(CNAd/InfoCatólica) Lo que comenzó como una pequeña nota en un boletín parroquial se convirtió rápidamente en una ola de solidaridad: el P. Richard Leonard, sj informó recientemente en su parroquia de Sídney sobre una universidad católica en el vecino Timor Oriental que necesitaba con urgencia un autobús para trasladar a los estudiantes a sus clases.
Solo una semana después, el sacerdote jesuita pudo dar una buena noticia: no solo se había reunido la suma necesaria de 45.000 dólares gracias a la generosidad de la comunidad católica, sino que además diez personas se ofrecieron a formar un grupo para prestar ayuda a largo plazo.
No estamos ante un caso aislado. Desde hace años, los católicos australianos apoyan al joven país vecino, cuya población es casi totalmente católica. El 98 % de sus 1,4 millones de habitantes pertenece a la Iglesia católica, fruto de siglos de misión portuguesa.
Las relaciones entre Australia y Timor Oriental son profundas: muchos australianos recuerdan la violencia tras el referéndum de independencia de 1999 o la ayuda que la población timoresa prestó a los soldados australianos durante la Segunda Guerra Mundial. Estos lazos históricos marcan también los proyectos actuales de solidaridad.
Desde la independencia de Timor
Una de las primeras iniciativas tras la independencia fue promovida por la hermana Helen Saunders, de las Josefitas de Sídney, que recaudó fondos para un jardín de infancia en Maubara, al oeste de Dili. La campaña tuvo tanto éxito que el centro pudo inaugurarse ya a finales de 2002. Entre los benefactores destacó la familia del veterano Paddy Kenneally, que durante décadas apoyó la causa independentista timoresa. Su hijo Gerald fundó después la organización ATLAS (Australia Timor-Leste Advancement Society), inspirada en un panfleto de la fuerza aérea australiana de 1943 con el lema «Vuestros amigos no os olvidan». Desde 2014, ATLAS ha invertido más de 800.000 dólares australianos en 22 proyectos, entre ellos el orfanato Santa Teresa en Maubara, escuelas, cursos de costura y programas de nutrición.
Otro proyecto emblemático es la colaboración entre la parroquia de St. Canice’s, en Sídney, y la misión de Railaco, en una zona montañosa a una hora de Dili. Desde comienzos de los años 2000, esta iniciativa ha recaudado más de 850.000 dólares. Con ese dinero se financian un servicio médico móvil dirigido por el padre Martin «Bong» Abad Santos, la ampliación de una escuela y comidas diarias para más de 350 niños. El laico Michael Musgrave coordinó durante años los proyectos y destacó la motivación de los jóvenes timoreses por la educación: «Estas familias nunca tuvieron acceso a la escuela, pero sus hijos saben lo importante que es». En los dos últimos años, el 100% de los alumnos aprobó los exámenes finales. En 2022, Musgrave fue reconocido con la Medalla de los Compañeros de la Compañía de Jesús.
La cooperación también crece en el ámbito institucional: a finales de agosto, una delegación de jesuitas timoreses viajó a Australia para reforzar la colaboración con la provincia australiana. El padre Roberto Madeira Encarnação destacó que la joven provincia jesuita timoresa puede aprender mucho de sus hermanos mayores australianos y que los alumnos más brillantes tendrán la posibilidad de estudiar en colegios jesuitas de Australia. «Esta asociación es una gran bendición, para ambos lados», afirmó el párroco de Railaco.
Otras parroquias australianas también se han implicado. Las Lower North Shore Parishes de Sídney apoyan desde hace más de diez años a la parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Letefoho. De una iniciativa de la profesora Georgina Loughnan nació el grupo LETS (Letefoho East Timor Support), que construyó un internado para chicas, rehabilitó la escuela y ha ayudado a más de 1.000 alumnas, incluidos nueve seminaristas.
Loughnan afirma que la experiencia de fe en Timor Oriental cambió su vida: «Nunca había experimentado una espiritualidad y una profundidad de fe semejantes».
Un rasgo común de todos estos proyectos es su eficiencia: ATLAS mantiene sus costes administrativos por debajo del 11 %, y la mayoría de los voluntarios paga sus propios viajes. Es una muestra de que la verdadera cooperación no depende solo del dinero, sino también del compromiso y la entrega personal.
País joven
Timor Oriental, también conocido como Timor-Leste, es uno de los países más jóvenes del mundo. Tras su independencia de Indonesia en 2002, el país mayoritariamente católico ha afrontado grandes dificultades, con la Iglesia desempeñando un papel central en educación, sanidad y desarrollo social. Pese a los limitados recursos, la fe de su población sigue profundamente arraigada y se ve fortalecida gracias a estas asociaciones internacionales.







