(InfoCatólica) El Papa advierte que «la gente ha utilizado la liturgia como excusa para promover otros temas» y lamenta que se haya convertido en una «herramienta política». Subraya que esta instrumentalización impide una auténtica experiencia de comunión eclesial, ya que muchas personas «ni siquiera están dispuestas a escucharse mutuamente».
También destaca que, aunque no ha tenido aún la ocasión de dialogar directamente con defensores del rito tridentino, «pronto habrá una oportunidad». Considera necesario, en el marco de la sinodalidad, abrir espacios de encuentro y escucha, superando la ideologización que ha marcado el debate sobre la liturgia.
Pregunta de Allen y respuesta del Santo Padre:
En cuanto al grupo de estudio sobre la liturgia, ¿qué se está estudiando? ¿Hasta qué punto la razón de su creación está relacionada con divisiones en torno a la Misa tradicional en latín, por ejemplo, o con cuestiones como el nuevo rito amazónico?
Mi comprensión de lo que originó este grupo se basa principalmente en cuestiones relacionadas con la inculturación de la liturgia. Cómo continuar el proceso de hacer que la liturgia tenga más sentido dentro de una cultura distinta, dentro de una cultura específica, en un lugar específico en un momento dado. Creo que ese era el problema principal.
Hay otra cuestión, que también es un tema delicado, sobre la que ya he recibido varias solicitudes y cartas: la pregunta sobre, la gente siempre dice “la Misa en latín”. Bueno, se puede celebrar la Misa en latín ahora mismo. Si es el rito del Vaticano II, no hay problema. Obviamente, entre la Misa tridentina y la Misa del Vaticano II, la Misa de Pablo VI, no estoy seguro de hacia dónde va a ir eso. Es obviamente muy complicado.
Sí sé que parte de ese asunto, por desgracia, se ha convertido —una vez más— en parte de un proceso de polarización; la gente ha utilizado la liturgia como excusa para promover otros temas. Se ha convertido en una herramienta política, y eso es muy desafortunado. Creo que, en ocasiones, el, digamos, “abuso” de la liturgia tal como la entendemos según el Vaticano II, no ha sido útil para las personas que buscaban una experiencia más profunda de oración, de contacto con el misterio de la fe, que parecían encontrar en la celebración de la Misa tridentina. De nuevo, nos hemos polarizado, de modo que, en lugar de poder decir: bueno, si celebramos la liturgia del Vaticano II de forma adecuada, ¿realmente se encuentra tanta diferencia entre esta experiencia y aquella?
No he tenido la oportunidad de sentarme realmente con un grupo de personas que defienden el rito tridentino. Pronto habrá una oportunidad, y estoy seguro de que habrá ocasiones para ello. Pero ese es un tema que creo que también, quizá en el marco de la sinodalidad, tenemos que sentarnos y hablar. Se ha convertido en el tipo de cuestión tan polarizada que la gente ni siquiera está dispuesta a escucharse mutuamente, muchas veces. He escuchado a obispos hablar conmigo, me han hablado de eso, me han dicho: “los invitamos a esto y a aquello y simplemente no quieren ni oír hablar del tema”. Ni siquiera quieren hablarlo. Ese ya es un problema en sí mismo. Significa que estamos en el terreno de la ideología ahora, ya no en la experiencia de comunión eclesial. Ese es uno de los temas en la agenda.»







