora el centro del documental «Broken Mary» (en español «María rota» o «La Virgen rota»), un testimonio sobre cómo Dios puede reconstruir lo que parecía irremediablemente roto.
La infancia de Matthews estuvo marcada por un entorno familiar doloroso: un padre violento y una madre distante. En su juventud encontró en el humor una vía de escape, lo que le llevó a colaborar con una emisora universitaria, creando personajes cómicos entre canciones.
A los pocos años, tenía su propio programa matinal, seguido por millones de oyentes. Entrevistó a celebridades, apareció en televisión y vivió entregado a los placeres del mundo, sin interés alguno por la vida espiritual. Como muchos de su generación, fue bautizado en la Iglesia Católica, pero se apartó de la fe durante décadas.
Todo cambió con la transformación del panorama mediático. Fue despedido tras veinte años en antena y pocos días después le diagnosticaron esclerosis múltiple. Aquel doble golpe lo llevó a tocar fondo.
Un día, encontró en un contenedor, junto a una floristería, una gran imagen de la Virgen María rota por la mitad y con múltiples desperfectos. Escuchó en su interior una voz que le animaba a volver a Dios. Fue entonces cuando decidió confesarse por primera vez en cincuenta años. Restauró la estatua, aunque dejó algunas grietas visibles como símbolo de su propia fragilidad.
Desde entonces, comenzó un apostolado itinerante llevando consigo la imagen de «Broken Mary» (María Rota) a parroquias, colegios y encuentros, donde da testimonio de su retorno a la fe. Aunque la fama y el dinero no regresaron, Kevin encontró algo más profundo: paz, perdón, reconciliación con su familia y, por primera vez, alegría verdadera.
El documental, de poco más de una hora de duración, alterna la narración de Matthews con recreaciones e intervenciones de amigos y conocidos. Su estilo directo, fruto de su experiencia como locutor, mantiene la atención del espectador y deja un mensaje claro sobre el poder transformador de la gracia.
En sus charlas, Matthews presenta siempre la estatua de María, transportada sobre una camilla como si fuera una paciente. Este gesto simboliza la condición humana herida por el pecado. Aunque la Virgen no pecó, comprende plenamente el sufrimiento de sus hijos. Como explica Matthews, fuimos creados para la belleza y la plenitud, pero estamos rotos; y es Cristo quien nos restaura, con la intercesión de su Madre.
El director del documental, Jonathon Cipiti —conocido por otros trabajos como «The Dating Project»—, incluye testimonios de personas que aseguran haber experimentado conversiones profundas e incluso curaciones tras participar en esta devoción.
Hacia el final del filme, Matthews expresa su deseo de que «Broken Mary» sea reconocida como una devoción oficial dentro de la Iglesia, afirmando que está trabajando en ello. Mientras tanto, su historia sigue siendo un recordatorio del papel esencial de María en la vida cristiana. Ella llevó a Kevin Matthews a su Hijo, y sigue conduciendo a muchos hacia Cristo.