El Patriarca ortodoxo de Jerusalén exige obediencia al arzobispo de Sinaí
Teófilo III, Patriarca Ortodoxo de Jerusalén

Le acusa de escandalizar a la Iglesia

El Patriarca ortodoxo de Jerusalén exige obediencia al arzobispo de Sinaí

La crisis en el Monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí, ha entrado en una nueva fase con la publicación de una carta del Patriarca Ordodoxo de Jerusalén, Teófilo III, ordenando al arzobispo Damianos, abad del monasterio, que comparezca el próximo lunes ante el Santo Sínodo. Se da la circunstancia de que el Patriarca de Constantinopla apoya a Damianos, así que el conflicto entre Patriarcas está servido.

(InfoCatólica) El Monasterio de Santa Catalina, en el monte Sinaí, atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente. Considerado uno de los centros monásticos más antiguos y sagrados del cristianismo, el recinto está inmerso desde hace meses en un conflicto interno que ha desbordado los límites eclesiásticos para convertirse en un asunto diplomático y religioso de primer orden.

El foco del conflicto es la figura del arzobispo Damianos, abad del monasterio desde 1973, cuya gestión ha sido duramente cuestionada por un grupo significativo de monjes de la Hermandad Sinaítica. Los opositores denuncian su prolongada ausencia —reside de forma habitual en Atenas desde 2018—, su presunta mala administración de los recursos del monasterio, la falta de transparencia en la toma de decisiones y el hecho de haber delegado parte del control interno en una mujer ajena a la comunidad, algo que ha generado un profundo rechazo en el seno del cenobio. Además, acusan a Damianos de haber colaborado con instituciones extranjeras en proyectos de digitalización del archivo sin el consenso de los monjes.

La tensión alcanzó su punto álgido a finales de agosto, cuando Damianos regresó al Sinaí y, según los monjes, entró en el recinto acompañado de personas externas que actuaron con violencia, expulsando a varios miembros de la comunidad, intimidando a otros y apropiándose de bienes personales. Por su parte, el arzobispo niega estas acusaciones y sostiene que su integridad física corre peligro debido a la hostilidad de los disidentes, a quienes acusa de haber fomentado un clima de sedición.

La gravedad de la situación obligó al gobierno griego a intervenir directamente. El secretario general de Asuntos Religiosos, Giorgos Kalantzis, fue enviado al monasterio con la misión de mediar entre las partes y establecer una hoja de ruta para restaurar la convivencia. Sin embargo, a pesar de varios encuentros, las condiciones pactadas no se cumplieron y la mediación fracasó. Este fracaso no solo evidencia la profundidad del conflicto, sino que pone de manifiesto su dimensión internacional, dado que el monasterio se encuentra en Egipto, bajo un régimen especial de protección, y mantiene vínculos históricos tanto con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla como con el de Jerusalén.

Bartolomé se metió de por medio

Precisamente esta doble vinculación eclesiástica ha agudizado aún más el conflicto. Mientras el Patriarcado Ecuménico, liderado por Bartolomé I, ha manifestado su pleno respaldo a Damianos, reconociéndolo como abad legítimo y rechazando toda injerencia externa, el Patriarcado de Jerusalén ha tomado una posición diametralmente opuesta. El patriarca Teófilo III ha mostrado su apoyo a la Hermandad Sinaítica, a la que considera canónicamente bajo su jurisdicción, y ha enviado una delegación al monasterio para investigar la situación y exigir la reapertura del recinto a los monjes expulsados.

El pasado 3 de septiembre, Teófilo dio un paso más al publicar una carta formal dirigida a Damianos en la que le recuerda su condición de obispo bajo la autoridad del Patriarcado de Jerusalén y lo convoca a comparecer ante el Santo Sínodo el 8 de septiembre. En esa misiva, el patriarca le exige que abra inmediatamente las puertas del monasterio y expulse a toda persona que haya sido alojada allí sin pertenecer legítimamente a la Hermandad, señalando que los recientes acontecimientos han causado un grave escándalo a la Iglesia.

La Hermandad Sinaítica, por su parte, ha respondido con una carta de agradecimiento al Patriarcado de Jerusalén, en la que expresa su gratitud por la intervención espiritual de Teófilo y su confianza en que se restablecerá la legalidad canónica y la armonía interna del monasterio. Este gesto deja claro que el conflicto no es solo administrativo, sino profundamente espiritual y eclesiológico.

El trasfondo del problema va más allá de la figura de Damianos. Está en juego la autonomía histórica del monasterio, el equilibrio entre sus vínculos con Constantinopla y Jerusalén, y la soberanía de Egipto sobre un enclave que, aunque cristiano ortodoxo, se encuentra en territorio musulmán. También subyacen intereses internacionales relacionados con la gestión del patrimonio documental y la digitalización de valiosos manuscritos a través de convenios con instituciones extranjeras.

A pocos días de la fecha clave del 8 de septiembre, cuando Damianos deberá comparecer —o no— ante el Santo Sínodo del Patriarcado de Jerusalén, el monasterio continúa cerrado al público, bajo el control de quienes apoyan al arzobispo. 

Carta del Patriarca Teófilo III al Arzobispo Damianos del Sinaí

«A Su Eminencia, Arzobispo del Sinaí, de Pharan y de Raith,

Su Eminencia Arzobispo Damianos, querido hermano en el Señor y concelebrante de Nuestra humildad, un santo abrazo en Jesucristo.

Con profundo pesar, pero también por Nuestra responsabilidad en el Señor de salvaguardar las instituciones transmitidas por Nuestros Padres —como afirma el divino Pablo: “manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido” (2 Tesalonicenses 2,15)—, Nos dirigimos a usted mediante esta Carta Patriarcal, Santísimo Hermano, respecto a los acontecimientos que tienen lugar en el Sinaí, los cuales entristecen y escandalizan a la Iglesia.

Nuestra Humildad, expresando el sentir del Santo y Sagrado Sínodo del Patriarcado de Jerusalén, del cual usted es obispo y del que recibió el tercer grado del sacerdocio, teniendo en cuenta las ofensas canónicas y de otro tipo en las que se le considera haber incurrido, así como el escándalo que estas han causado tanto a los Padres del Santo Monasterio del Sinaí como a la plenitud del Cuerpo de Cristo, es decir, a la Iglesia, LE INVITA a Jerusalén para comparecer y dar excusas ante la asamblea extraordinaria del Santo y Sagrado Sínodo, el lunes 26 de agosto / 8 de septiembre del presente año.

Para evitar nuevos escándalos y con el fin de pacificar a los Padres injustamente expulsados del Santo Monasterio, por otros medios e intervenciones, le ordenamos que abra sus puertas y libere sin dilación a toda persona ilegítima que se haya instalado allí y esté causando escándalo e inquietud.

Esperamos su cumplimiento inmediato y, en espíritu de amor, su llegada a la sede del Patriarcado, deseando a Su Santidad toda gracia y sabiduría procedente del Santísimo y Vivificante Sepulcro, y quedamos.

En la Santa Ciudad de Jerusalén, a 21 de agosto de 2025.

Con Nuestra bendición patriarcal,

TEÓFILO III
Patriarca de Jerusalén»

1 comentario

Feligrés de S. José de la Sierra.
Mira tú: Los ortodoxos también van aviados.

¿Sorprende?
5/09/25 5:56 PM

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